Bajo propio, precios competitivos, calidad..., claves en la continuidad del pequeño comercio

En las calles más céntricas de Pontevedra, copadas por las grandes cadenas, sobreviven todavía algunos negocios locales, aunque cada vez son menos | Muchos permanecen tras varias generaciones de la misma familia al frente

Toñita López Rodríguez, ante la tienda de tercera generación “Jomafer”.   // GUSTAVO SANTOS

Toñita López Rodríguez, ante la tienda de tercera generación “Jomafer”. // GUSTAVO SANTOS / Ana López

En el año 1957 abría sus puertas uno de los establecimientos más antiguos de Pontevedra, Jomafer, una tienda especializada en bolsos, complementos y artículos de viaje. A día de hoy sigue funcionando a pleno rendimiento. Cuál es la clave para que un negocio de este tipo haya sobrevivido a décadas de cambios en la ciudad y, sobre todo, a la irrupción de las grandes cadenas internacionales solo lo saben quienes están al frente.

El secreto para que un pequeño comercio siga adelante y permita a sus propietarios vivir de estos ingresos es diferente en función de la clase de negocio y las circunstancias particulares en cada caso. FARO ha hablado con algunos de los situados en los tramos peatonales de las calles más céntricas de la ciudad y en las que la presencia de las multinacionales es más patente, así como en otras cercanas: Benito Corbal, Michelena, Peregrina y Gutiérrez Mellado. Básicamente, el hecho de que continúen con la actividad implica alguna o varias de las siguientes situaciones: bajo en propiedad sin tener que pagar alquiler, oferta de un artículo o servicio diferenciado que no abunda o no se encuentra fácilmente, una calidad superior a la de los productos que se venden en las grandes cadenas y un trato personalizado. “Y la paciencia”, añade Antonina López Rodríguez, más conocida por sus clientes como Toñita, que con sus 88 años sigue acudiendo a diario a la tienda de la que vivió gran parte de su vida, “Jomafer”. Ahora está en manos de su hijo, la tercera generación al frente del negocio.

Toñita López (“Jomafer”): “Es fundamental ser educado y saber escuchar”

Toñita afirma que en una tienda de este tipo “siempre hemos intentado ofrecer buena mercancía”, pero que también es fundamental “ser educado y saber escuchar”.

Ahora bien, reconoce que el bajo, de una importante superficie a escasos metros del santuario de A Peregrino, es propiedad de la familia, lo que explica en buena parte que el negocio siga abierto a día de hoy, ya que un alquiler en este emplazamiento sería prohibitivo para cualquier empresario o emprendedor.

“Hubo años muy buenos. Ahora la cosa ha cambiado mucho, hay semanas mejores que otras, pero no es lo de antes, cuando la tienda se llenaba. Pero a mí me gusta ver el vaso siempre medio lleno y sigo viniendo por aquí todos lo días, les acompaño y mientras leo la prensa, libros, hago autodefinidos... Me sigue gustando tratar a la gente, porque hay clientes que vienen desde hace muchos años”, explica.

Le apena, eso sí, que haya gente que prefiera comprar en internet, donde ni pueden ver ni comparar el producto, “y porque después si no les gusta todo son problemas, para cambios, devoluciones...”

Miguel Magariños Costas, ante “Macos”.   | // G. SANTOS

Miguel Magariños Costas, ante “Macos”. // GUSTAVO SANTOS / Ana López

Medio siglo de actividad

Por su parte, Miguel Magariños Costas, propietario de la tienda de moda de caballero “Macos”, en Benito Corbal, confiesa que “la clave, en mi caso, para seguir aquí es no pagar alquiler”, ya que también él es propietario.

Se trata, asimismo, de un negocio de segunda generación, ya que lo abrieron sus padres en el año 1973, con lo que este cumple medio siglo de vida.

“Pero no todo se basa en el bajo, aunque sea algo importante, sino que hay que ponerle interés y no te puedes abandonar. Lo primero que tienes que hacer es averiguar por qué tú negocio no va bien”, considera.

Y eso que él no lo tiene nada fácil, ya que a pocos metros de su tienda se encuentran Zara y Springfield para hombre. Es más, cree que el paso de gente por esta calle comercial también beneficia a otros negocios que no sean las grandes cadenas. “Lo que trato es de ofrecer buen producto y a precios competitivos, claro”, reconoce.

“Que haya gente por la calle ya es importante, y si no solo hace falta echar la vista atrás cuando nos mandaban cerrar durante la pandemia a las seis de la tarde, que parecía una ciudad muerta”, recuerda.

Dos empleadas en el nuevo “Landín” en Michelena.   | // G. SANTOS

Dos empleadas en el nuevo “Landín” en Michelena. // GUSTAVOS SANTOS / Ana López

Un segundo local

Una de las panaderías más conocidas y apreciadas por los pontevedreses, “Landín”, acaba de abrir en la calle Michelena su segundo local, con despacho y zona de cafetería, como el original de Fray Juan de Navarrete.

Es propiedad de los hermanos Xoan Valentín y María Aldara Pedreira Troncoso, la segunda generación en la empresa.

Eligieron Michelena “porque es una calle en auge y porque tiene una magia especial, hay algo en ella”. Les surgió una buena oportunidad en el bajo que ocupan en alquiler y se lanzaron.

“Por aquí pasan más de 12.000 personas cada día, es un buen emplazamiento. Un alquiler barato lo malo que tiene es que no permite que el negocio esté bien situado”, afirman.

En esa misma acera había ya otras dos panaderías y pastelerías con servicio de cafetería, pero precisamente por ese elevado tránsito de viandantes, es raro que no estén todas llenas a la vez en hora punta.

