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La N-541, una carretera anclada en el siglo XX

El vial entre Pontevedra y Ourense, escenario del accidente de Nochebuena, es aún la opción más corta, pero también más sinuosa y complicada, para conectar la ciudad con la meseta

Un tramo de la N-541 con el firme en mal estado en Tenorio, en Cerdedo-Cotobade. Rafa Vázquez

Pontevedra es una de las escasas capitales españolas que carece de una conexión de alta capacidad directa y gratuita para llegar a la Meseta. Las dos opciones son la AP-9 de pago (más de cuatro euros) hasta O Porriño, donde se puede conectar con la autovía A-52, y la N-541, la vieja carretera de Ourense, un vial de más de ochenta años (fue establecida en el IV Plan General de Carreteras de 1939-41, el Plan Peña) y que quedó anclado en el siglo XX. Curvas, travesías, rampas y un firme en mal estado en muchos de sus tramos, es la opción gratuita que tienen los pontevedreses para llegar a Ourense.

Son unos 95 kilómetros que se cubren en, aproximadamente, hora y media, si bien el recorrido está trufado de poblaciones, desde Tenorio a Cerdedo o Soutelo de Montes, el sinuoso ascenso al Paraño y el complicado descenso hacia O Carballiño. La opción de la AP-9 establece un recorrido de unos 115 kilómetros que se cubren en una hora y veinte minutos, a cambio de un peaje de más de cuatro euros por cruzar Rande.

Durante años se pusieron sobre la mesa proyectos para habilitar una autovía alternativa a la N-541, más o menos paralela a su trazado, pero todos aquellos diseños quedaron abandonados porque se optó mucho después por un vial de alta capacidad hacia el sur, la denominada A-59, que tampoco fraguó. Solo ha sobrevivido la A-57, la denominada circunvalación de Pontevedra, con solo un tramo de seis kilómetros en obras.

De esta manera, la carretera de Ourense se mantiene como el principal eje vertebrador del interior de la provincia y única comunicación no solo para llegar a la ciudad de As Burgas, sino también para llegar desde Pontevedra a la prisión de A Lama y a los municipios de Cerdedo-Cotobade, Forcarei o Lalín, por ejemplo. Y su conservación no es la idónea, pese a actuaciones en algunos tramos. Su mal estado, como la acumulación de agua en días de fuertes lluvias, es una de las hipótesis que se barajan entre las posibles causas del trágico accidente de un autobús el día de Nochebuena, con siete fallecidos tras precipitarse al río Lérez en el puente de Pedre.

El vial es un infierno para los conductores. El informe anual de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) señalaba en 2020 dos puntos concretos de la N-541 en Pontevedra y Forcarei, para ser una de “las más peligrosas” en la red de viales estatales en Galicia. Destacaba el kilómetro 89, en la parroquia pontevedresa de Mourente, y el 52, aproximadamente a la altura de A Portela de Lamas, en Forcarei. Pero no son los únicos tramos conflictivos. El lugar del accidente de Nochebuena ya fue escenario de otros muchos siniestros, incluso después de las obras de reforma en el cruce de Serrapio. El alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, reclama desde hace meses reformas en todo el vial, pero ahora insiste en una actuación integral. Denunció los problemas de adherencia y drenaje que se registran en el firme de la carretera N-541 y expresó su deseo de que el accidente de Nochebuena sirva de “punto cero” para que el Ministerio de Transportes “sea sensible” y acometa una reforma integral de esta carretera, por la que pasan “miles de coches” cada día.

“En los últimos años llevamos demandando una mejora integral de la capa de rodadura de la N-541”, señala el alcalde, que asegura que la mala adherencia se repite en todo el tramo por el municipio. "Ya no valen parches”.

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Recuerda que la carretera es una de las principales vías de conexión entre las provincias de Ourense y Pontevedra y, en los tramos que atraviesan Cerdedo-Cotobade, “pasan también muchos camiones con mercancías y autobuses”. Esta reivindicación “viene de lejos” pero fue reiterada hace apenas tres meses, el pasado mes de septiembre, al registrarse varios accidentes de tráfico, uno de ellos una salida de vía similar en el mismo punto en el que se accidentó el autobús.

Allí se acumula agua “cuando llueve mucho” por un deficiente sistema de drenaje, agravado por el agua que procede de los riachuelos de montaña, lo que provoca problemas de adherencia a los vehículos que circulan por la zona. Esta circunstancia se agravó tras una actuación realizada en este punto hace cuatro años para mejorar la conectividad con otras carreteras secundarias, añade Cubela.

“En los últimos años llevamos demandando una mejora integral de la capa de rodadura de la N-541”, señala el alcalde, que asegura que la mala adherencia de la calzada se repite en todo el tramo que discurre por el municipio. Sentencia que, ante esta situación, “ya no valen parches” o continuar asfaltando la carretera por pequeños tramos.

Alfonso Rueda

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, confía en que la investigación sobre el accidente “progrese rápido” y “cuanto antes” se puedan conocer las primeras conclusiones sobre las causas. Indicó ayer que su Ejecutivo no dispone por el momento de datos nuevos y añadió que “espero saber cuanto antes las primeras conclusiones de las causas. Sabemos del mal estado meteorológico y se ha hablado del mal estado de la carretera que ya había sido denunciado con anterioridad”, dijo. “Vamos a esperar a ver qué nos cuentan”, concluyó.

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