El presidente de la Diputación, Luis López y el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, son los nuevos presidentes de honor del Padroado de Mareantes San Miguel, nombrados en el acto solemne celebrado en el Concello de Marín. En nombre del conselleiro recogió el título el presidente de la Autoridad Portuaria de Marín, José Benito Suárez.
Fue nombrado además Mayordomo de Honor el presidente del Grupo Nogar, Víctor Nogueira García (recogió el reconocimiento Ceferino Nogueira), y Cofrades de Honor la concejala Itziar Álvarez Tapia y el portador del estandarte del Padroado, Rafael Álvarez Martínez.
Con las distinciones de honor comenzaba la fiesta de San Miguel, que integra la ancestral Danza de Espadas, declarada de Interés Turístico de Galicia.
En el acto solemne del Padroado se entregaron además las espadas de oro y de plata a los danzantes más veteranos. Recibió la Espada de Oro, por 20 año en la danza Rosa María Neira Dopazo; y las Espadas de Plata, por 10 años de labor, Andrea Buezas Magariños y Ramón Omil Cortegoso. Se nombraron además diez cofrades numerarios.
Tras la recepción de autoridades y cofrades en el salón de plenos del Concello y la entrega de medallas y distinciones, sonó la gaita dos Marañóns a cargo de José Iglesias del grupo “Pousos da Area”, interpretando la música de la danza. La festividad siguió con una misa solemne en el Templo Nuevo, cantada por el coro Thalassa y posteriormente comenzó la tradicional procesión de San Miguel por las calles del centro de la villa. A lo largo del recorrido se realizaron las paradas de los danzantes para representar la Danza de Espadas, en el entorno del Palco de música, en la Plaza de España y en la Plaza del Reloj, así como la Queima de Madamitas, que es otra de las tradiciones de esta festividad.
La alcaldesa, María Ramallo, agradeció y animó al Padroado San Miguel “que vele por la fiesta, su fervor, devoción, implicación, que aumenta la participación y que se cuiden todos los detalles para la esencia e importancia de nuestros valores más especiales de este San Miguel”, así como al Ateneo Santa Cecilia, que hoy en día mantiene viva la tradición.
“Nuestra fiesta”, subraya Ramallo, desde el siglo XVII
Desde que en 1639 se crease la Cofradía de San Miguel, patrón del Gremio de Mareantes y de la villa, Marín mantiene “una fiesta, la nuestra, llena de tradición, devoción, rutina de la buena, de la que hace vibrar generación tras generación y sobre todo de todos los que de manera voluntaria, altruista con alegría, aportáis para que se mantenga, siga, se transmita y se logre disfrutar hoy”, dijo la alcaldesa, María Ramallo. La primera edil subrayó que esta fiesta nació para que los marineros rindieran tributo a su patrón, como protección contra los peligros del mar, así como agradecimiento por los frutos que obtenían de él. La cofradía desapareció en el siglo XIX, y con ella la danza y el ritual. El Ateneo Santa Cecilia decidió recuperar esta tradición y devolvió el baile a Marín en 1959. Ramallo agradeció las colaboraciones del músico Carlos Núñez, con quien “el año pasado éramos testigos de ese estreno que lo guió en todos sus conciertos llevando nuestra danza” por el mundo y también agradeció la labor del Ateneo Santa Cecilia, y de los grupos Meigas e Trasnos, Beiramar, y Pousos de Area.