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Una guía para salvar vidas

Roberto Barcala, con un maniquí de enseñanza de RCP. |  Duvi

Roberto Barcala, con un maniquí de enseñanza de RCP. | Duvi

Pontevedra

Mantener la serenidad pero actuar con rapidez, asegurarse de que no existen más peligros, cuidar al máximo el manejo del accidentado, tranquilizarlo y mantenerlo caliente y avisar para recibir atención médica lo antes posible. Son algunas de las actuaciones y técnicas de los primeros auxilios, a los que se dedica la guía práctica que investigadores de las universidades de Vigo y Santiago de Compostela han elaborado y que reúne los contenidos que deben enseñarse a lo largo de la educación obligatoria.

El catedrático de la Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte y coordinador del grupo de investigación Remoss, Roberto Barcala, es el autor principal de este trabajo en el que también participan los investigadores de la USC Lucía Peixoto y Santiago Martínez Isasi y el profesor de Secundaria Julio Zafaño. Concluyen que «la enseñanza de los primeros auxilios a escolares y jóvenes es una estrategia prioritaria de salud pública», si bien también era una cuestión «poco definida crucialmente».

Los autores analizan los reales decretos que desarrollan curricularmente la LOMLOE, con la idea de ofrecer a los docentes y profesionales sanitarios vinculados al ámbito educativo «una guía práctica» con la que identificar cómo y cuándo enseñar los diferentes procedimientos, técnicas y protocolos.

«Este artículo muestra un mapa conceptual de los contenidos de primeros auxilios que hay que enseñar en toda la educación obligatoria y en qué curso, lo cual puede ser una guía de mucha utilidad para el profesorado», indica Roberto Barcala.

El trabajo se proponía definir una tabla de competencias y saberes básicos en función de los niveles y etapas.

La normativa sitúa en el segundo ciclo de Primaria los primeros contenidos sobre esta temática, centrados en prevenir accidentes y actuaciones básicas, y en el último ciclo deberían orientarse a una participación activo. En la ESO deberían formarse en reanimación cardiopulmonar, uso de desfibriladores o actuar en un atragantamiento y en Bachillerato que sepan prevenir lesiones e incidentes tanto en el medio terrestre como, especialmente, acuático, ya que el ahogamiento figura entre las primeras tres causas de muerte no intencionales entre los menores.

Barcala apunta a que un avance referido a los contenidos en los que debe formarse a los escolares es que «deberán saber identificar una emergencia, describir lo que está pasando, conocer principios básicos de primeros auxilios, como la RCP y la maniobra de Heimlich y, ya en cursos avanzados, incluso reconocer los signos de un ictus». Con todo, apunta a que este conjunto de normativas «debería de ser más concretas» ya que dejan en el aire temas fundamentales como la enseñanza de la reanimación cardiopulmonar, que no aparece explícitamente hasta la ESO.

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