Vecinos que ayudan a vecinos

El documental “A nosa Auga” refleja el trabajo en la parroquia de Cerponzóns para llevar la traída a las casas, una historia de esfuerzo colectivo y autogestión

Vecinos de Cerponzóns revisan uno de los manantiales.   | // “O CHEDEIRO”

Vecinos de Cerponzóns revisan uno de los manantiales. | // “O CHEDEIRO” / Susana Regueira

En los años 70 y a solo 5 kilómetros del centro de Pontevedra, en la parroquia de Cerponzóns los vecinos llevaban “la vida de la gente del campo”, recuerda Juan José Esperón, de la Asociación “O Chedeiro”. Algunos habían conseguido especializarse en oficios como el de albañil y algunas mujeres lograban un puesto de trabajo en las fábricas de gaseosas, que lo que no evitaba que la parroquia continuase desangrándose por la emigración.

“Muchos, muchos jóvenes se marchaban, sobre todo a Suiza y Francia. Faltaba dinero en las casas”, explica el representante vecinal. En casa se quedaban los mayores, que cultivaban las viñas y pequeñas huertas de patatas, verduras etc… Y cada día, niños y adultos, acudían al manantial, la fuente o el regato más cercano a buscar agua. Era una tarea cotidiana inevitable y especialmente complicada para los mayores o aquellos que tenían animales, como cerdos o vacas, obligados a cargar agua desde el río en antiguos barriles de vino y trasladarlos en carros hasta las casas.

En este escenario, fue crucial un invento: la aparición de la tubería de plástico. “A partir de ahí se produjo un bum en toda Galicia”, señala Esperón, “antes no se fiaban de las tuberías de hierro porque sabían que se oxidarían, pero al aparecer las nuevas canalizaciones todo cambió”.

En ese momento los vecinos deciden autoorganizarse y poner en marcha sus propias traídas en cada comunidad, una historia de esfuerzo colectivo y de autogestión que recorre el documental “A nosa auga”. La Concellería de Desenvolvemento Sostible colabora con “O Chedeiro” en este audiovisual dirigido por Santiago Paredes que busca recordar el esfuerzo de quienes, como ellos, promovieron un nuevo resurgir en toda Galicia de la organización vecinal.

Las obras se realizaban durante los fines de semana, “a base de pico, pala y legón, porque no había maquinaria, posibilidades de llevar una pala como actualmente, sino que fue todo a base de su esfuerzo”, explican los representantes vecinales

“Recuerdo cuando empezaron 10 o 12 lugares de la parroquia a hacer sus traídas, en cada sitio se fueron juntando los vecinos, y el cura estaba también metido porque una canalización al aire libre ya le llevaba agua a su casa. Y ahí empezaron a hablar del tema”, señala Esperón. A propósito del documental, explica que “hace unos meses que, viendo que alguna ya había cumplido los 50 y otras están a punto de celebrarlo, pensamos que sería importante hacer un homenaje a esta gente que trabajó para llevar el agua a sus casas”.

El documental reúne una docena de testimonios de vecinos, que contaron sus historias y anécdotas en el trabajo colectivo. Éste se llevaba a cabo “normalmente los sábados y los domingos, porque el resto de la semana tenían que trabajar, así que aprovechaban el fin de semana”.

Las obras se realizaron “a base de pico, pala y legón, porque no había maquinaria, posibilidades de llevar una pala como actualmente, sino que fue todo a base de su esfuerzo”. Como resultado, explica el representante de “O Chedeiro”, el avance fue “sencillamente, enorme. Yo mismo recuerdo como había que ir constantemente a buscar agua, igual que en casi todos los lugares había lavadero. En pocas casas había pozo, porque hacerlo costaba un dinero y no todo el mundo disponía de esa cantidad”.

Para vecinos acostumbrados a perder mucho tiempo diario en las idas y venidas al manantial, la llegada de la traída a sus casas fue una gran jornada de merecida celebración. “Una fiesta enorme”, recuerdan, a la que incluso acudían las autoridades

Para vecinos acostumbrados a perder mucho tiempo diario en las idas y venidas al manantial, la llegada de la traída a sus casas fue una gran jornada de merecida celebración. “Una fiesta enorme”, recuerda Juan José Esperón, que revisando la prensa antigua para el documental se encontró “con que estaba el alcalde y las principales autoridades celebrando la llegada a las casas. Porque fue un cambio total, y aparte de eso un trabajo que fue un ejemplo de autogestión: desde el primer momento hasta la actualidad ellos continúan llevando todo el tema del agua”.

Así, y continuando el espíritu que refleja “A nosa auga”, en la actualidad “los que están en las directivas o incluso vecinos que no están se ofrecen para ayudar si tienes una avería. Se ayudaron unos a los otros hace medio siglo y hoy sigue pasando lo mismo”.

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