La bajísima oferta de vivienda en la ciudad se palía con la reconversión de oficinas en pisos

El metro cuadrado en venta es mucho más bajo que en el caso de los apartamentos tradicionales | Los concellos tienen la última palabra a la hora de dar el visto bueno al cambio, que también tiene que cumplir la normativa autonómica

Oficina en entreplanta con posibilidad de conversión en vivienda en la calle Benito Corbal.

Oficina en entreplanta con posibilidad de conversión en vivienda en la calle Benito Corbal. / GUSTAVO SANTOS

La escasa, y con frecuencia nula, oferta de viviendas en el casco urbano de Pontevedra y, por otro lado, las dificultades para que se alquilen los locales vacíos con uso comercial o de trabajo, han llevado a los propietarios a anunciar sus oficinas para el uso como pisos de tipo familiar. Hay ciertas condiciones técnicas que deben cumplir y no todo vale, pero lo cierto es que se ha convertido en un negocio en auge y al que tanto ofertantes como demandantes ven cada vez más posibilidades.

Por ejemplo, en la calle Benito Corbal de Pontevedra, la conocida como “milla de oro”, se ofrece en venta por 220.000 euros una amplísima oficina de 185 metros cuadrados con nueve metros a la fachada principal, así como una terraza de cinco metros. Es una entreplanta exterior, pero cuenta con dos baños y el edificio tiene ascensor. El precio del metro cuadrado es mucho más bajo que el de una vivienda convencional en la misma zona, con la ventaja, además, de que este local también puede ser reconvertido en piso.

Pero no es el único caso en pleno centro. Basta con hacer unas cuantas llamadas a varias inmobiliarias de la ciudad y bucear por las páginas web del sector para encontrar muchas más ofertas de este tipo, como es el caso de otras oficinas de 187 metros cuadrados que se vende en la calle Santa Clara por 145.000 euros y cuyos anunciantes destacan la posibilidad de transformarlas en dos viviendas por sus “techos altos y grandes ventanales”.

“Se están recibiendo cada vez más solicitudes en este sentido”, confirma a FARO Xaquín Moreda, concelleiro de Urbanismo del Concello de Pontevedra, que recalca que hay unos “requisitos mínimos” de obligado cumplimiento y que, por ejemplo, hoy por hoy “no se puede convertir en vivienda un local en planta baja”, pero sí algunas a partir del primer piso o entresuelo.

"Hay muchos encargos que no se podían hacer hasta ahora. Es una demanda de hace tiempo"

Anselmo Villanueva

— Presidente del COAG Pontevedra

“De hecho, la Xunta está realizando modificaciones en las normas de habitabilidad a nivel autonómico”, añade Moreda.

Se trata de un cambio, por cierto, que se hace a instancias del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, tal y como celebra, por su parte, Anselmo Villanueva, presidente del órgano colegial en Pontevedra. Este profesional matiza que, en todo caso, “lo importante es que los planeamientos municipales lo autoricen, porque si no no se van a poder hacer”.

“Lo que está haciendo con el cambio en el decreto la Xunta es modificar las condiciones que tenían los locales. Sobre todo afectará a los entresuelos, que hasta ahora se veían condenados a estar en desuso, agonizando, y eso es algo que se ha constatado mucho a raíz del auge del comercio electrónico, lo que ocurre es que no se ven tanto como los bajos comerciales, que son más evidentes a pie de calle”, resume el arquitecto.

En este sentido, considera que siempre es positivo dar una nueva vida “a esos locales que no llegan muchas veces a los dos metros y medio de altura, pero que sí reúnen unas condiciones muy adecuadas para la habitabilidad y ser reconvertidos en viviendas”.

"Sobre todo afectará a los entresuelos, que hasta ahora se veían condenados a estar en desuso, agonizando, y eso es algo que se ha constatado mucho a raíz del auge del comercio electrónico"

Hay que recordar que la altura mínima en interior actual para una vivienda en Galicia es de 2,5 metros, pudiendo reducirse a 2,20 metros en pasillos, cuartos de baño, aseos o lavaderos.

