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Roberto Antón | Psicólogo

“No existe el síndrome posvacacional, es normal sentirse desadaptado al principio”

El sanitario insiste en trabajar con el contexto y no patologizar la vida cotidiana

El psicólogo y profesor universitario Roberto Antón en la céntrica plaza del Teucro. Faro de Vigo

El pontevedrés Roberto Antón es presidente de la Asociación de Terapia Familiar e Mediación de Galicia (ATFMG) y profesor titular de la Universidad Internacional de Valencia. Además, compagina estos roles con su consulta en la ciudad del Lérez. Existe una corriente, que el sanitario suscribe, que no ve con buen ojo las advertencias que colman medios y espacios publicitarios sobre el síndrome posvacacional. Sostiene que el supuesto síndrome es una manifestación más de la ansiedad generada por el contexto que uno vive.

–¿Qué se entiende por síndrome postvacacional?

–Son una serie de síntomas que puede padecer una persona al enfrentarse a la vuelta a la actividad laboral después de unas vacaciones medianas o largas durante el proceso de adaptación. Insomnio, ansiedad, fatiga, desánimo o irritabilidad son algunos de los síntomas que se suelen señalar.

–¿Por qué usted no está de acuerdo con esto?

–Algunos compañeros ponemos en duda esta tendencia de convertir en patológicos todos los eventos de la vida: es normal sentirse desadaptado en algunos momentos de cambio a o largo del proceso vital. Uno puede estar ocioso y volver a pensar en retomar la rutina genera malestar. Esto no significa que exista el síndrome posvacacional, sino que es un proceso natural y no hay que patologizar la vida cotidiana.

–Por suerte la salud mental ya no es un tabú, ¿piensa que también existe un sobrediagnóstico?

–Creo que hay acontecimientos dolorosos, como una ruptura de pareja, que son consustanciales a la vida y al ser humano. Hay manuales de diagnóstico de salud mental que, comparados ahora con su primera edición a mediados del siglo pasado, su tamaño se multiplicó por cinco. Esto tiene que ver que hay muchas cuestiones de la vida cotidiana, y lo digo así porque no me gusta hablar de vida normal, que se han patologizado. Desde el punto de vista de algunos profesionales, no tiene sentido hacer eso. Crear en la población general sensación de alerta por determinados síntomas para que pidan ayuda me parece un error. Si necesitas ayuda, por supuesto que hay que atender el problema, pero es contraproducente crear alarma.

"Crear en la población general sensación de alerta por determinados síntomas para que pidan ayuda me parece un error"

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–¿Esto ocurre con el síndrome posvacacional?

–Es otro caso de crear alarma y enfermedades que no existen, porque este supuesto síndrome remite solo a la primera semana. Podríamos ponernos también en cuestiones como el síndrome “post fin de semana”, y en general hacer síndromes de todos los eventos de la vida que generan ansiedad.

–El acceso a información en línea sobre cuestiones de salud, ¿puede llevar a autodiagnósticos?

–Sí, en internet hay quien puede creer que tiene síntomas y por tanto tiene un síndrome o una enfermedad mental.

–Una ciudad como Pontevedra, ¿puede mejorar la calidad de vida de las personas y ayudar a llevar la vuelta a la rutina?

–Creo que el contexto es muy importante y que no es lo mismo llevar ciertos ritmos de vida y de trabajo, como es el caso de ciudades grandes, que vivir en ciudades más tranquilas. Aún así, la persona que está mal lo seguirá estando independientemente de dónde viva. El trabajo a día de hoy está cambiando y se puede incluso hacer en remoto, ir a vivir al rural, y estar mal por otros motivos. Las conexiones laborales son importantes y comunicar a la persona que es nuestra superior cómo estamos es esencial. Muchos casos de malestar en el entorno laboral y ansiedad vienen de ahí o incluso de acoso laboral.

Un trastorno del que hace años no se oía hablar

–¿Cómo aconsejaría a un paciente que asegura sentirse angustiado por la vuelta al trabajo?

–Le diría que deje pasar una semana para adaptarse a la vuelta a la rutina, si siente algunos síntomas ansiosos o depresivos. Si persiste, puede que haya algo detrás de la vuelta a la rutina que esté afectando, como un caso de acoso laboral. También puede que haya una problemática ansiosa de fondo y que el trabajo sea una cara más de esa serie de preocupaciones que hacen sufrir y rumiar a la persona. En esos casos, intentamos ayudar a la persona con todas las herramientas para enfrentar la situación, pero cuando hay un problema dentro del entorno laboral, por ejemplo, es más difícil que la vuelta a la rutina sea apetecible.

"No podemos abordar un caso de estrés posvacacional o de depresión incluso, como un tema del individuo"

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–¿Influye el contexto laboral de la persona?

–Desde mi punto de vista, no podemos abordar un caso de estrés posvacacional o de depresión incluso, como un tema del individuo porque puede que haya un tema lesivo o grave del que no puede escapar. Si no podemos trabajar concontexto, es bastante injusto diagnosticar como paciente de una enfermedad o patología a una persona. En muchos casos, hay un componente más social.

–¿Hay interés por publicitar el síndrome posvacacional?

–Creo que sí que existe interés, pero por sentirnos más tristes el domingo pensando en la vuelta al trabajo el lunes no hay por qué pensar que estamos ante un proceso ansioso. No podemos crear categorías diagnósticas de todos los acontecimientos rutinarios y por eso muchos profesionales ponemos en duda este tipo de trastorno. Hace unos años no se oía hablar de él, pero se puso de moda como otras cuestiones, y el peligro es que la gente lo viva como una realidad.

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