Los conductores recurren cada vez más a la calculadora para llenar de carburante los depósitos de sus vehículos y buscan la gasolinera más barata que puedan encontrar para hacer frente en lo posible a la escalada de precios. Esta situación provoca un bum de estaciones de servicio “low cost” en todo el municipio, con una avalancha de proyectos que, hasta ahora, apenas han fructificado.
Han fracasado ya iniciativas en la zona de O Marco y O Pino, algunas con gran rechazo vecinal, pero las empresas no cejan en buscar parcelas alternativas en el extrarradio urbano. Valcarce tiene en marcha un proyecto en la PO-531 en Alba y ahora es la compañía Petroprix la que impulsa otro plan en la avenida de Lugo, al lado de un restaurante de comida rápida.
Se trata de una gasolinera y servicio de lavado sin personal para el suministro de gasolina sin plomo 95 y Gasóleo A, “para cuyo almacenamiento se instalará un único depósito compartimentado, de 70.000 litros de capacidad total, 45.000 litros para gasóleo y 25.000 litros para gasolina. La instalación no supondrá la construcción de edificio alguno destinado a la venta de bienes y servicios”, según detalla el proyecto, que añade que “la actividad se desarrollará de forma desatendida durante 24 horas al día, para lo cual la instalación contará con los sistemas automáticos necesarios para que los usuarios realicen por sí mismos el proceso completo de repostaje del combustible, lavado completo de su vehículo y pago del mismo. No está prevista por lo tanto la presencia en la instalación de personal permanente de la empresa que desarrolle la actividad, limitándose su presencia a los necesarios trabajos de limpieza y mantenimiento periódicos, así como en los trabajos de carga de los tanques de almacenamiento de combustible”.
Otras ubicaciones
No es el único plan en marcha. A finales del pasado año se conocía el de la empresa Valcarce en las proximidades de la rotonda de Alba, en concreto en el kilómetro 5,4 de la PO-531, en el lugar de A Cañota. Esta firma explicaba que “en Pontevedra no hay ninguna estación de servicio próxima a la zona donde se plantea esta nueva gasolinera, que se encuentra además ubicada en un punto estratégico en la entrada y salida de la ciudad, próxima a una rotonda desde la que parte el tráfico hacia dos entradas diferentes y en su salida hacia Vilagarcía/Sanxenxo, lo que hace esta ubicación un lugar idóneo para ubicarla”.
Pero lo cierto es que desde la del centro comercial A Barca, pasando por la doble de Campañó o, la también doble de Curro, junto con las que jalonan la recta de Rubiáns, en la entrada a Vilagarcía, en poco más de 20 kilómetros de la carretera PO-531 entre Pontevedra y la ciudad arousana parecen haberse convertido en la meca de las gasolineras en la comarca.
Junto a las citadas existen surtidores, más o menos recientes, a la entrada del polígono de Bretoña y en el de Barro, pero hay obras para al menos dos más, una de ellas en Vilanoviña (Meis). Entre las gasolineras en marcha y las proyectadas, son una decena los puntos donde repostar para los más de 20.000 vehículos que circulan a diario por una de las carreteras más transitadas de la provincia. Muchas de estas estaciones son “low cost” y algunas con los precios más bajo de la zona.
La parcela elegida (en la margen izquierda en dirección a Vilagarcía) suma casi 6.400 metros cuadrados, de los que 568 se cederían al Concello “por la realización del vial de acceso”. Está previsto suministrar los combustibles habituales, como gasóleo y gasolina, con una previsión de vender en conjunto 3.000 metros cúbicos al año, y el presupuesto de ejecución supera los 300.000 euros.
Frente a este bum de estaciones de servicio tradicionales, hasta el momento no ha surgido ninguna iniciativa para “electrolineras”, es decir, instalaciones para cargar vehículos eléctricos. Su escaso parque actual no fomenta este servicio.