Honor a golpe de remo en la ría de Pontevedra

La Universidade de Vigo y la Escuela Naval, enfrentadas al estilo Oxford-Cambridge

Arranque de la regata masculina en el muelle de As Corvaceiras.

Arranque de la regata masculina en el muelle de As Corvaceiras. / GUSTAVO SANTOS

Antonio Santos

Uno de los eventos deportivos con más solera del calendario deportivo mundial es la conocida como Boat Race, que se originó en 1829 y enfrenta anualmente desde 1856 a los equipos de las universidades de Oxford y Cambridge por un recorrido de 4,2 millas en el curso del río Támesis. Se trata de una cita icónica que sirve como referencia a regatas de todo el mundo, y la ría de Pontevedra no podía ser excepción, rindiendo su particular tributo a esta centenaria prueba con la primera edición de la Regata Cátedra Almirante Álvarez-Ossorio.

La prueba, que se disputó ayer con la ayuda organizativa de la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra a la distancia de una milla naútica en las proximidades del muelle de As Corvaceiras, enfrentó en la modalidad de Dragon Boat –barcos de origen asiático con capacidad para una decena de remeros, timonel y un tripulante que lleva el ritmo con un tambor– a las selecciones masculinas y femeninas de la Universidade de Vigo contra los equipos de la Escuela Naval, en este caso compuestos por alumnos de primero, segundo y cuarto curso. En la jornada estuvieron presentes diversas autoridades de la institución universitaria, como el rector de la Universidade de Vigo, Manuel Reigosa, la vicerrectora del campus de Pontevedra, Eva Lantarón, además de altos cargos de la Escuela Naval.

Compañeros de la Universidade y la Escuela, animando.   | // G.SANTOS

Compañeros de la Universidade y la Escuela, animando. | // G.SANTOS / Antonio Santos

A las 16.30 horas, fue la propia vicerrectora la que dio la salida a la prueba masculina, en la que el bando universitario, liderado por dos medallistas a nivel internacional en piragüismo como los hermanos Domínguez, ganó ventaja casi desde el primer momento.

La experiencia fue un grado a pesar del cambio de disciplina y los universitarios fueron claramente superiores durante toda la regata, sacando más de 100 metros al bando rival. El equipo de la Escuela Naval apenas gozó de tiempo para prepararse, lo que dificultó su rendimiento en los aspectos más técnicos como la ciaboga, hasta el punto de ver cómo su embarcación no conseguía hacer el giro final debido a las corrientes de la ría pontevedresa y terminaba por llenarse de agua casi hasta el punto de hundirse.

El monólogo de la competición masculina no se repitió en la femenina, donde las militares dieron el do de pecho y lucharon hasta el tramo final por el triunfo, que cayó del lado universitario por un margen mucho más estrecho.

No obstante, en esta jornada, la victoria pasó a un segundo plano, por detrás de la confraternización entre miembros de ambas instituciones y la reivindicación compartida de estrechar lazos entre ambos organismos.

En esa línea, tanto desde la propia Escuela Naval como desde la Universidade de Vigo, manifestaron su deseo que esta cita perdure en la agenda deportiva anual de la ciudad.

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