Pontevedra corre por Guinea

Comienza una campaña para recoger zapatillas de deporte usadas para enviar a una escuela con más de 800 niños en una zona rural

Álvaro Rodiño (derecha) entregando zapatillas en la tienda Miller, de Víctor Riobó.   | // GUSTAVO SANTOS

Álvaro Rodiño (derecha) entregando zapatillas en la tienda Miller, de Víctor Riobó. | // GUSTAVO SANTOS / Cristina Prieto

Enviar el mayor número de zapatillas deportivas a una escuela de una zona rural de Guinea Bissau es el reto que se han planteado varios pontevedreses a través de la ONG Silo Gambasse. Álvaro Rodiño está detrás de esta iniciativa que ha puesto en marcha con la colaboración de amigos y familiares para ayudar a un colegio que cuenta con más de 800 niños y niñas. La campaña comenzó el 5 de enero y se prolongará durante un mes, hasta el 5 de febrero.

Las personas interesadas en participar podrán dejar sus zapatillas usadas en cualquiera de los establecimientos El Dulce de Leche (situados en las calles Marqués de Riestra, Peregrina, Fernández Ladreda y Reina Victoria) y en la tienda Miller Running Vintage, en la calle Peregrina, donde se almacenará el material recogido.

“Lo hacemos ahora porque la ONG va a llevar directamente las zapatillas el 11 de febrero, no entran ni terceros ni empresas de transporte”, explica Rodiño, que añade que “vamos a buscar la forma de asumir también nosotros la facturación de las maletas, porque ellos aprovechan el espacio para meter medicamentos entre las zapatillas, y no queremos “robarles” nada de sitio, no queremos desperdiciar huecos”. En este sentido, le han informado que en cada maleta caben entre 40 y 50 tenis y que la facturación de cada equipaje cuesta unos 180 euros.

Animan a los pontevedreses a donar las zapatillas de running que ya no utilicen y que estén en unas condiciones “aceptables para su uso”. “Esta campaña ya se hizo en Barcelona con buenos resultados. A mí se me ocurrió hacerlo aquí porque yo practico running y Papá Noel me trajo dos pares de zapatillas. Me encontré con que tenía muchas en casa, algunas que ya no uso porque no me son cómodas, y seguro que dentro del mundillo del deporte hay mucha más gente a la que le pasa como a mí. En vez de tirar esas zapatillas, se les da una segunda vida y, además, se ayuda a personas que lo necesitan”, explica Rodiño.

El propietario de Miller Running Vintage, Víctor Riobó, anima sobre todo a que se donen zapatillas de tallas más pequeñas. “En Pontevedra se hace mucho deporte y la gente mayor, además de donar sus zapatillas usadas, que se acuerde de las de sus hijos, que son las más difíciles de conseguir. Es fácil que en poco tiempo a un niño se le queden pequeños los tenis, porque los pies crecen muy rápido, y esta donación es sobre todo para niños y niñas en edad escolar, así que entre un 36 y un 39 son los números más habituales”, explica el actual director de pruebas como la Media Maratón y la San Silvestre de Pontevedra, con más de 30 años de experiencia en el mundo del atletismo.

Un gancho para ir a clase

El influjo del deporte entre los jóvenes de Guinea es muy importante. Tal y como relata Álvaro Rodiño, “alrededor de un 54 por ciento están escolarizados, el porcentaja cae por debajo del 40 por ciento en el caso de las niñas. Esta escuela de Gambasse recibió la visita de un equipo de atletismo en 2018 que les donó 3.000 euros con los que construyeron una pista. Desde entonces, los niños quieren ir a correr y lo utilizan como gancho para que también vayan a clase”.

Guinea Bissau es uno de los 10 países más subdesarrollados del mundo, según el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas.

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