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María Magariños Psicóloga

“El calor extremo como el de estos días provoca estados ansiosos y agresividad”

Con termómetros que alcanzan los 38 grados, Magariños habla sobre prevención y salud mental frente al calor

La psicóloga posa en su cínica de Pontevedra. FdV

El calor extremo, como bien saben en otras partes de la península, tiene efectos negativos sobre la mente, aunque esto parezca chocar con la animosidad de la época estival. María Magariños, directora de Psicosaúde Pontevedra, advierte de los efectos adversos de ola de calor que está registrando máximos históricos en la comarca, un avance de los futuros veranos en Galicia.

–El calor de estos días en Pontevedra, ¿afecta psicológicamente a las personas?

–Nuestro cerebro necesita una temperatura corporal entre los 35 y los 40 grados centígrados para funcionar con normalidad. Cuando nuestra temperatura está fuera de esa franja el cerebro empieza a funcionar peor o incluso puede llegar a dejar de funcionar. El calor extremo como el que estamos viviendo estos días produce un efecto de activación en el sistema nervioso, aumentando la producción de adrenalina, lo que deriva en estados ansiosos. Consecuencia de ello es también un aumento de la agresividad, irascibilidad, cansancio, dificultades de concentración, insomnio...

–¿Cree necesaria alguna medida extraordinaria?

–Teniendo en cuenta las advertencias de los expertos respecto a la tendencia global, más tarde o más temprano será necesaria una regulación estatal para proteger a colectivos vulnerables. Por ejemplo, los horarios y condiciones de trabajo en ciertas profesiones en los que trabajadores están expuestos, así como instituciones con población vulnerable como escuelas, hospitales y centros de día.

–¿Se recrudecen los síntomas en personas con trastornos o patologías previas?

–Pueden verse exacerbados algunos síntomas como ansiedad o estrés e incluso empeoramiento del ánimo. Las personas con discapacidad intelectual pueden tener dificultades para detectar indicativos de altas temperaturas y carecer de habilidades para protegerse de sus efectos.

–¿Existen colectivos vulnerables?

–Las personas mayores, niños y bebés son de los más vulnerables por las dificultades que tiene su propio organismo de regular la temperatura corporal. Además están las personas con obesidad, enfermedades crónicas, con bajos recursos o con difícil acceso a agua potable, y colectivos que trabajan al aire libre. Personas con discapacidad intelectual o problemas mentales, también.

–¿Cómo podemos combatir el calor? ¿Qué actividades sientan bien mentalmente?

–Con una buena ventilación, refugiarse en lugares frescos, hidratación evitando, comida ligera y con alto contenido en agua son aspectos fundamentales. Evitar en la medida de lo posible esfuerzos físicos o cognitivos altos y mejor optar por actividades reconfortantes como la meditación, la lectura o escuchar música.

–En verano, ¿se dan más casos de insomnio, depresiones...?

–No es algo que en mi consulta hayamos detectado de manera significativa, supongo que por las condiciones climáticas de Galicia. Quizás si la tendencia fuese a alcanzar temperaturas muy altas de manera sostenida, tendría consecuencias profundas. Lo que se observa es un empeoramiento de síntomas en pacientes inestables, aunque en otros el verano produce un efecto potenciador del ánimo.

–¿La gente sigue yendo al psicólogo en verano?

–Sí. Pueden llegar más personas pidiendo ayuda porque se sienten solas. Al final, los problemas contextuales o psicológicos siguen estando ahí.

"En verano llegan más personas pidiendo ayuda porque se sienten solas. Al final, los problemas siguen ahí"

María Magariño - Psicóloga

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–¿Quienes toman psicofármacos corren riesgo de sufrir mareos u otros problemas?

–Es un posible efecto secundario del calor en personas que toman medicación. Algunos antidepresivos afectan a la capacidad del organismo de regular la temperatura corporal y algunos pueden generar deshidratación, que en situaciones de temperaturas extremas tienen consecuencias mas exacerbadas.

Los fenómenos extremos, una tendencia al alza

Estos días, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) llegó a registrar en la comarca 38 grados centígrados. El pasado año, Pontevedra sufrió tres olas de calor, y este año el mes de agosto cierra con varias alertas en su historial, amarillas y naranjas, al haber superado los 35 grados. Incluso las temperaturas mínimas, por ejemplo ayer (con 22 grados centígrados) están dejando unas cifras para la memoria. Hoy, por fortuna, la máxima será de 28 grados.

Estas temperaturas extremas provocan cansancio, vuelven más irascibles a las personas y ponen en riesgo la salud física y emocional de todos. Quedarse en casa para hacer frente al calor, algo que hasta hace poco parecía propio de otras partes de España, se volverá una realidad en Galicia de aquí a unos años. Quizás entonces sea posible establecer una correlación que por ahora los psicólogos no “ven clara”, si bien ya están comenzando a notar en las consultas. El insomnio y la falta de concentración cronifican la sensación de cansancio, que de prolongarse en el tiempo tendría, en palabras de la psicóloga Magariños, “consecuencias más exacerbadas”.

En cualquier caso, es recomendable prestar a atención del calor y, teniendo en cuenta los consejos de los profesionales del clima y de la salud, intentar llevar una vida lo más normal posible aunque sea más incómodo. Es posible continuar disfrutando por todo lo alto del verano aún con altas temperaturas, cuidándose y descansando convenientemente.

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