Pasarón ha vivido este domingo un partido cargado de raza, efectividad granate ante la portería... y un festival de tarjetas que perjudicó al Pontevedra CF, que tuvo arrestos para golear 5-0 al Guijuelo y superar la adv ersidad arbitral. Dos tantos tempraneros de Rufo (minuto 7) y Yelko Pino (minuto 11), ambos a pase de Chiqui, encarrilaban muy pronto el choque contra los salmantinos, que llegaban a Pasarón como segundos clasificados.

Tras los goles, el partido discurría plácido para los de Yago Iglesias, con el Gujuelo intentando quedarse con el balón y con un Pontevedra que se hizo pronto con el mando hasta que llegó el final de la primera parte. En el minuto 30 la parroquia ganate pidió penalti sobre Chiqui que el árbitro no vio y acto seguido Samu Mayo recibía la primera tarjeta amarilla por una entrada en el medio del campo para frenar un contraataque salmantino.

Al filo del descanso, Samu veía la segunda tarjeta amarilla, y por tanto la roja, por un golpe a un contrario con el brazo. Las cosas se ponían feas para el Pontevedra ya que teníaq ue afrontar la segunda parte completa con uno menos. Pero instantes después aparecía la figura de Chiqui, un estilete toda la primera mitad por su banda izquierda para sellar el 3-0 en el descuento. Si los dos primeros goles fueron de los llamados "psicológicos" por llegar tan temprano, este tercero lo fue aún más, ya que se produjo intantes antes del desc anso y tras el "palo" por la expulsión.

La tarjeta roja obligó a Iglesias a reestructurar el equipo y sacó al único delantero, Rufo, para dar entrada a Toño en el descanso, y en el minuto 57 entraba Álex González, cuya suplencia inicial sorprendió a la afición granate. Reemplazaba al revulsivo de la primera parte, Chiqui, y no solo ocupó su lugar, sino que asumió su papel. En los segundo 45 minutos, con un jugador menos y el Gujuelo tratando de recortar distancias, el Pontevedra fue capaz de marcar dos goles más, ambos de Ález González, que apenas festejó, quizás molesto por su suplencia.

Pero la victoria, aunque clara, no fue fácil. Y es que el festival de tarjetas y errores arbitrales enfadó a la grada, que pidió en el minutos 62 otro penalti sobre Toño. Poco antes, en el 55, Chiqui también se había llevado una amarilla por una entrada innecesaria. En una de susa múltiples internadas cayó al suelo y pidió falsa, sin que el colegiada señalara nada. Su reacción fue reaccionar con una entrada al rival, amonestada por el árbitro. Fue entonces cuando el míster granate decidió reemplazarlo por Ález González, g oleador en los minutos 80 y 83. El primero de ellos fue una rápida transición desde Edu Sousa hasta Dalisson, que cede al 7 granate para meter el balón en la red. Su segunda diana se produjo en una jugada individual dekl propio Álex, que recorrre medio campo, se apoya en Bastos y dispara lejos de Rabanillo.

Se c ertificaba así una más que merecida victoria de un Pontevedra ante un Guijuelo que no demostró en los 90 minutos (más ocho de prolongación en las dos mitades) sus resultados hasta ahora, con tres victorias en los cuatro partidos anteriores. Sus llegadas a la portería de Edu Sousa fueron muy escasas e inocentes. Tan solo centros laterales y poco más. Solo pudo maquillar algo el resultado al final, con un remate que salió lamiendo el poste.

Con un jugador más toda la segunda parte, el equipo entrenado por Mario Sánchez no fue capaz de generar ocasiones y se enredó en la maralla defensiva granate. El Pontevedra, que muestra en Pasarón una cara mucho más efectiva que lejos de casa, se sitúa así en la séptima posición de la tabla, con ocho puntos.