Los pontevedreses están dispuestos a comprar vivienda, ya que los elevados precios de los alquileres, así como la escasez de los mismos, les han empujado a plantearse que ya de invertir sea para lograr una propiedad. Sin embargo, también esto se les está complicando, ya que la continua subida de los tipos de interés está endureciendo el acceso a la vivienda, a pesar de que este, de partida, pudiera ser más asequible que un alquiler.
Así lo corroboran los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España, pero también las experiencias que día a día viven los trabajadores de las inmobiliarias de la ciudad.
Según los datos del primer semestre de este año, se han vendido en la comarca de Pontevedra 749 viviendas en los municipios que la conforman, lo que da una media de 125 por mes. Sin embargo, en el mismo período de tiempo del año pasado habían sido 915, o lo que es lo mismo, 152 por mes. Esto supone que se redujeron las ventas un 18% por ciento.
La información facilitada por el ministerio diferencia, además, entre vivienda nueva o usada. En el caso de la primera, en todo 2022 se vendieron 188 en la comarca, por lo que supusieron un 11% del total de las vendidas, que fueron 1.769.
Respecto al año actual, en el primer semestre se vendieron 34 viviendas nuevas en Pontevedra y su área de influencia, lo que es un 5% del total de las vendidas hasta ahora, las 749 mencionadas anteriormente.
“Está muy desequilibrado”
“No hay un balance. Está la cuestión muy desequilibrada. Por un lado la gente quiere comprar y los precios parecen asequibles, pero por otro se encuentran cuando van al banco con que el euríbor está como está”, resume Ibán Castro, gerente de la inmobiliaria Boa Vila de Pontevedra.
Por su puerta entran cada día potenciales compradores, hasta el punto de que ya cuentan con una lista de espera ante la elevada demanda para adquirir una vivienda.
“Se plantean comprar porque los alquileres están prohibitivos, y además de eso tampoco hay oferta en este sentido, por lo que se animan a tener un piso o una casa en propiedad”, indica.
Pero esa euforia casi siempre se les apaga en la primera visita a la entidad bancaria. “Salen de allí asustados”, confiesa Castro, que recuerda que el euríbor “está disparado”.
“Esto acabará reventando. Hoy mismo me decía una clienta que no puede ser que las dos cosas básicas para vivir, como son la vivienda y la alimentación, estén por las nubes. Y, lamentablemente, tengo que darle toda la razón”, reconoce el gerente de Boa Vila Inmobiliaria.
Del mismo modo se manifiestan en Fincas Carro: “Se ha parado un poco el tema de las ventas por esa cuestión”.
“Es esencial que la gente sepa hasta dónde puede llegar. Yo siempre les pregunto si tienen algún estudio financiero conforme al cual les recomienden y aprueben la hipoteca en el banco”, explican desde este negocio pontevedrés.
Y es que los trabajadores de las inmobiliarias se han convertido en cierto modo en los “Pepito Grillo” de los clientes, por quienes se preocupan después de todo lo vivido en el país con la crisis habitacional y los desahucios.
“Una letra que antes te podía costar 600 euros ahora está en 900. Y eso es mucho dinero para una familia. Siempre les aconsejamos qué cantidades son buenas para ellos”, afirman en Fincas Carro.
“Un alquiler es temporal y la gente tiene que vivir en algún lado, por lo que termina pagando lo que le piden. Pero los precios de los alquileres han subido un 60% o un 70%, no son precios reales, están sobrevalorados. Es normal que opten a la compra”, concluye el vendedor.
En la misma línea, en la inmobiliaria Merca Service detectan que el principal error del cliente es dirigirse primero a ver el inmueble que le interesa: “Siempre fue así. Nosotros, cuando nos dicen lo que quieren, se lo explicamos e intentamos informarles ya en la primera visita y, en función de sus ingresos y ahorros, les aconsejamos que vayan al banco para ver si es posible la compra. En realidad ese debería ser el primer paso”.
La mitad de las transacciones se realizaron en la Boa Vila
Casi la mitad de las ventas de viviendas de la comarca de Pontevedra del año pasado, un 47%, se produjeron en el municipio capitalino, según los datos hechos públicos por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España. De las 1.769, en la Boa Vila tuvieron lugar 828. Y, de estas, 414 eran pisos y casas nuevas. En lo que va de año, en la ciudad se han vendido ya 292, de las cuales 20 eran nuevas.
El auge de Sanxenxo
Le sigue Sanxenxo, con un total de 382 ventas en 2022, una elevadísima cifra teniendo en cuenta el tamaño del municipio. Son más del 21% de las transacciones de la comarca. En este caso, además, hay que destacar que la gran mayoría eran viviendas nuevas, 230, o, lo que es lo mismo, el 60%. En el primer semestre del año actual, la villa sanxenxina ha registrado 204 ventas, por lo que todo apunta a que, de seguir así, las cifras serán muy similares a las de 2022. Eso sí, nuevas por ahora solo se han vendido nueve. El tercer lugar lo ocupa Poio, con 185 compraventas en el conjunto del año pasado, de las que 104 eran nuevas. En el actual 2023 lleva 68, con solo una nueva. Por su parte, en Marín se produjeron 148 transacciones en 2022 (64 nuevas) y en el primer semestre de 2023 se registraron 71. Mención aparte merece la vivienda protegida, con cifras tan minúsculas como que el año pasado solo hubo seis compraventas en la comarca, cuatro de ellas en Pontevedra y otras dos en Caldas y Poio.