“Tomo nota”, reiteró hasta en tres ocasiones el alcalde de Pontevedra, el nacionalista Miguel Fernández Lores, al comparecer anoche aún sin concluir el escrutinio, pero ya prácticamente cerrado el resultado final del 28-M, que dibujó un nuevo mapa en el reparto de fuerzas políticas: el BNG, al frente del gobierno desde hace 24 años, pierde dos concejales mientras el PP aumenta su base de votantes y pasa a 11 ediles con más de 11.000 votos.
“Efectivamente los resultados me mandan un recado”, señaló. En opinión del regidor pontevedrés se trata de “un aviso” de que en el que será su séptimo mandato “quieren que lo haga mucho mejor. Es obvio que la lectura puede ir por ahí y yo tomo nota”.
“Entiendo que la ciudadanía de Pontevedra quiere que siga de alcalde”, afirmó. Tras más de dos décadas al frente del gobierno local, se mostró “convencido, agradecido y honrado” por el apoyo que suponen los13.000 votos recibidos por su candidatura, el 31,7% del electorado, más de 7 puntos por debajo del Partido Popular, la lista más votada en la ciudad del Lérez.
Tras repetir que tendrá en cuenta el mensaje de los 3.500 votos perdidos con respecto a las municipales de 2019, invitó a los vecinos de la Boa Vila a que “estén tranquilos, que voy a hacer caso de su recomendación y voy a intentar hacerlo cada vez mejor”.
Si en 2019 atribuyó su entonces pequeña caída de votos a la “ofensiva del PP y de Feijóo y de Ence” en plena polémica por la pastera, en esta ocasión no quiso apuntar a un único efecto. “Analizaremos en los próximos días todo el resultado electoral y sacaremos las conclusiones pertinentes”.
En todo caso, el recado que interpreta de la caída de votantes “es serio”, reconoció. Su lectura pasa porque los electores “consideran que lo puedo hacer mejor y yo voy a responder a esa petición que entiendo que se transmite” con los resultados del 28-M. “Quieren que mejore y mi actividad municipal, y yo primero agradezco su apoyo y tomo nota, bien tomada, de que tengo que mejorar”.
Con un nuevo mapa y una diferente relación de fuerzas Fernández Lores está abocado a renovar el pacto con el Partido Socialista que ha mantenido en sus mandatos, bien incorporando los ediles del PSOE al gobierno local y precisando su apoyo puntual.
“¡Hombre claro!” respondió a la pregunta sobre si tiene que haber conversaciones con sus hasta ahora socios de gobierno, si bien anoche todavía no se habían realizado llamadas en este sentido. “Hoy estuvimos analizando, aún no tenemos los datos completos y tiempo habrá para hacer las valoraciones pertinentes y las llamadas pertinentes y lo que se considere”.
¿Apuesta por reeditar el bipartito? Fernández Lores calificó la pregunta de “interesante” antes de recordar que “todos conocemos el funcionamiento de la corporación y, obviamente, para volver a ser alcalde necesito el apoyo”.
No teme en todo caso obstáculos para revalidar el pacto, a pesar de las diferencias entre el BNG y el PSOE visibilizadas en la campaña. “Ya tenemos experiencias anteriores, no hay ninguna diferencia ni preocupación”, señaló a este respecto.
Recordó el nacionalista que “hay una lista más votada que la nuestra”, en alusión al Partido Popular, que obtuvo 16.096 votos, el 38.85 % del electorado, casi 9 puntos por encima de los resultados cosechados en 2019. Con todo, repitió que entiende que los electores de Pontevedra “quieren que el BNG siga en la Alcaldía”.
Fernández Lores resaltó la “normalidad” de la jornada electoral y expresó su agradecimiento a los compañeros que lo acompañaron en la lista, militantes, simpatizantes y, especialmente, a los pontevedreses que apoyaron su candidatura.
Incombustible, pero debilitado
Pontevedra máis por vir! Fue el lema de esta enésima campaña de Miguel Fernández Lores, un veterano con 36 años de experiencia en la corporación de Pontevedra, a laque se incorporó a finales de los años ochenta como único concejal nacionalista y que ha encabezado en los últimos seis mandatos.
En este tiempo ha situado a la ciudad del Lérez como referente internacional en movilidad urbana y plaza principal para el nacionalismo gallego. Con el “modelo Pontevedra” y el proceso de transformación de la Boa Vila, otra de las grandes claves de su longevidad política es su talante personal, que lo ha situado como la “cara amable” de su propio grupo y motiva que desde hace años los pontevedres voten expresamente a Lores, y no tanto al Bloque Nacionalista Galego.
El próximo día 7 de junio soplará las velas de su 69 cumpleaños. Nacido en Vilalonga, en Sanxenxo, Fernández Lores está casado y tiene cuatro hijos. Fue durante años más conocido como médico que como político. El interés, compromiso profesional y cercanía que valoraban sus pacientes son los mismos que refieren sus votantes.
Con todo, desde las filas de sus rivales políticos se señalaba anoche al “cansancio” de un alcalde que vuelve a demostrar ser incombustible, pero que sale debilitado de unas elecciones en las que ha dejado de ser la fuerza más votada, perdiendo más de 9 puntos.
Aficionado al deporte, en Vilalonga fue durante su juventud portero de fútbol, al que sigue siendo un gran aficionado y con frecuencia asiste a los partidos de fútbol y tenis de mesa de sus hijos.
Con Fernández Lores, comparecieron anoche sus compañeros de lista, entre ellos el vicepresidente de la Diputación y mano derecha desde hace décadas, César Mosquera. También otro veterano que forma parte de su equipo desde hace décadas, Raimundo González Carballo. Hacían ver la rareza de revalidar la alcaldía tras casi un cuarto de siglo a un alcalde que sigue sin agotarse y promete tomar nota del “serio recado” de los votantes.