Los temporales causaron daños por 33 millones de euros a lo largo de un lustro en Pontevedra
La provincia es una de las que más reclamaciones acumula por desastres naturales y es de las más expuestas a catástrofes naturales climatológicas, pero tiene una mayor capacidad que el resto para encajar los desperfectos
Los temporales causaron daños por 33 millones de euros a lo largo de un lustro en Pontevedra / Carlos García
Media estatal
El Consorcio de Compensación de Seguros es la entidad pública empresarial a la que corresponde la cobertura, en régimen de compensación, de los siniestros por riesgos extraordinarios ocurridos en España, así como los daños personales derivados de acontecimientos extraordinarios acaecidos en el extranjero si el asegurado tiene su residencia habitual en España.
Además del terrorismo o actos violentos, lo más habitual en los últimos años es que el consorcio haga frente a fenómenos naturales como terremotos y maremotos, inundaciones extraordinarias, erupciones volcánicas, tempestades ciclónicas atípicas e incluso caídas de cuerpos siderales y aerolitos.
Pontevedra, como comunidad atlántica, está situada en el mapa de riesgos del consorcio como una provincia con riesgo elevado y muy expuesta a las malas condiciones climatológicas. De hecho, en el conjunto de expedientes tramitadas, Pontevedra es la sexta provincia española con más reclamaciones por daños causados por este tipo de catástrofes, un total de 74,694. Sin embargo, está lejos de ser la que genera siniestros de mayor gravedad, ya que en lo que se refiere a la cuantía de las indemnizaciones ocupa el decimoséptimo lugar en el ranking con un total de 190 millones en indemnizaciones entre el año 1971 y 2021. Las provincias mediterráneas de Barcelona, Vizcaya, Valencia y Murcia; así como Bikaia son las que acumulan más indemnizaciones del consorcio, a pesar de tramitar en ocasiones menos reclamaciones. Lo que se traduce en menos episodios catastróficos pero de mayor gravedad frente a otros puntos como Pontevedra.
En el pasado más reciente, la provincia de Pontevedra ha recibido indemnizaciones por valor de 33 millones de euros en cinco años –en este caso en el lustro que va de 2017 a 2021–, los datos más recientes disponibles ahora mismo.
Los temporales causaron daños por 33 millones de euros a lo largo de un lustro en Pontevedra / Carlos García
Según las cifras del Consorcio, la provincia recibe de media en los últimos años indemnizaciones por valor de unos tres millones de euros por los daños causados por estos acontecimientos extraordinarios. De los últimos años, el peor, sin duda, fue el 2017, que se salió de la media y acumuló pagos por valor de 22 millones de euros como consecuencia de la cadena de borrascas ciclónicas que ese año asolaron la provincia. Principalmente el temporal “Kurt” en febrero de ese año. Una borrasca que fue especialmente dura en la ciudad del Lérez con daños en viviendas y en infraestructuras. La sucesión de borrascas, ya que después le siguió “Leiv”, convirtieron aquel año a Pontevedra en la segunda provincia con una mayor cuantía de indemnizaciones abonadas, solo superada por la provincia de A Coruña con 27,8 millones de euros.
De entre las provincias gallegas, es precisamente A Coruña la que suma una mayor cuantía en indemnizaciones desde 1971 (264,5 millones pagados), en segundo lugar Pontevedra y la cuarta Lugo con 62,5 millones. Ourense es la menos afectada por este tipo de catástrofes con 38 millones.
2019, otro mal año
En el ejercicio de 2021, el último del que se tienen datos, las borrascas no fueron especialmente duras con la provincia con 2,3 millones de euros en pagos, aunque son más que los 1,4 en Pontevedra. Sin embargo, en 2019 sí que fue un año con 5,8 millones en indemnizaciones. Aquel invierno, las culpables de la mayoría de los daños fueron “Fabien” y “Elsa”.
En cuanto a los bienes dañados, la mayor parte de los expedientes se producen por daños en expedientes y oficinas, seguidos de los automóviles.
Vehículos
Pese al importante número de reclamaciones por vehículos, son los que generan una menor cuantía en cuanto a las indemnizaciones. Así, mientras que el Consorcio pagó 803 millones desde 1971 por este concepto, la cifra se eleva a 3.752 millones, a 2.542 millones o a 2.140 millones en lo que respecta, por ese orden, a viviendas-oficinas, comercios e instalaciones industriales. Las obras civiles parecen menos vulnerables a los temporales y las compensaciones se cifran en apenas 350 millones de euros.
El sistema asegurador español cuenta con un sistema propio para la gestión de este tipo de catástrofes. Se basa en el abono de un pequeño recargo en la inmensa mayoría de los contratos de seguro existentes con el que se financia la actividad del Consorcio de Compensación de Seguros. Sin embargo, la siniestralidad del CCS no cuenta toda la historia posible, tal y como recuerdan desde la patronal de las aseguradores, Unespa. Existe un reglamento legal que dirime en qué momento un determinado evento puede considerarse catastrófico y, consecuentemente, se debe activar la protección del CCS. Por ejemplo, se establece un umbral de velocidad del viento por encima del cual los daños son pagaderos por la institución pública. Hay otra parte de esta siniestralidad que indemnizan las aseguradoras directamente si se tiene contratada la correspondiente póliza. De hecho, hay fenómenos como la nieve que no están cubiertos por el Consorcio y fueron asumidos por las aseguradoras, como aquellos que causan daños a pesar de estar por debajo de los umbrales de la legislación. Los datos de Unespa indican en Pontevedra una casuística similar a la del Consorcio. La provincia genera un gran número de expedientes por siniestros (la número 12 en el Estado), pero se sitúa en el 16 en lo que respecta a costes de las indemnizaciones por los incidentes.
Según los datos de Unespa, la provincia de Pontevedra tiene un coste medio de 797 euros por daños debidos a fenómenos atmosféricos, un valor inferior a la media estatal. Tan solo en 2018 se produjo un incremento por encima de esta media, probablemente de los casos arrastrados de 2017 cuando se produjeron una sucesión de borrascas entre las que destacó la antes ya citada de “Kurt”. Y es que como señala el propio estudio de Unespa, en estos casos, la tramitación de los siniestros se suelen cerrar en años distintos a los que se produjeron los daños.
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