El largo, y dulce, verano: “Los turistas adoran los helados”

Desde los clásicos hasta los más originales, este postre es el rey del momento, algo que no ocurre con las tiendas de golosinas

Turistas en la terraza de Vía Venetto

Turistas en la terraza de Vía Venetto / Adrián Irago

G. Dacosta

En Vía Venetto tienen claro que hay algo más veraniego que la playa, y eso es comerse un helado por la calle. Pontevedra no solo es una ciudad que invita al paseo: también invita a refrescarse con un cucurucho, un polo o una tarrina.

El tipo de cliente es casi tan variopinto como el sabor del helado porque “a todo el mundo le gusta un buen helado”, indica Adelaida Rocha, dependienta en la heladería Vía Venetto de la calle Oliva.

“Y los turistas, bueno, adoran los helados”. Este verano ha sido “inmejorable” para este negocio situado en la calle Oliva, por donde pasan multitud de viajeros nacionales e internacionales.

Los helados artesanos clásicos, de sabores como chocolate, turrón o fresa continúan encabezando todas las listas de favoritos, casi siempre en cucuruchos, que actualmente en casi cualquier lugar se puede pedir de distintos sabores y con diversos recubrimientos. Para los más atrevidos, desde 2013 lleva teniendo mucho éxito el sabor que lleva por nombre el de la tienda, que es de galleta con fresa.

Turistas en la terraza de Vía Venetto, en la calle Oliva  | // ADRIÁN IRAGO

Una clienta recoge un helado en Juncal / A. Irago

Esta heladería de la Oliva cumple en 2024 11 años. Su encargada refiere que “la clientela no ha cambiado mucho” en esta última década. “Quizás sí que varía en función de la época o de los días, por ejemplo cuando se acaba el curso se nota que hay más afluencia de gente joven, pero en general más o menos se mantiene” el perfil de los compradores. “Quizás sí que varía en función de la época o de los días, por ejemplo cuando se acaba el curso se nota que hay más afluencia de gente joven, pero en general más o menos se mantiene” el perfil.

También la tienda Juncal cuenta con un mostrador con helados, a pesar de que es especialista en golosinas y snacks salados, y está en plena entrada a la Praza da Peregrina.

No hay más que ver las ubicaciones de las tiendas de helados para darse cuenta de que, además de pontevedreses, están para captar a los visitantes: solamente en la calle Michelena hay tres confiterías y tres heladerías.

Leve caída en las golosinas

Las tiendas de golosinas también tienen su momento de apogeo durante la temporada estival. Es el caso de Jeipop, situada en la Ferrería, justo detrás de uno de los kioscos que ya escasean en la ciudad. Las mañanas en esta tienda son un frenesí de azúcar durante todo el verano, sobre todo, indica su propietaria Jeimy Dubis, todo el mes de agosto.

Ahora se acerca la vuelta al cole, y aunque este año las cifras “no se acercan a las del año pasado”, los niños acuden a por todo tipo de “larpeiradas” por las mañanas, acompañados de padres y abuelos, y por las tardes, mientras juegan en las plazas cercanas.

Cerca de las siete de la tarde, este local de los soportales es un auténtico abarrote de muchachos de diversas edades, y por qué no, de mayores también. Sin embargo, “es más flojo que el anterior. Yo creo que hizo muy buen agosto, con mucho sol, y la gente prefiere estar en la playa”, indica la dueña del negocio.

Al mismo tiempo que los pontevedreses buscan la playa, los turistas y peregrinos se acercan al casco histórico de la ciudad, “por eso también tenemos souvenirs. Eso vende muy bien”.

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