Pontevedra recibe su residencia pública «de cinco estrellas» de la Fundación Amancio Ortega

El edificio para mayores se integra en la red de la Xunta de Galicia tras ser construido en un terreno municipal considerado «la joya de la corona», en el barrio de A Eiriña

Son 120 plazas en habitaciones dobles e individuales

Las autoridades escuchan a la arquitecta Elsa Urquijo en el gimnasio de la nueva residencia.

Las autoridades escuchan a la arquitecta Elsa Urquijo en el gimnasio de la nueva residencia. / RAFA VAZQUEZ

Una residencia «de cinco estrellas», en palabras del alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, se une a la oferta de centros públicos para mayores de la ciudad de Pontevedra, aunque en esta ocasión de la mano de la Fundación Amancio Ortega, que este miércoles entregó las llaves del edificio construido en el barrio de A Eiriña al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Está previsto que los primeros residentes comiencen a entrar en el primer semestre del año que viene. Son 120 plazas para mayores distribuidas en 42 habitaciones dobles y 36 individuales. En total, la fundación que lleva el nombre del fundador de Inditex, ha invertido en este edificio en pleno centro de la Boa Vila 25 millones de euros.

El diseño de la residencia pontevedresa es el mismo que el del resto de las que se han construido o se van a construir por parte de la fundación en Galicia (son una para cada una de las siete grandes ciudades gallegas), de ahí que «se crease un modelo que funcionase para todas» por igual, en palabras de la arquitecta de referencia de la familia Ortega, Elsa Urquijo.

La sala de peluquería, al lado de la cafetería. |  R.V.

La sala de peluquería, al lado de la cafetería. / RAFA VÁZQUEZ

Así, se han cuidado mucho las zonas comunes, muy iluminadas y con vistas a zonas verdes, y además de los tradicionales espacios para enfermería, médico, comedor, etc... la residencia cuenta con peluquería, gimnasio, podología y amplias terrazas para poder pasear y tomar el sol, algunas con acceso al exterior. Hay que destacar también sus unidades psicogeriátricas para la atención de personas con alzhéimer y otras demencias.

El terreno municipal cedido por el Concello de Pontevedra para este fin está considerado como «la joya de la corona» a nivel urbanístico, plenamente integrado en el centro urbano y cumpliendo la máxima del gobierno local en este sentido de limitar las distancias a 1.500 metros de la iglesia de A Peregrina para mantener la idea de «ciudad compacta y multiservicios». En este caso son solamente 900 metros.

Una de las zonas comunes junto a un patio. |  R.V.

Una de las zonas comunes junto a un patio. / RAFA VÁZQUEZ

La arquitecta de la fundación explicó que se generó «un bloque calmo sólido que protegiese a la gente que iba a vivir aquí, dándole una proporción muy humana». Por ello la sensación de horizontalidad y tranquilidad, con materiales muy cálidos. «Se generó un espacio con llenos y vacíos, que serían los patios, que hacen que fluya la luz y ayudan a controlar térmicamente el edificio y lo conectan con el exterior. Los espacios porticados siempre permiten que las personas mayores puedan entrar y salir. La idea es generar muchas zonas de convivencia para generar un bienestar muy bueno», resumió.

Además, en el caso concreto de Pontevedra, al estar la parcela algo enterrada, se creó un cordón verde, tanto en los patios como en el exterior, «de forma que la sensación fuese mucho más conectada con la naturaleza».

La primera planta está destinada al cien por cien a zonas comunes, mientras que la primera, segunda y tercera albergará los dormitorios, así como otras dependencias como una enfermería con seis camas por piso.

Aunque en el acto de presentación de este miércoles en Pontevedra a la prensa estaba Flora Pérez Marcote, esposa de Amancio Ortega y presidenta de la Fundación Amancio Ortega, cedió la palabra a José Arnau Sierra, vicepresidente segundo de esta entidad, y primera autoridad en intervenir.

Habitación individual. Todas tienen ventana. |  R.V.

Habitación individual. Todas tienen ventana. / RAFA VÁZQUEZ

Destacó que la de Pontevedra es la tercera de las residencias entregadas a la Consellería de Política Social de la Xunta, tras las de Santiago y Lugo.

En el caso de Pontevedra las lluvias de 2022 retrasaron las obras, que finalmente se terminaron en 25 meses. «En más de tres años habremos ejecutado cinco de los siete edificios previstos con una inversión media de 25 millones por residencia, salvo la de A Coruña, que tiene un tamaño menor y se aproximará a los 30», informó.

«El plan pretendía atender la necesidad creciente de cuidado de nuestros mayores y, en especial, de los grandes dependientes en esas zonas», destacó.

Exterior del edificio, en el barrio de A Eiriña. |  R. Vázquez

Exterior del edificio, en el barrio de A Eiriña. | R. Vázquez

Por su parte, el alcalde de Pontevedra confesó que el gobierno local está «muy satisfecho» y subrayó que para la construcción se había cedido «la joya de la corona» en cuanto a terreno urbanístico.

Aplaudió que parezca «una residencia de cinco estrellas» y que no se reparase en gastos. En este sentido, manifestó su preocupación por la calidad de vida de los mayores, «de gente que trabajó toda su vida».

En tercer y último lugar intervino el presidente de la Xunta, que consideró que «esta maravilla hay que ponerla a funcionar cuanto antes».

Celebró la estrecha colaboración de la Xunta con la Fundación Amancio Ortega y concluyó definiendo la nueva residencia «A Eiriña» de Pontevedra como «unas instalaciones maravillosas en una ciudad maravillosa».

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