El PP gana en votos al BNG, que pierde dos ediles, pero Lores podrá revalidar la alcaldía con el PSOE

Domínguez recupera para los populares un primer puesto que no lograban desde 2011, pero sus once concejales le dejan a dos de la mayoría absoluta | Los votantes castigan a los nacionalistas e Iván Puentes sube en apoyos

Lores celebra con su equipo el resultado de las elecciones municipales

Lores celebra con su equipo el resultado de las elecciones municipales / Gustavo Santos

El PP vuelve a ser la fuerza más votada en unas elecciones municipales en la ciudad del presidente del partido en Galicia, Alfonso Rueda. Rafa Domínguez ha logrado aglutinar alrededor de su candidatura más de 16.000 papeletas, casi el 39% de todas las emitidas ayer (cerca de nueve puntos más que hace cuatro años) y auparse hasta los once concejales, dos más que en el anterior mandato. Pero estos resultados, que el PP no obtenía desde 2011, no son suficientes para desbancar al actual alcalde y candidato a la reelección por el BNG, Miguel Fernández Lores, que podría afrontar su séptimo mandato si cierra un más que posible pacto con el PSOE.

Tras una campaña centrada en un único mensaje, agitando el miedo a una marcha atrás en el modelo de ciudad, los votantes han castigado a los nacionalistas con una estrepitosa caída de cerca de nueve puntos en porcentaje de apoyos. Pasa de las 16.500 papeletas logradas en 2019 a 13.000 en la jornada de ayer, con una pérdida de 33.500 apoyos en las urnas, lo que se traduce en nueve concejales, dos menos que hasta ahora, el peor resultado de Lores desde 2007, cuando estuvo a punto de perder la alcaldía a manos de Telmo Martín. Quedan así fuera de la corporación concejales con historial en el Concello como Carme Fouces y Alberto Oubiña.

Solo tres partidos

Por su parte, el PSOE de Iván Puentes, que se estrenaba como cabeza de lista, puede darse por satisfecho. Mejora en número de votos, porcentaje y número de concejales, arañando apoyos en antiguos votantes nacionalistas, pero también se aprovecha de la polarización total de estas elecciones, tras las que la corporación volverá a contar con una distribución “clásica”, solo con los tres partidos mayoritarios. Los socialistas lograron atraer a 7.340 votantes, más de 1.500 por encima de los logrados hace cuatro años, con un porcentaje del 18%, mejorando de forma significativa el 14% de 2019.

La participación en el municipio en la jornada de ayer fue del 62,92%, prácticamente igual que hace cuatro años (entonces fue del 623,45%) y el número totales de votos fue de 41.922, apenas 120 más que en las anteriores elecciones municipales. Las papeletas en blanco apenas han supuesto el 1,2% de todas las depositadas en las urnas (504 en total en las 106 mesas instaladas ayer) y aún fue menor la cifra de votos nulos, 337, un 0,8% del total.

El escrutinio comenzó con el PP lanzado desde el principio y siempre en cabeza. Llegó a contar en los primeros momentos con una virtual mayoría absoluta de trece concejales, lo que pone de manifiesto que sus apoyos en el rural han sido destacados, ya que son estas mesas las primeras en cerrar sus resultados al contar con censos electorales más reducidos. Aunque con el paso de las horas, la barrera de los trece ediles fue inalcanzable, el comportamiento del PP ha sido más que satisfactorio, si bien sin el fruto real de la alcaldía, al carecer Domínguez de un grupo con el que pactar.

Sí dispone de ese colchón Miguel Fernández Lores, que podrá iniciar su séptimo mandato ininterrumpido desde 1999. Aunque las discrepancias con el PSOE en las últimas semanas, a medida que se acercaba el 28-M, han sido notables, todo apunta a que el BNG contará con el apoyo socialista para revalidar el cargo. Iván Puentes, que ya fue socio de los nacionalistas en el mandato que ahora acaba, como concejal de Desenvolvemento Sostible, anunció en su día que en modo alguna facilitaría la llegada del PP a la alcaldía. Como candidato más votado, Domínguez solo podría atrapar el bastón si sus dos rivales se votan a sí mismos o se abstiene, un escenario impensable. Por tanto, habrá un “pacto de perdedores”, el mensaje que suele enviar el PP en estos casos.

El último de los concejales asignados ayer fue a parar a las manos de los nacionalistas, mientras que el PP se quedó a más de 1.200 votos de lograr la duodécima acta, que tampoco le sería suficiente para desbancar a Lores. Lo que sí está claro es que Domínguez le ha ganado la batalla a las encuestas, pero todo apunta a que pasará otros cuatro años en la oposición. Fernández Lores, por su parte, se ha visto muy penalizado en los últimos días con respecto a los sondeos previos. Ayer ya apuntó que “toma nota” de este aviso de los ciudadanos (el mismo mensaje que lanzaba en 2007, cuando estuvo a punto de perder la alcaldía) y ya adelantó ayer su intención de entablar conversaciones con los socialistas para reeditar el pacto de 2019, una opción que Puentes no descarta, en especial para poder completar los proyectos de carácter ambiental que anunció en la recta final del mandato y que cuenta, según las previsiones del propio PSOE, con 25 millones de euros de Costas. Con cinco concejales frente a nueve (hace cuatro años eran cuatro de los socialistas por once del BNG) Puentes cuenta ahora con más fuerza y respaldo para negociar ante unos nacionalistas debilitados.

C’s cae al último puesto de todas las candidaturas y Vox es la cuarta fuerza del municipio, pero lejos de la corporación

En 2019 Ciudadanos lograba acceder a la corporación municipal con un único edil, Goyo Revenga, que acabó expulsado del partido por apoyar en su día un presupuesto del BNG. Obtuvo en la anterior cita electoral más de 2.100 votos. Cuatro años después, ya con David Díaz como cabeza de lista, el partido naranja prácticamente desaparece del municipio. Con 396 votos, el 0,95% del total, ha quedado relegado al último puesto entre las nueve candidaturas que pugnaban ayer en Pontevedra. Como cuarta fuerza aparece Vox, con el funcionario municipal Manuel Torres a la cabeza, pero se queda muy lejos de entrar en la corporación, con 1.455 papeletas, apenas 200 más que hace cuatro años. Pontevedra Alternativa (POAL) de Carlos Fontán aparece en el siguiente puesto con 952 apoyos, menos del 2,3%, mientras que la exconcejala María Rey y su Espazo Común con Pachi Vázquez es el sexto partido, con 592 votos. María Luisa Lores y Podemos recibió 680 apoyos y Pacma de Alberto de Salazar contó con el 1.15% de las papeletas, un total de 480. Entre estas seis opciones minoritarias suman, por tanto, 4.455 votos, poco más del 10% del total. En el conjunto de la comarca, y al margen de los pactos y acuerdos que se puedan celebrar en las próximas semanas para decidir las respectivas alcaldías, el PP es la fuerza más votada en diez de los catorce concellos. En Pontevedra y Caldas puede quedar fuera del gobierno local, pero logra la mayoría absoluta en Poio, Sanxenxo, Marín, Cerdedo-Cotobade, Portas, Moraña, Campo Lameiro y A Lama. El BNG mantiene el feudo de Barro, pero con un edil menos y podrá gobernar en Pontevedra, y el PSOE ganó en Vilaboa, Ponte Caldelas (en ambos casos con mayoría absoluta) y en Cuntis, donde precisa el apoyo nacionalista.