“Este es el primer caso que hemos podido localizar y recuperar en España”

Localizar una pieza expoliada como el díptico de Bouts es complejo, pero lograr su devolución aún lo es más. Detrás de los ministros y los directores está el trabajo constante de especialistas como Mariusz Wisniewski, un arqueólogo polaco que fue el que halló la pieza en Pontevedra y certificó su origen y procedencia.

–¿Cómo fue el proceso para dar con el díptico del taller de Bouts de la Dolorosa y el Ecce Homo en Pontevedra?

–Esta búsqueda forma parte de una campaña planificada, en un nuevo sistema aplicado por el Ministerio de Cultura de Polonia para localizar las obras robadas por los nazis. Hasta ahora los especialistas se dedicaban a realizar búsquedas individuales, pero ahora se aplica un nuevo sistema, en el que nos centramos en unos cientos de obras, entre ellas el díptico que localizamos en Pontevedra. En 2019 decidimos utilizar los métodos ya existentes para localizar imágenes en Internet, pero adaptados y ajustados a nuestras necesidades, de modo que comparamos fotografías anteriores a la Segunda Guerra Mundial de los cuadros con lo que hay en la red.

–¿Fue realmente un post en Facebook la primera pista?

–En realidad la primera pista la dio una pequeña imagen en la web del Museo de Pontevedra. Luego encontramos una foto en Facebook con más resolución, y la confirmación llegó cuando el Museo nos envió imágenes con el marco. Había fotos de las obras con el marco de antes de la guerra. Están hechos a medida y tiene las inscripciones originales, incluidos algunos errores que facilitan la identificación.

–¿Sería muy especial el momento de la confirmación?

–No fue un momento, sino muchos. El primero, en 2019, fue hacer la selección de los cientos de rastros. Después, ya en 2020, se contactó con el Museo, que nos envía fotos de las obras completas, con el marco, que es el que termina de confirmar que es la obra que buscamos. Ahí si que podemos decir eureka de forma plena. Mucha satisfacción. Cuando el Museo de Pontevedra non confirma definitivamente que las va a devolver, nos invade una gran alegría y queremos agradecer la colaboración de la Diputación y del Ministerio de Cultura español.

–¿Este método genera muchas localizaciones?

–Cada vez está más perfeccionado y automatizado. Nos saltan 40 y hasta 100 rastros al día. Muchas veces sirve para determinar que la obra existe, pero no siempre la ubicación. Es una actividad que tiene su fruto y con los rastros, se analizan y se hace una criba para centrarnos en los casos más manifiestos.

–¿Tienen alguna obra localizada en Galicia o España?

–Confirmado, ninguno. El de Pontevedra es el único caso en España. El primero que hemos podido localizar y recuperar en España.

–¿Qué porcentaje de obras que localizan logran finalmente recuperar?

–No es cuestión de porcentajes, Si verifican la ubicación y titularidad de una obra, no van a desistir hasta conseguirla, Los procedimientos pueden ser largos. Está la conciencia en general de que hay que devolver las obras robadas no solo en las guerras, sino las exportadas de forma ilegal saqueadas. Está mejorando mucho en el ámbito occidental, sobre todo a nivel jurídico.

–¿Cuál es el estado de conservación del díptico?

–El estado de conservación es bueno. Así lo confirman los estudios realizados en España y Polonia. Se van a seguir realizando análisis por parte del Estado polaco y probablemente sean objeto de alguna publicación en el futuro, tras estudios exhaustivos en Goluchów.

–¿Cuántas personas trabajan en este departamento de búsqueda de patrimonio expoliado?

–Es un equipo pequeño, pero que está creciendo. Empezaron 10, ahora somos 14 y habrá más, pero lo importante es que es un equipo con mucha pasión por lo que hace y muy ambicioso.

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