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Transportes ejecuta un macronudo en la N-550 en Vilaboa pero sin mejorar el enlace con la autopista

Las obras se realizan en la desembocadura de la futura circunvalación de Pontevedra y es un proyecto complementario de esa autovía | Se desviará un tramo del vial pero la conexión con la AP-9 continuará sin permitir circular hacia Vigo

Trabajos en Vilaboa para crear el macronudo entre la circunvalación de Pontevedra, la N-550 y la N-554. | // RAFA VÁZQUEZ

El Ministerio de Transportes, que desde hace más de siete años ejecuta el tramo de la circunvalación de Pontevedra entre Marcón y Vilaboa, tiene en marcha en este último municipio las obras para establecer un macronudo en la N-550 que servirá de conexión con esa futura autovía, pero también para reorganizar el tráfico en el cruce de la citada carretera nacional con la también estatal N-554, que une Vilaboa con Rande.

En las inmediaciones de esta intersección, una de las más conflictivas del municipio, se localiza un enlace con la autopista, una conexión muy parcial ya que solo permite a los usuarios dirigirse desde ese punto hacia Pontevedra, a apenas cinco kilómetros, pero no está habilitado para tomar la dirección contraria, hacia Vigo, Pese a la complejidad de las obras en esa zona, no está prevista la mejora de ese nudo, por lo que seguirá siendo unidireccional, según admite el alcalde de Vilaboa, César Poza. Esta mejora es una vieja reivindicación de toda la comarca, pero nunca ha sido tenida en cuenta, ni siquiera con el macronudo ahora en marcha.

Según explica Poza, una de las actuaciones previstas es crear un paso elevado sobre la N-550 para permitir el tránsito entre ambas márgenes, especialmente para los vehículos agrícolas, sin necesidad de cruzar una carretera con una elevada circulación. Además, se ejecuta una carretera bajo el viaducto del Eje Atlántico ferroviario y se desviará un tramo de la propia N-550 para modificar por completo la conexión con la N-554. Habrá viales de servicio y rotondas, de modo que se convertirá en un tramo sin cruces a nivel.

Poza destaca que esta actuación mejorará la seguridad en la zona y hará “más permeable” la conexión entre las dos márgenes de la carretera con el paso elevado en marcha. El plazo de ejecución es de seis meses, por lo que se confía en que esté en servicio a finales de este año o principios de 2024.

Aunque es un proyecto complementario de la A-57-circunvalación de Pontevedra, se integrará en la conexión de esta futura autovía con la propia N-550, ya que la prolongación natural de la A-57 hacia el sur está totalmente “congelada”. En Vilaboa se ubica un tramo de la propia circunvalación, un recorrido que mantuvo cerrado durante diez meses la conexión entre Figueirido (Vilaboa) y A Canicouva (Pontevedra). Se trata de la EP-0001, que se cerró al tráfico el 8 de agosto pasado por un plazo de tres meses para facilitar la ejecución de las obras de la autovía, pero que no se reabrió hasta el pasado 20 de junio. Diversos obstáculos en la ejecución, la crisis de suministros, que afectaron sobre todo a la construcción, el propio ritmo de los trabajos y otros factores hacen muy difícil acelerar la ejecución de los seis kilómetros de autovía entre Vilaboa y Marcón, a los que hay que sumar otros 2,5 kilómetros de vía convencional para conectarla la A-57 con la Nacional 550 y la AP-9 en Vilaboa.

Estado actual de las obras en la A-57 en la zona de A Canicouva. | // RAFA VÁZQUEZ

“Veo difícil que el tramo de la A-57 esté antes de 2024”

“Se dijo que estaría lista este año, pero veo difícil que esté antes de 2024”. El alcalde de Vilaboa, César Poza, admite que el tramo de la A-57 entre Marcón y su municipio está en servicio antes de un año, pese a que se ha anunciado su finalización en varias ocasiones. Las últimas explicaciones del Ministerio de Transportes es que las obras, iniciadas a finales de 2015, estuvieron mucho tiempo “al ralentí” y no se reactivaron hasta que el PSOE llegó al Gobierno, en 2019. Por el mismo camino parece que transitan los otros dos tramos de la circunvalación de Pontevedra, entre Marcón y Xeve y desde ahí hasta Curro, en Barro, donde conectaría con la AP-9.

En mayo pasado el Gobierno central resucitó el primero de esos trechos pendientes con la declaración de impacto ambiental. Desde 2018, cuando se publicó el último documento técnico de este recorrido, no se registraban avances administrativos al respecto, hasta el punto de que la anterior declaración de impacto ambiental, de septiembre de 2007, llegó a caducar. Además del tramo A Ermida-Pilarteiros que ahora se reactiva, está pendiente un tercero, entre Pilarteiros y Curro, del que tampoco hay noticias en el BOE desde 2018. El tramo propuesto entre A Ermida, en Marcón, y Pilarteiros, en Xeve, cuenta con una longitud total de cinco kilómetros y tres viaductos: en concreto, habrá uno de 365 metros sobre el Rego de Cardosa, otro de 461,5 sobre el Rego de Xanín, y el de mayor tamaño sería sobre el río Lérez, de 735 metros.

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