Auténtico y profundo amor por los caballos

Una pontevedresa de 17 años, Aldara Urones, es el “alma mater” de la asociación ecuestre “A Granxa de Fina”

Aldara Urones se comunica con un caballo en "A Granxa de Fina".

Aldara Urones se comunica con un caballo en "A Granxa de Fina". / RAFA VAZQUEZ

En un lugar de la parroquia pontevedresa de Lourizán llamado Agrovello hay un espacio en el que los caballos son un animal sagrado. A esta especie tan increíblemente desconocida por el ser humano a día de hoy le ha caído un ángel del cielo. Se llama Aldara Urones y acaba de cumplir los 17 años. Su pasión son los caballos y su etología. Desde Pontevedra da a conocer la doma natural, una técnica utilizada por las tribus de indios americanos cuyo objetivo es establecer sin violencia una estrecha relación entre equino y jinete.

Así ha nacido la asociación cultural ecuestre “A Granxa de Fina”, de reciente creación, donde además de impartirse talleres y “coaching” con caballos en libertad, algunos ejemplares rescatados han encontrado una nueva vida donde no hay cabida para el maltrato ni físico ni psicológico.

Homenaje a su bisabuela

Fina era la bisabuela de Aldara Urones y la abuela de Marisé Area, la madre de la joven, que explica cómo surgió la oportunidad de poner en marcha esta asociación.

“Las fincas donde están los caballos eran de mi abuela y de vecinos que nos las fueron cediendo. Quisimos hacerle un homenaje dándole su nombre, porque ella era una enamorada de Agrovello, donde, de hecho, quiso venir por última vez cuando ya estaba muy malita. Murió en su casa. Al ponerse mi abuelo, su marido, enfermo unos años después, la casa quedó abandonada”, asegura.

En ese tiempo, Aldara, que llevaba desde los seis años montando a caballo, recibió por su once cumpleaños a la yegua Nona, que comenzó a vivir en la finca.

"Un caballo tiene más expresiones faciales que un simio”

Aldara Urones

Por otro lado, durante la pandemia del COVID algunas personas les pidieron si podían llevar a sus caballos también a esta huerta. “Además, la casa se puso en venta y decidimos comprarla; ahora vivimos en ella nosotras y mi hermana con su familia”, añade Marisé Area.

La formación de Aldara Urones en hipología es constante. Supo de la doma natural y conoció el trabajo de Lucy Rees, etóloga equina y domadora galesa que viaja por todo el mundo. Hizo un curso con ella en Francia que le cambió la vida y el enfoque de la misma. Su forma de tratar a los caballos pronto se conoció en la comarca de Pontevedra. Así quedó sembrada la semilla de la única asociación ecuestre de doma natural en Galicia, en cuyas instalaciones actualmente viven 12 caballos, más de la mitad de ellos rescatados por haber sido abandonados, maltratados, sufrir desnutrición o golpes. Asimismo, otros de los animales tienen dueños y pagan un alquiler por pupilaje en libertad, ya que no disponen de fincas para poder tenerlos en propiedad.

“A los que llegan maltratados los rehabilitamos, los volvemos a educar desde la doma natural y los dejamos aptos para la monta”, afirma Marisé Area.

Una actividad con niños en una de las fincas de la asociación en Lourizán.

Una actividad con niños en una de las fincas de la asociación en Lourizán. / RAFA VAZQUEZ

Las claves de la doma natural

Para entender la doma natural hay que partir del conocimiento de que el caballo es una animal de presa, para el que el ser humano es un depredador, lo lleva escrito en su ADN.

Aldara Urones lo resume así: “La doma natural consiste en entender al caballo como especie para saber cómo es su sistema de aprendizaje, cómo se relacionan entre ellos y cómo relacionarnos nosotros con ellos. El caballo no entiende de dominancia, es un concepto que ellos no entienden”.

De esta forma, cada vez que llega un caballo nuevo la joven lo deja durante una semana para observar cómo se desenvuelve en el entorno nuevo y cómo se relaciona con los otros. “Cuando pasa ese tiempo de adaptación, que en unos dura más que en otros, lo meto en la pista y empiezo a intentar hacer una comunicación con él, como un juego, simplemente, para intentar conocerlo un poco más”, añade.

“A los caballos que llegan maltratados los rehabilitamos”

Marisé Area

“Está estudiado, y por eso se utiliza en la equinoterapia, que los caballos son capaces de lograr que los latidos del corazón vayan a su ritmo. Ellos, al ser presas, necesitan ahorrar esa energía, no pueden estar todo el tiempo nerviosos ni pendientes de lo que va a pasar, porque en el momento de la huida no tendrían esa energía que les va a hacer falta. Hay una calma increíble entre ellos, no son animales agresivos porque en la naturaleza la comida, la hierba, está en todas partes y no tienen necesidad de pelearse por ella”, ilustra.

Otro dato interesante para entender a los caballos es que son muy expresivos: “Tienen tantas expresiones faciales como nosotros, más que el simio, incluso”. En este sentido, invita a observarlos en ferias, rutas, espectáculos... “en los que se ve que claramente sufren”.

Estudios de hípica

Con los 17 años recién cumplidos, Aldara Urones tiene previsto estudiar un grado superior en hípica en Cantabria el curso que viene.

Reconoce que le gustaría que su vida laboral se desarrollase en esta materia. “Me encantaría enseñar a la gente cómo tratar con el animal, mostrarles una manera de montar en la que no eres una mochila mal colocada, sino una mochila inteligente que no molesta al caballo. Estás poniendo un peso encima de un ser vivo”, concluye.

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“A Granxa de Fina” permite apadrinar a los caballos rescatados, con la opción de visitarlos, cepillarlos, darles zanahorias, pasearlos... También se fomenta la adopción. Hay que recordar que los caballos tienen una vida media de 25 a 30 años, por lo que necesitan ser tratados por dentistas, podólogos, fisioterapeutas equinos...

El público infantil es fundamental en esta asociación cultural ecuestre, con la educación desde edades tempranas en el respeto a los animales. Además de los talleres y actividades tradicionales para niños y adultos, tienen previsto poner en marcha dos nuevos proyectos: un espacio de dos hectáreas para los caballos de pupilaje y otro para los llamados machos enteros, único en Galicia.

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