Un día para divertirse en la calle
Cruz Roja acerca la diversión a niños y adultos con motivo del Día Mundial del Juego, una fecha que se celebra desde 1999 por iniciativa de la Asociación Internacional de Ludotecas
La Praza de Barcelos, ya de por sí animada cada tarde, se convirtió ayer en un amplio lugar de juegos a través de Cruz Roja Pontevedra, que salió a la calle un año más para celebrar el Día Mundial del Juego. Esta efeméride surgió en el año 1999 por iniciativa de la Asociación Internacional de Ludotecas (ITLA) y posteriormente fue impulsada en el año 2008 por la doctora Freda Kim, una profesora británica defensora de la importancia de los juguetes y el juego en los niños y niñas.
En realidad, el Día Mundial del Juego se celebra el 28 de mayo, pero al coincidir en domingo, y en cita electoral, Cruz Roja adelantó las actividades a ayer jueves.
La finalidad de esta fecha es la de visibilizar el derecho al juego para los niños, respaldado en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.
La cita de Cruz Roja en Pontevedra estaba abierta a todas aquellas personas participantes en los diferentes programas que se desarrollan en la institución, el voluntariado de los proyectos, así como la población general de la ciudad interesada.
Además de los juegos tradicionales que se ofrecieron, entre los que se incluyeron la petanca, los aros, la diana o el trompo, entre otros, también se instaló un stand informativo para concienciar sobre la importancia del juego.
Desde la organización se recuerda que el juego “es un elemento fundamental en el desarrollo infantil, el aprendizaje y la construcción de prácticas ciudadanas, mediante la adquisición de diversas habilidades, además de constituir un derecho fundamental de los niños y niñas”.
Además, es fundamental el papel del juego en el desarrollo de actividades físicas, la estimulación cognitiva o el esparcimiento social.
Todas las actividades se realizaron con la colaboración de un equipo de más de ocho voluntarios.
Los niños se lo pasaron en grande, pero no fueron los únicos, ya que los mayores se animaron a jugar a la petanca, enseñando a las nuevas generaciones en este juego tradicional.
Suscríbete para seguir leyendo
- Juan Carlos I obligado a alargar su estancia en Sanxenxo por problemas de salud
- Un catarro impide navegar al rey emérito, que vuela a Zaragoza, donde estudia su nieta, la princesa Leonor
- La otra jura de la Escuela Naval
- La desaparición del faro rojo de la ría, puntilla al patrimonio marítimo
- Adif necesita aún un permiso de Augas de Galicia para poder suprimir los pasos a nivel de Praceres
- Más de 400 senderistas disfrutan de “andainas” en Pontevedra y Marín
- Fallece el periodista deportivo "Suso Observador
- Pepe Solla gana el duelo de chefs al servicio de la mejor caña