Sindicatos policiales
Los delitos contra el patrimonio estuvieron detrás el pasado año del incremento de la criminalidad en el municipio de Pontevedra. Según los datos actualizados por el Ministerio del Interior el pasado viernes, la Boa Vila registró a lo largo de 2022, más de tres mil infracciones penales (3.078), lo que supone un 7,9% más que en 2021 y acercarse ya a los niveles prepandemia (en 2019, el número ilícitos conocidos fue de 3.169).
Robos y hurtos fueron los grandes protagonistas de este incremento de la delincuencia el pasado año en la ciudad ya que fueron casi en exclusiva las únicas modalidades delictivas que crecieron en el municipio. Por primera vez, Interior separa este año lo que denominan como “criminalidad convencional” de la ciberdelincuencia. Dejando aparte los delitos informáticos, la delincuencia creció en la ciudad del Lérez hasta un 21,5%.
La ciudad no registró ningún homicidio ni tentativa y también se redujeron los delitos de lesiones y riñas tumultuarias, respecto al ejercicio anterior (26 frente a 27) tras un aumento respecto a los niveles prepandemia en 2021.
Otra noticia positiva es el descenso de los delitos contra la libertad sexual que se habían disparado en los últimos años. El año pasado decrecieron un 3,7% con un total de 26 agresiones sexuales, de las que 3 habrían sido violaciones. El último año antes de la pandemia la cifra de agresiones sexuales con penetración denunciadas en el municipio había llegado hasta siete.
Patrimonio
A partir de ahí, es en el apartado de delitos contra el patrimonio cuando comienzan a registrarse los incrementos de denuncias y hechos conocidos: Los robos con violencia e intimidación aumentaron un 53,8% el pasar de tan solo 13 en 2022 a un total de 20 el pasado año. En este sentido, también conviene precisar que en la época prepandemia el número de robos violentos llegó a los 48.
Pese a ello, las cifras siguen por debajo de los niveles prepandemia
Otra de las cuestiones que siempre generan más alarma social son los robos en domicilios, establecimientos y otras instalaciones. Crecieron un 23% el pasado año y sobrepasaron el centenar (105). En lo que respecta únicamente a los domicilios, el incremento fue de un 12,5% con un total de 63 asaltos a viviendas en la Boa Vila a lo largo de 2022. También conviene recordar que, pese al aumento, la cifra sigue siendo menor que antes de la pandemia (2019) cuando se alcanzaron los 114 robos en casas y pisos.
Por último, dentro de este apartado de robos contra el patrimonio, está una de las principales razones de este aumento de la delincuencia. Son los hurtos. Robos al despiste, habitualmente en comercios o locales hosteleros, aglomeraciones o eventos multitudinarios.
En solo un año pasaron de los 440 de 2021 a los 701 de 2002. Un aumento de un 59,3% que se explica con el regreso en el pasado ejercicio a la total normalidad y el final de las medidas de distancia social que se adoptaron para prevenir el avance del COVID-19.
Y es que, pese a este notable incremento que casi duplica el número de hurtos, este sigue estando por debajo de los 871 que se registraron en el último año antes de que se desatara al crisis sanitaria, el 2019.
Las últimas dos figuras delictivas con la sustracción de vehículos (que cayó un 12%) y el tráfico de drogas que experimentó un aumento del 5% con un total de 42 actuaciones, frente a las 40 del pasado ejercicio. Este es un delito que, con respecto a los niveles anteriores de la pandemia, sí que se disparó hasta un 250%, dado que en aquel año apenas se registraron 12 intervenciones por tráfico de estupefacientes.
Cibercriminalidad
En cuanto a las infracciones cometidas a través de la red, el año pasado se registró una pequeña tregua tras el continuo ascenso que estaban registrado este tipo de delitos año tras año y especialmente desde el inicio de la pandemia, con el “boom” del comercio por internet. El número de delitos telemáticos descendió un 16,7% en el municipio. Con todo, siguen representando casi un 38% de las denuncias que llegan a la Comisaría. Un 92,4% de estos delitos son estafas informáticas un total de 782, algo más de dos cada día.
Descenso generalizado en Marín
El balance que realiza el Ministerio del Interior recoge los datos de todos los municipios con una población mayor a los 20.000 habitantes. En el caso de Marín, la delincuencia registra un descenso con respecto a 2022 de un 4,8%. Una caída que es mayor en la cibercriminalidad (un 12,4%) que en la criminalidad convencional (con un descenso un 1,5%). La reducción de asuntos es generalizada en todos los tipos delictivos, pero especialmente ala en los robos con violencia e intimidación, que caen un 50%, o en los delitos contra la indenmidad sexual que se reducen en un 33%. El año pasado se investigaron en Marín un total de 4 y ninguno fue una agresión sexual con penetración. La única figura delictiva que vivió un ligero ascenso fueron las sustracciones de vehículos, con un 20% más. En total, se registraron en la villa portuaria un total de 649 infracciones de las que 184 fueron ciberdelitos, en su gran mayoría (170) estafas informáticas. En el conjunto de la provincia, la criminalidad creció un 11,3% (por encima de la ciudad de Pontevedra) y en el conjunto de Galicia el aumento fue de un 7,7%, lo que sitúa a la Boa Vila, dos décimas por encima de la media gallega.
Aunque Galicia sale bien parada en la comparación con otros territorios del Estado, los sindicatos policiales centran su lectura en la comparativa con años anteriores y ven en este incremento de la criminalidad el resultado de la no cobertura de puestos vacantes en las plantillas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. En el caso de Pontevedra, en la Policía Nacional. Tanto el SUP como CNP insisten en que es necesaria la cobertura de todas las plazas vacantes, la actualización de unos catálogos de personal que consideran anticuados y que Galicia no quede “discrimada” en los concursos de traslados como aseguran que ocurre cada año. En el caso de Pontevedra, llaman la atención, precisamente, en el aumento de los delitos contra el patrimonio como robos y hurtos.