Concello y Xunta retoman la variante de Alba y acuerdan ampliar el polígono de O Campiño
Una reunión de más de dos horas entre Lores y Rueda, que ambas partes califican de positiva, abre de nuevo la puerta al dragado de la ría y sienta las bases para la cesión de tres tramos de carreteras autonómicas a la ciudad de Pontevedra

Alfonso Rueda, Miguel Anxo Fernández Lores, César Mosquera y Agustín Reguera, este lunes en la Xunta en Campolongo. / Gustavo Santos
Una reunión muy positiva y con entendimiento, según ambas partes. Así ha transcurrido el encuentro de más de dos horas en la tarde de este lunes entre el Concello de Pontevedra y la Xunta de Galicia. Acudieron por parte del gobierno local el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, acompañado del concelleiro de Infraestruturas, César Mosquera, y por parte del autonómico, el presidente Alfonso Rueda y el delegado territorial en Pontevedra, Agustín Reguera.
De esta conversación han salido acuerdos clave para la ciudad, así como principios de entendimiento. De modo que, entre otras cuestiones, ambos gobiernos retoman el proyecto de la variante de Alba y el dragado de la ría de Pontevedra, cuestiones encalladas desde hace tiempo. Además, se reactiva el plan de ampliación del polígono industrial de O Campiño, la Xunta se compromete a abandonar los terrenos ocupados en la Xunqueira da Gándara y se traspasarán al Concello tres tramos de carreteras en ámbito urbano: en la PO-546 que lleva a Marín, la que conduce a Montecelo y la que lleva hasta el Mosteiro de Lérez.
Tanto Lores como Rueda reconocieron que había sido una reunión muy larga en la que se había hablado “de muchísimas cosas”. El alcalde salió satisfecho porque se encontró “a un presidente receptivo, que escuchó nuestras propuestas” y porque fue un encuentro “muy agradable”. Del mismo modo, el jefe del ejecutivo gallego definió esta conversación de “positiva”.
Variante de Alba
“Le vamos a dar una vuelta. Vamos a retomar el tema”, afirmó Lores, que indicó que se consultará a los técnicos municipales y a los de la Xunta. “Es algo positivo porque no se cierra definitivamente ese tema”, celebró, para añadir que “el interés general está por encima de cualquier demanda vecinal”.
Por su parte, Rueda indicó que “la Xunta nunca se cerró a hacer esa obra”, pero indicó que es fundamental “una propuesta viable” y con el máximo consenso vecinal posible.
En todo caso, no se han establecido plazos al respecto.
Dragado de la ría
Su ejecución contaría con seis millones de euros, pero sigue pendiente de encontrar un punto de vertido de los lodos. El inicial, junto a la isla de Tambo, fue desechado en su momento y ahora se está estudiando con Costas del Estado hacerlo en las inmediaciones de la isla de Sálvora, a unas 20 o 30 millas de la costa. Si se llega a un acuerdo, anunció Alfonso Rueda, “en el plazo de un año se podría licitar y adjudicar el dragado de esos lodos”. Si no hay una respuesta positiva, habría que iniciar de nuevo los estudios.
Polígono de O Campiño
El presidente de la Xunta se comprometió a trabajar por la ampliación del polígono industrial. “Me parece una propuesta razonable, habría que empezar ahora para que esos terrenos estén a disposición en cuatro o cinco años”, dijo Rueda.
Xunqueira da Gándara
“Estamos filosóficamente de acuerdo. Tenemos un espacio natural ocupado por concesiones ya acabadas y hay ánimo por parte de la Xunta de trasladar sus dependencias”, anunció Lores.
Hay que recodar que continúan allí instalaciones de las consellerías de Medio Rural e Infraestuturas, que serían trasladadas a O Campiño, Lalín y algún otro emplazamiento.
Cesión de carreteras
Precisamente, la cuestión de la Xunqueira de Alba se realizará con el compromiso de que el Concello asuma la titularidad de tres tramos de carreteras autonómicas a su paso por zona urbana. Son el tramo de la vieja carretera de Marín entre la calle Rosalía de Castro y el puerto (un vial en el que la Xunta ya trabaja para su humanización), el que va desde el cementerio de San Amaro hasta la rotonda de Montecelo y el que comprende la distancia entre la calle Médico Ballina y el Mosteiro de Lérez.
Esto permitirá la mejora de la seguridad vial en estas zonas.
Futuro de Santa Clara
El gran proyecto del antiguo convento, iniciado por el anterior gobierno bipartito (PSOE-BNG) de la Diputación de Pontevedra y paralizado por el actual (PP), “está a la espera”. “Corresponde hablar con la Diputación para conocer el proyecto y el montante económico”, dijo el presidente de la Xunta.
En todo caso, el alcalde celebró que “la Xunta dice que no se va a quedar fuera”.
Pazo de Lourizán
“Queremos poder empezar las obras antes de que termine 2024”, afirmó Rueda, que recordó que el concurso de ideas ya está publicado.
Vivienda pública
Se comenzará la construcción de 76 nuevas viviendas públicas en el barrio de Valdecorvos con un presupuesto de 10,4 millones de euros, de los cuales 1,5 se gastarán el próximo año. La Xunta considera que la parcela municipal que se está utilizando como aparcamiento público podría utilizarse también para este fin.
La UAD
Respecto a la Unidad de Atención a Drogodependientes, gestionada conjuntamente por Xunta y Concello, la idea del gobierno autonómico es que a medida que los funcionarios municipales se jubilen sean sustituidos por personal del Sergas. En un futuro, que no se aclaró, las instalaciones se trasladarán a algún centro sanitario.
La Xunta confimó al Concello que el nuevo hospital estará terminado en septiembre de 2024, aunque no se desveló todavía el futuro uso del Hospital Provincial. Hay que recordar que el gobierno local pide un uso sociosanitario del viejo edificio de Loureiro Crespo, mientras que el PP municipal apostó en su momento por cederlo a la Universidade de Vigo. En todo caso, este lunes Rueda trasladó a Lores que se volverá a retomar el tema cuando terminen las obras del nuevo hospital.
Lo que sí se informó es que la Xunta invertirá más de diez millones de euros en la construcción del nuevo parking, de 892 plazas y con “tarifas asumibles” para los ciudadanos, y otros cuatro en el bar restaurante. En ambos casos los gestionará una empresa, que en el caso de la cafetería tendrá un coste anual de unos 500.000 euros para la concesionaria.
El Concello reconoce que poco puede hacer al respecto y considera que es “un gasto público excesivo”.
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