Cuatro acusados admiten robos de árboles y un guardia civil niega su implicación y se enfrenta a prisión

El agente de la Guardia Civil durante su comparecencia ante la Audiencia Provincial de Pontevedra.

El agente de la Guardia Civil durante su comparecencia ante la Audiencia Provincial de Pontevedra. / RAFA VAZQUEZ

Cuatro acusados de hurto continuado, falsedad en documento oficial, pertenencia a grupo criminal e infidelidad en la custodia de documentos, dentro de una trama para apropiarse y vender madera de eucalipto de unas 40 fincas sin la autorización de sus dueños, se reconocieron autores de los hechos para alcanzar un acuerdo con la Fiscalía y recibir penas de menos de dos años de prisión -con lo que no entrarán en cárcel- además multas de 3.500 euros cada uno e indemnización a los afectados.

Otro imputado en este caso, un guardia civil de Pontevedra, al que se acusa de facilitar datos al grupo para localizar las fincas en las que realizar las talas, se declaró inocente, por lo que se sometió a la vista que se celebró este jueves en la Audiencia Provincial. Para este funcionario, la Fiscalía solicita tres años y medio de prisión por hurto y pertenencia a grupo criminal, multa e inhabilitación como guardia civil por un periodo de tres años.

Se trata de un agente de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Pontevedra, que según sostiene el fiscal utilizaba las claves que usaba su unidad para acceder a datos confidenciales del catastro y señalar así las fincas en las que debían actuar el grupo. Según la acusación del fiscal, el agente buscaba parcelas con aprovechamiento maderable cuya propiedad pudiera estar en litigio, en estudio o con dudosa titularidad, y pasaba la información a los otros implicados.

El abogado del agente pidió la absolución esgrimiendo varios errores en los atestados policiales de esta investigación y la ocultación de datos que podrían favorecer al acusado, como que el agente había heredado varias fincas de su madre y tíos, así como cierta cantidad de dinero de la primera, con la que se justificaría unos ingresos patrimoniales extraordinarios y su interés por las parcelas y fincas rústicas, de las que guardaba abundante documentación en casa.

Otros agentes de la Guardia Civil que declararon como testigos en la vista explicaron que el acusado guardaba en su casa cajas llenas de documentación sobre fincas del catastro y que los vecinos de los lugares en los que se realizaban investigaciones por los hurtos de madera les decían frases como “vós ben sabes quen son” o “non queredes facer nada porque estades polo medio”.

“Mucha gente mayor venía a insinuar que nosotros estábamos detrás” de estas talas ilegales, declaró un guardia civil ante el tribunal.

Los agentes explicaron que algunas denuncias por robo de arbolado se producían días después de las consultas sobre las mismas fincas que este guardia civil había realizado en la base de datos del catastro y con las claves de acceso del instituto armado.