Varios paneles con escenas y monumentos, pequeñas tartas de Santiago, figuras de Sargadelos sobre la ruta a Compostela, conchas marinas... Al escaparate de la Confitería Capri dedicado al Camiño Portugués a Santiago no le falta detalle. El emblemático establecimiento de Pontevedra ha decidido, una vez más, regalar a los viandantes un montaje hecho con chocolate blanco y negro. No es la primera vez que lo hace y los motivos varían según la época del año. De hecho, todavía se pueden ver en las estanterías del interior de la pastelería las creaciones realizadas con motivo del Día das Letras Galegas y el rostro de Francisco Fernández del Riego.
Ahora, aprovechando la temporada alta turística y teniendo en cuenta la proximidad física de Capri a la capilla de A Peregrina, la temática no podía ser otra que el Camiño de Santiago. Hay varias planchas de chocolate blanco con la representación de figuras de peregrinos, la iglesia pontevedresa y hasta la catedral de la capital gallega.
En esta creación hay dos personas especialmente importantes: los pasteleros Miguel Calviño y José Andrade. Este último es quien ha diseñado los bocetos a los que después ha dado forma con chocolate.
El proceso es bastante simple, aunque una cosa es contarlo y otra llevarlo a cabo. “Para mí es fácil, claro, pero supongo que porque ya llevo haciendo esto años”, reconoce a FARO.
Primero se realiza el dibujo con chocolate negro sobre un molde de plástico, que se cubre con chocolate blanco; al darle la vuelta se obtiene el resultado. “Tienen que ser figuras simples que se puedan hacer en relieve”, señala.
Hay que destacar que a José Andrade le gusta mucho la fotografía y que aplica esta pasión a estas creaciones. “Siempre que veo alguna imagen que me gusta mucho en una publicación la guardo para poder usarla después”, indica.
Una de las cuestiones que se plantea el público con más frecuencia cuando ve este escaparate es qué ocurre en los días de mucho calor como estos de San Xoán, en los que las temperaturas están siendo elevadas. “Cuando hace mucho calor lo que se hace es bajar un poco la persiana exterior, así como el sol no le da directamente a las planchas aguantan bien”, confirma Andrade.
“Experiencia impresionante”
Por su parte, Miguel Calviño también ha aportado su grano de arena a esta composición golosa con varias conchas y una pequeña calabaza, símbolos todos ellos de los peregrinos.
El pastelero se estrenó el año pasado haciendo el Camiño de Santiago. “En noviembre hice la variante francesa, y el pasado mes de abril la portuguesa. Ahora ya quiero repetir ambas otra vez”, confiesa.
Y es que era una espinita que llevaba clavada desde hacía años y que, “por unas cosas y otras”, nunca había llegado a cumplir. “Es una experiencia impresionante. Se lo recomiendo a todo el mundo. Una vez que lo haces ya estás deseando volver. Yo decidí hacerlo por motivos religiosos y espirituales y en solitario, pero también como una vivencia. Es algo único”, dice.
Sea como fuere, su sueño ahora se ha materializado también del modo más sabroso del mundo: con chocolate.