El nuevo albergue “San Javier” de Cárita Diocesana de Santiago-Interparroquial de Pontevedra fue inaugurado oficialmente este sábado en un acto con autoridades religiosas, políticas y civiles y en el que no faltó la bendición del espacio, que corrió a cargo del arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto Fernández. Las instalaciones, que ya se encuentran a pleno rendimiento, cuentan con siete habitaciones compartidas para personas sin hogar; cinco son para hombres y dos para mujeres. En total son 27 plazas: 20 para ellos y 7 para ellas, una de las principales novedades, ya que hasta el momento solo se destinaban a hombres. Además, los usuarios pueden beneficiarse de los servicios básicos que se ofrecen en el albergue: duchas, lavandería, taquillas, cocina..., así como el habitual asesoramiento que se ofrece desde Cáritas Interparroquial enfocado a la reinserción social.
Con este nuevo “San Javier”, en la calle Joaquín Costa, frente al Hospital Provincial, se da por finalizada la etapa del albergue que la institución religiosa tenía en Monte Porreiro. Se espera que con esta céntrica ubicación sean más las personas que decidan dormir bajo techo, ya que la distancia dejará de ser un impedimento como ocurría hasta ahora. Y prueba de ello es que ya durante estos días ha tenido una ocupación casi plena. Ayer mismo, solo quedaba una plaza disponible.
Una de las principales características del nuevo edificio es su luminosidad
La rehabilitación del nuevo edificio es obra del arquitecto pontevedrés Mauro Lomba Martínez. Los trabajos, una vez superada esta primera fase, afrontan la dos siguientes.
En la segunda se centrarán las obras en la creación de un centro de atención continuada, un espacio a disposición de las personas vulnerables en el que se les ofrecerán directrices y recomendaciones, así como ayuda en diferentes ámbitos, para que puedan reinsertarse en la sociedad.
En la tercera, por su parte, la idea es crear un piso con nueve habitaciones tuteladas, el último paso para que esa reinserción se haga realidad.
El presupuesto estimado de toda la obra es superior al millón y medio de euros, habiéndose invertido ya en la primera fase más de 960.000. De esta cantidad, la Xunta aportó 300.000 euros, Ence otros 20.000 y a través de micromecenazgo se obtuvieron más de 20.500 euros. Se estima que la segunda fase tenga un coste aproximado que ronde los 470.000 euros y la tercera, los 250.000.
En este sentido, Anuncio Mouriño, director de Cáritas diocesana de Santiago, recordó que las personas sin recursos son una responsabilidad “de todos, no solo de la Iglesia, sino de la sociedad”.
"Las personas sin recursos son una responsabilidad de todos, no solo de la Iglesia, sino de la sociedad”
Hay que recordar que al inicio de las obras, desde Cáritas se hizo un llamamiento a la colaboración ciudadana en este sentido, así como a las instituciones públicas, que tuvo su resultado con las diferentes aportaciones.
Precisamente, el director xeral de Inclusión Social de la Xunta, Arturo Parrado, incidió en que “las administraciones tenemos la responsabilidad de que las personas puedan desarrollar un proyecto vital”. Destacó, asimismo, que el 20% de las personas sin hogar son mujeres.
La rehabilitación del edificio se ha hecho en la línea del Plan de Atención de Persoas sen Fogar en Galicia (2019-2023). La primera fase, con una construcción de 550 metros cuadrados, dota al edificio de aulas para talleres de formación y de servicios básicos. También se mejoran las dependencias administrativas.
El arzobispo de Santiago: “Queremos poner luz allí donde hay oscuridades muy fuertes”
El arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto Fernández, presidió e inauguró el nuevo albergue. Para el religioso, este hito supone una forma de “visibilizar una preocupación y un compromiso que dignifiquen la vida de las personas sin hogar”. Celebró que el acto tuviese lugar en la víspera del Corpus Christi, el día de la caridad para la Iglesia católica, y citó unas palabras del profeta Isaías sobre este aspecto. Destacó que el nuevo albergue llame la atención por su luminosidad en el interior y lo comparó con que “se quiere poner luz allí donde hay oscuridades muy fuertes”. Hizo un repaso de todas las circunstancias sociales y políticas que habían condicionado la vida en el mundo en los últimos años: la pandemia del COVID, la crisis económica, la guerra en Ucrania... y recordó que, para Cáritas, nunca debe haber “nadie sin hogar, nadie sin cobertura”.
Caridad “preventiva”
En relación, precisamente con la caridad, el arzobispo hizo hincapié en que “no podemos permanecer como meros espectadores, ni siquiera como meras voces críticas”. “Estamos llamados a ser, como nos recuerda el papa Francisco, la parte activa en la rehabilitación y auxilio de las personas heridas”, dijo. En esta línea, abogó por una caridad no solo asistencial, sino también “preventiva, curativa y propositiva”. “Caridad es abrir puertas, ofrecer oportunidades que permitan vivir con justicia y dignidad”, resumió.
Varios caniles para entrar con sus “mejores amigos”
El edificio, que destaca por su luminosidad, tiene un planta en forma de “U” con un patio central que conecta con la parcela posterior. Precisamente, en esta zona se han incluido varios caniles para perros, los “mejores amigos” de los usuarios con frecuencia y, en ocasiones, su única familia. Cáritas había detectado que muchas de las personas sin hogar prefieren dormir en la calle, incluso en épocas de ola de frío, porque no se permitía el acceso con animales, de ahí que ahora se haya tenido en cuenta esta necesidad en el nuevo albergue. El arquitecto Mauro Lomba, que cuenta con la estrecha colaboración del también profesional del sector y voluntario de Cáritas Alberto Escobar, destaca que la idea fue “convertir el espacio en lo más parecido a un hogar”.