La segunda mano conquista el mercado

Los más jóvenes son los principales impulsores del sector de la moda de vintage, que creció un 18% en 2023

Reportaje de tiendas de segunda mano.Culebra Studio

Reportaje de tiendas de segunda mano.Culebra Studio / Gustavo Santos

Carla tilve

Por la necesidad de ahorro, por diferenciarse con un estilo más personal, por conciencia ambiental, por su mayor durabilidad o por la moda retro. Son varias las razones que han acelerado el crecimiento del mercado de la ropa de segunda mano por toda Europa en los últimos años y que en España comienza a asentarse entre los hábitos de compra principales de los consumidores. Según un informe realizado por GlobalData (e impulsado por la plataforma ThredUp) las ventas de ropa de segunda mano crecieron un 18% el año pasado y se espera que la ropa reutilizada suponga el 10% del mercado de la moda para 2025.

“Pero en España llegamos tarde”, sostiene Cecilia, encargada de Culebra Studio. Su tienda de ropa vintage y segunda mano situada en la calle San Antoniño es la segunda que ha tenido después de su primer intento de apertura de una tienda similar en 2010 y que se vio obligada a cerrar al cabo de cuatro años. “En ese momento sí que nadie entendía nada de lo que era lo vintage y lo catalogaba todo como “usado” con cierta reticencia”, explica. Ahora, la situación ha cambiado.

Las tendencias actuales han dado la vuelta al panorama del consumo y “la gente viene buscando patrones, viene buscando estampados, tejidos, diferenciarse del resto. La parte económica también es importante, porque tienes acceso a determinadas marcas a un precio súper razonable”.

Esa misma demora en la entrada en España de la comercialización de la ropa reutilizada la ha apreciado María, de Vintage Village. Son factores culturales y generacionales los que parecen indicar que mientras “en Italia el mundo de la segunda mano ya empezó después de la Segunda Guerra Mundial” el concepto de “usado” aún era asociado al de poco higiénico o de mala calidad en su vecino del sur de Europa. Según María “cada vez eso ocurre menos, ahora somos más tiendas las que nos dedicamos a esto e incluso tenemos clientes mayores. Para muchos lo que más destaca es la calidad y la durabilidad de la ropa de antes”.

Los jóvenes Z, aquellos nacidos entre finales de los 90 y principios de los 2000, son los que encabezan esta moda de las segundas oportunidades, en la que el seguimiento de las últimas tendencias se suma a una mayor concienciación sobre el impacto ecológico de un consumismo desenfrenado que representa el “fast-fashion” (moda rápida).

En 2023, el 65% de esta generación (junto a la millenial) compró ropa de segunda mano. Ellos suelen ser la clientela habitual de las tiendas de Cecilia y María. También de José Manuel do Pazo, de El Desván de Solvencia, cuyo público principal es la creatividad del estudiantado de Bellas Artes, que aprovecha los bajos precios de vestidos de novia o de chaquetas XXL para customizar sus propias prendas y conseguir esa diferenciación, esa individualidad, más difícil de encontrar en las marcas de renombre, pensamiento que comparten las tiendas vintage.

Sin embargo, huir de la máquina del consumo rápido no siempre es sencillo y el armario de muchos todavía está formado en su mayoría de las “típicas marcas, porque me resulta más fácil y rápido encontrar exactamente lo que quiero” o porque algunas de las prendas vintage “son más caras que otras de primera mano”, comentan algunos consumidores.

“No compramos al particular”

La ropa de la mayoría de estos establecimientos de segunda mano son de proveedores especializados de fuera de España, principalmente de Estados Unidos o del Norte de Europa, donde se asegura que existe mayor cultura en la reutilización de las prendas y, por ello, se asegura un sello de calidad de la mercancía. Si se niega la compra a particulares es también por la dificultad de tasar el precio de venta.

Cecilia asegura en este sentido “que la ropa vintage no se regala, sobre todo cuando ahora que hay más demanda que antes, los proveedores están empezando a elevar el precio”.

Las plataformas de compraventa, una seria competencia

Las prácticas de consumo están cambiando, pero la búsqueda del menor coste es una característica que se mantienen aun entre las alternativas más sostenibles. Es por ello que las plataformas online de compraventa se sitúan como una de las opciones preferidas. La venta online de bienes de segunda mano creció durante 2022 un 79% en España, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Entre esas aplicaciones de compravente online se halla la famosa Vinted, empresa que celebró 2023 como el año en que salió de pérdidas por primera vez y obtiene su mayor beneficio (un incremento del 61% con una cifra de 596 millones de euros). Aunque se asegure que este tipo de aplicaciones no se considere una competencia como tal, sí que acaba repercutiendo en los establecimientos locales de segunda mano. “Todos nos guiamos por las tendencias del momento y se entra a la tienda buscando la camiseta de fútbol, la chaqueta bomber, el crop top y eso se encuentra en Vinted a aveces más barato”, expresa María en Vintage Village. Además, está la cuestión de hacer negocio particular y “mucha gente compra y luego lo revende más caro” señala Cecilia desde Culebra Studio. Con todo, estas segundas oportunidades vienen también para hacerle frente a la industria textil de fabricación rápida y bajo coste, que se presenta ya como una de las que más impacto ambiental tiene en el planeta. Mientras, en España se tiran al año casi 1 millón de toneladas de residuos textiles, y tan sólo un 10-12% se recicla.

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