En el caso de “Landín”, sus clientes habituales estaban esperando con ansia la apertura de este nuevo local. Actualmente, la empresa cuenta con 13 empleados, pero próximamente ampliará a 15, ya que busca pastelero y una persona para atención al público.

Una mujer ante un escaparate en Benito Corbal.   | // G.S.

Una mujer ante un escaparate en Benito Corbal. // GUSTAVO SANTOS / Ana López

En la agenda política

La situación del comercio local en la ciudad ocupa buena parte de la agenda política. Desde el Concello de Pontevedra se llevan a cabo iniciativas para su reactivación, a través de ferias especializadas, concursos o juegos que incentivan las compras entre la ciudadanía.

Actualmente, en colaboración con la Concellería de Promoción Económica, la asociación APE Galicia tiene en marcha un taller de “merchandising” visual. Con él se pretende potenciar las ventas y el posicionamiento del comercio local. Por ello a partir del lunes, 15 de mayo, se iniciará el de digitalización, en el que cual se ayudará a los establecimientos con todas las necesidades que tengan en su negocio en cuanto a redes sociales, plataformas de venta, programas de gestión o necesidades básicas de informatización.

Durante cinco jornadas presenciales en la sede de APE Galicia se les enseñarán aspectos básicos a tener en cuenta para una correcta implantación de los sistemas informáticos y las herramientas más habituales de trabajo. Una vez realizadas las jornadas presenciales, el profesional en este ámbito se trasladará a los propios locales para tratas individualmente las necesidades de cada uno, ayudándoles a potenciar esos puntos débiles que necesitan mejorar.

Las propuestas electorales

El comercio local también es una de las cuestiones que preocupa al principal partido de la oposición en Pontevedra, el PP.

Entre sus propuestas, destacan la mejora de la accesibilidad y movilidad en zonas comerciales, la creación de varios parkings disuasorios conectados con el centro de la ciudad mediante buses lanzadera gratuitos, la mejora de la iluminación y la limpieza, la implementación de medidas fiscales que incentiven la creación de empleo y el desarrollo empresarial, la puesta en marcha de campañas de concienciación para fomentar el consumo responsable y la economía circular.

Nanda Castro en "Aromara".

Nanda Castro en "Aromara". / GUSTAVO SANTOS

Los "afluentes" como opción

Cuando el problema para poder emprender es el precio de un alquiler, la opción siempre es buscar emplazamientos más económicos que no estén muy alejados del centro. En este sentido, hay calles afluentes a las principales de Pontevedra que también cuentan con un importante movimiento de peatones. Es el caso de la Marquesa, que atraviesa Michelena en dirección a Riestra.

Aquí decidió hace diez años Nanda Castro abrir su tienda de aromas y cosmética natural “Aromara”. Está claro que la decisión fue buena porque el negocio sigue a pleno rendimiento.

“Yo quería un local pequeño, cuco y con encanto. Busqué en el casco histórico, pero no me convencían los que me ofrecían o los precios eran desorbitados. Al final me decidí por este y ahora la calle tiene más vida, ya que han abierto otros negocios por aquí”, celebra.

“El caso es que en Pontevedra muchos de los bajos comerciales están en manos de cuatro propietarios, que como son grandes tenedores no necesitan el dinero y prefieren tenerlos vacíos antes que alquilarlos por precios más razonables”

Le apena que la gente no pueda abrir comercios por este problema: “El caso es que en Pontevedra muchos de los bajos comerciales están en manos de cuatro propietarios, que como son grandes tenedores no necesitan el dinero y prefieren tenerlos vacíos antes que alquilarlos por precios más razonables”.

Sobre ello, añade que la imagen que puede dar una calle en concreto con numerosos locales vacíos “al final lo que provoca es que ninguno se alquile, porque nadie quiere su negocio en una zona muerta”.

“Ahora esta calle se está llenando de locales con encanto: las cafeterías, la churrería... Yo me fui haciendo nombre a base de atraer a la gente aquí”, indica.

Sobre el hecho de que Michelena cada vez esté recuperando su protagonismo como centro de la ciudad, aplaude que sea así. “Todo lo que sean nuevas ofertas va a atraer a gente a la zona, y eso nos beneficia a todos, siempre ganas clientela”, opina.

Marcos Pérez en “Granalla”   | // G. SANTOS

Marcos Pérez en “Granalla” // GUSTAVO SANTOS / A.L.

En Gutiérrez Mellado decidió instalar Marcos Pérez su taller de joyería “Granalla”, abierto desde 2018.

“El precio del local era asequible, pero tuve que acondicionarlo por completo”, reconoce.

En su caso la ubicación céntrica es importante, pero no tan decisiva como en otro tipo de negocios.

“Básicamente, yo tengo tres actividades diferentes: el taller de joyería, la compra-venta de oro y la venta de joyas. Puedo vivir y pagar el alquiler con las dos primeras, porque si fuese por la venta hace tiempo que estaba cerrado”, confiesa.

Y es que el trabajo del taller no es habitual en la ciudad, de ahí que muchas joyerías recomienden sus servicios. Por otro lado, la compra y venta de oro siempre se ha considerado una buena inversión, máxime en tiempos de crisis.

“Si esta calle se reactiva, ya que se habla de que igual viene Zara al edificio de enfrente, el de las antiguas galerías de la Oliva, será bueno para todos, porque será más comercial”, considera.

Y es que la zona se ha quedado bastante “tocada” desde que se cerró ese paso bajo techo que comunicaba Gutiérrez Mellado con la calle de la Oliva y que muchos peatones utilizaban para atajar e incluso en los días de lluvia, aumentando el tránsito en la manzana.

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