La Cofradía del Mayor Dolor, sin distinción de género
La única hermandad enteramente femenina de la Boa Vila admitirá a los varones en “un paso hacia la inclusión y la diversidad”

Cofrades del Mayor Dolor, en una anterior edición de la Semana Santa pontevedresa. / Rafa Vázquez
S. R.
Fundada a mediados de la década de los 50, la Cofradía de Nuestra Madre del Mayor Dolor era la única exclusivamente femenina de la ciudad. Las penitentes han decidido modificar esta característica para pasar a ser “una agrupación sin distinción de género”, señalan en el comunicado que remitieron en la mañana de este martes a los medios para anunciar la nueva andadura de la hermandad.
Ésta fue disuelta en 1967 y refundada en 1984, manteniendo la tradición de limitarse a las féminas, que visten en las procesiones mantilla y trajes negros. A ellos se sumarán ahora nuevos hábitos para los varones, a los que se dará como opción vestimentas procesionales con túnica, capa y capirote negro.
Las cofrades optaron por un cambio en los estatutos, ya aprobados por el Arzobispado de Santiago, “para acoger a nuevos miembros sin discriminación de género”, señalan sus portavoces.
Explican que se trata de “un paso significativo hacia la inclusión y la diversidad”. Las cofrades acordaron dar este paso en la asamblea general celebrada tras la Semana Santa de 2022, con la idea de que la hermandad fuese, como las restantes de la Semana Sana de Pontevedra, “una agrupación sin distinción de género”.
Las cofrades visten en las procesiones mantilla y trajes negros. A ellos se sumarán ahora nuevos hábitos para los varones, a los que se dará como opción vestimentas procesionales con túnica, capa y capirote negro
La cofradía, que procesiona desde su fundación acompañando a la Virgen de la Soledad, señala que la decisión adoptada por las cofrades “marca un hito en la historia de la cofradía, puesto que se creó con un carácter únicamente femenino”. La medida, añade, “permitirá a todos aquellos interesados unirse” a la agrupación penitencial y participar activamente en las actividades, “contribuyendo al enriquecimiento de nuestra Semana Santa”.
En la pasada edición del ciclo religioso procesionaron una treintena de cofrades del Mayor Dolor, entre ellas las benjaminas de la hermandad, de tan solo 3 y 4 años, llamadas a perpetuar la tradición.
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