Pontevedra atraviesa la segunda gran ola de calor del mes de agosto, y prácticamente del verano, con el mercurio disparado hasta los 37 grados en las horas centrales del día y con las conocidas como “noches tropicales”, con temperaturas mínimas de casi 20 grados. Además, los cielos estaban despejados, con pocas nubes, alguna de tipo alto pero que no impidieron el paso del sol.

Dos operarios hidratándose ayer por la mañana. | // GUSTAVO SANTOS

Según la estación meteorológica de Campolongo, en el centro de Pontevedra se alcanzó el punto máximo poco antes de las cuatro de la tarde, con más de 36 grados registrados y una sensación térmica de casi 38.

Tres mujeres, con abanicos y viseras por el centro de la ciudad. | // G.S.

Se trata de cifras inusuales en la costa pontevedresa, pero que fueron todavía más extremas hacia el interior, con máximas de 37 grados en Cerdedo-Cotobade (con mínima de unos 16 grados) y Ponte Caldelas, con sensaciones térmicas de casi tres grados más en algunos casos.

Hacia la costa, máxima también de más de 36 grados en Poio, donde las mínimas fueron de más de 24 grados. Algo más suaves se registraron en Sanxenxo y Marín, con algo más de 34 grados de máxima y 20 y 21 grados de mínima, respectivamente.

Con estas cifras, no extrañaron algunas de las escenas que se vivieron a lo largo y ancho de la comarca, donde las calles se quedaron prácticamente desiertas en las horas centrales del día y, en el resto de la jornada, los vecinos buscaban sombra en la que resguardarse y caminaban con botellines de agua y, en muchos casos, con abanicos e incluso miniventiladores. Los más pequeños, casi siempre los más atrevidos, aprovecharon las fuentes a ras de suelo, como la de la Glorieta de Compostela, para remojarse. Otras personas, especialmente peregrinos, se refrescaron también en otras fuentes de la ciudad, como la de los Tornos.

A partir de mañana, jueves, esta masa de aire cálido empezará a desplazarse, iniciando una retirada progresiva, y empezarán a llegar unas nieblas desde el mar, conocidas como “nieblas de advención”, que son como un aire acondicionado natural, que refrescarán bastante el ambiente. Así, jueves y viernes las temperaturas volverán a la normalidad del mes de agosto; no van a ser valores bajos, pero sí más agradables y asumibles, en torno a los 29 grados.

Según explican desde Meteogalicia, la comunidad autónoma está en alerta por altas temperaturas, pero no se ha decretado ola de calor. Esto quiere decir que los avisos por temperaturas extremas se producen en días puntuales, como el aviso amarillo en Pontevedra, y porque se alcanzan temperaturas de unos 35 grados. Cuando Sanidade o el 112 alertan por ola de calor no se refieren a días concretos, sino a una sucesión de días que cumplen ciertos requisitos en cuanto a la intensidad del episodio, la temperatura a la que se llega, y a su duración, que en este caso sería de al menos tres días.

Hidratarse y buscar sombra, fundamental

Las principales recomendaciones para sobrellevar mejor los días de temperaturas extremas son evitar la exposición prolongada al sol, beber con frecuencia, usar productos de protección solar y ropa ligera, así como buscar lugares con sombra para protegerse. Los expertos señalan fundamental que en las horas centrales del día, entre las 14.00 y las 17.00 horas, se evite permanecer en el exterior, sobre todo en estancias de tiempo prolongadas. También se recomienda no hacer ejecicio físico o trabajos que conlleven una actividad física importante, especialmente al aire libre o en lugares poco acondicionados. Cabe recordar que además de las altas temperaturas, también se están registrando índices altos de radiación ultravioleta, por lo que no se considera adecuado tomar el sol, especialmente en las horas centrales del día.