“Habrá ligeros cambios que permitirán esos nuevos usos, no serán grandes cambios”, subraya.

Respecto al hecho de que la gente se plantee realmente vivir en un bajo, Anselmo Villanueva manifiesta que “hay muchos tipos de bajos: no es lo mismo uno en la calle de la Oliva que otro en San Antoniño”. E insiste en la importancia de que los planes municipales estén adaptados en este sentido, para que ofrezcan la garantía jurídica. “En determinadas zonas de la ciudad puede ser maravilloso vivir en un bajo”.

Protección de vistas

Uno de los principales problemas es la protección de vistas, aunque actualmente ya se fija en 1,80 metros desde la calle, de modo que se garantice la intimidad del interior. “Lo que se está tratando ahora es de modularlo, pero ya hay una protección de vistas alta”, opina. “Hay, de hecho, algunos locales que tienen un acceso de tres o cuatro pasos que son ideales para reconvrertir en viviendas”.

“Al fin y al cabo, va a ser una reutilización de espacios vacíos, porque muchas veces esos propietarios no son capaces de obtener una licencia para una actividad, pero para vivienda tampoco, por lo que están en un limbo. Es darle salida a eso y es muy acertado. De hecho, quien lo promovió fue el Colegio de Arquitectos, en colaboración con la Xunta, que desde el principio estuvo muy dispuesta. Por eso ahora esperamos que los diferentes concellos tengan a bien aplicarlo con sentido común”, afirma.

El problema del intrusismo

Los arquitectos ya están recibiendo numerosas peticiones de proyectos para llevar a cabo estas reconversiones, corrobora el presidente del COAG en Pontevedra: “Hay muchos encargos que no se podían hacer hasta ahora”. “Es una demanda que teníamos desde hace tiempo”.

Asimismo, respecto al intrusismo en el sector, subraya que “los únicos técnicos que están cualificados para hacer este cambio de uso son los arquitectos”. “Nos estamos encontrando con problemas y, deontológicamente, está habiendo denuncias de que hay ingenieros y aparejadores que están realizando un trabajo que solo pueden hacer los arquitectos. Es un tema competencial y está siendo un problema”, informa.

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La Xunta sometió a información pública durante dos semanas, hasta el pasado 1 de junio, el proyecto de decreto de modificación de las normas de habitabilidad de viviendas de Galicia, que, entre otras cuestiones, facilitará y permitirá en determinados supuestos que bajos comerciales sin actividad en entornos urbanos puedan cambiar de uso y reconvertirse en viviendas. “La modificación de las normas de habitabilidad, promovida por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivenda y que ya se sometió la consulta pública previa entre el 24 de febrero y el 13 de marzo, parte con una doble finalidad: por un lado, ofrecer soluciones efectivas a problemas sustanciales derivados de los cambios socioeconómicos y estructurales que experimentó la sociedad gallega desde su aprobación; y por otro, adecuar ciertos aspectos de la normativa vigente, con el fin de simplificar su aplicación y eliminar redundancias con el resto de legislación sectorial”, destacan fuentes del gobierno autonómico.

Hay que recordar que el actual decreto de las normas de habitabilidad se aprobó en el año 2010. Con la modificación, se ayudará a reforzar el parque residencial de los entornos urbanos, donde se concentra la demanda. Actualmente ya está permitido adaptar bajos comerciales a uso residencial, pero esta posibilidad queda impedida en ocasiones por el hecho de que la normativa vigente impone una serie de condiciones bastante estrictas para garantizar la intimidad de sus residentes desde el exterior. A tal fin, se mantendrá con carácter general la exigencia de protección de las vistas desde fuera en las viviendas reconvertidas a partir de bajos, pero los ayuntamientos podrán eximir o matizar esas condiciones dentro de determinados ámbitos y con justificación previa.

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