La embajada española en Puerto Rico acogerá este mismo mes la conferencia del pontevedrés Javier Pazó Olmedo sobre la teoría del Colón gallego. El evento surgió, explica, “porque iba a hacer un viaje a Puerto Rico y el agregado económico de la embajada, Francisco Millán, se enteró y me animó porque me explicó que allí hay muchos gallegos interesados en el tema de Colón y la investigación del ADN, y me pidió si podía dar una charla coloquio. Creo que es interesante divulgar lo que se está haciendo, aunque no soy investigador ni profesional siento la obligación de divulgar la teoría como secretario de la Asociación Colón Galego”.

–¿Qué va a transmitir a los asistentes a la conferencia?

–Primero tendré que hacer un repaso general casi obligado, desde la teoría de Celso García de la Riega y las tres bases que la asientan, la toponimia, la lengua y el apellido Colón, hasta la actualidad con el ADN. Intentaré hacer ver que estamos a la espera, que es un tema complejo, que se buscaron en Poio restos y que se trata de localizar una aguja en un pajar, es muy complicado. Y luego está el tema de Vilaxoán, una exhumación ligado a los Soutomaior, explicaré en que no nos centramos si hay relación o no con Pedro Madruga, el Conde de Camiña, sino en explorar si Colón podría ser alguien de la casa de los Soutomaior, algún familiar… Bueno, estamos a la espera.

–¿Qué pasaría si los resultados del ADN no fuesen concluyentes?

–Aún así, aunque el ADN no fuese concluyente y las pruebas no aportasen finalmente nada, nosotros seguimos con nuestra teoría de que el navegante era de aquí. Es la que nos parece más sólida, la que tiene más peso y argumentos demostrables.

–¿Cómo vive la Asociación Colón Galego este momento que podría ser clave?

–Pues con mucha ilusión (sonríe). Vivimos las pruebas de ADN del Colón galego con mucha ilusión e inquietud. Nos parece que es un tema sumamente interesante; la asociación ya ha cumplido diez años y en esta década ha hecho muchísimas cosas, desde publicaciones a participación en congresos y ahora incluir la teoría en el estudio científico internacional. Eduardo Esteban, el presidente, es extremadamente trabajador en el tema y se han hecho muchas actividades. Estamos muy contentos de esta evolución. Yo, personalmente, vivo este momento con ilusión y con ganas, la verdad es que sí.

–Tiene usted además otra relación personal con Colón ¿es cierto que una de sus familiares participó en el redescubrimiento de la inscripción en la que aparece el apellido del navegante?

–Es una anécdota curiosa. La ampliación de la capilla de San Roque se llevó a cabo en la década de los cincuenta y en ese momento hacía falta un altar para ese templo. Mi tía Victoria, la hermana de mi padre, era soltera y estaba muy ligada a la Iglesia, se dedicaba a estas actividades religiosas y tenía bastante peso (sonríe) en este ámbito. Había un altar en la basílica de Santa María bastante deteriorado y ella lo mandó trasladar a San Roque, de hecho es el que está actualmente en la capilla. Se decía si había inscripciones pero no estaba claro y en ese traslado fue cuando apareció la inscripción y empezó a leerse esa frase “Os do Cerco de Yoan Neto e Yoao de Colon fezeron esta capilla”. Fue cuando se empezó más o menos con el tema ese, digamos que fue cuando se dio a conocer la inscripción, es una anécdota curiosa.

–¿Conoció desde muy joven la teoría?

–Sí, mi padre nació en 1902 y siempre en casa nos habló de que Colón era de Poio. Tenemos ido de niños con él a ver el cruceiro, donde ponía el apellido Colón. Era una tradición que había en casa y que también tenían numerosos pontevedreses.

–Ese cruceiro fue transformado...

–Sí, desapareció toda la parte de abajo durante un traslado. Estaba en una zanja, se movió para otro lado y faltó esa pieza. Pregunté pero nadie me sabe contestar el por qué. Por lo demás yo recuerdo perfectamente ver en mi niñez la inscripción del apellido Colón en el cruceiro. A mi padre le gustaban mucho estas cosas y nos llevaba a verlo.

–Desciende usted de dos conocidas familias pontevedresas…

–Sí, (risas) somos una familia un poco conocida, tanto por parte de los Pazó, con la fábrica de motores, la función y talleres, con una calle dedicada a nuestro padre y tío, la calle Hermanos Pazó en San Roque. Y luego por los Olmedo también, muy conocidos por los almacenes Olmedo y los tejidos; y también tienen calle, Padre Fernando Olmedo, que era mi tío abuelo. Así que soy pontevedrés de siempre, aunque mi abuelo paterno había venido de Vigo y mis bisabuelos Olmedo venían de Valladolid.