Queda inaugurada la temporada de “furancheo”
Los primeros “loureiros” de la comarca comienzan a servir este puente el excedente de vino de consumo propio
La temporada de furanchos ha quedado inaugurada en la comarca de Pontevedra. Por el momento se desconoce la cifra oficial de “loureiros” que han abierto sus puertas en esta primera etapa, aunque sí se sabe, por el boca a boca de los vecinos, que son pocos todavía en la zona. Hay que recordar que los furanchos pueden abrir un máximo de tres meses entre el 1 de diciembre y el 30 de junio y que eligen libremente el trimestre que más les interesa. Los que se han decidido a hacerlo se han visto animados por el doble puente de festivos de esta semana, que siempre atraen gente a sus casas a degustar el vino sobrante de la cosecha para consumo propio.
Guillermo Martínez, portavoz de los furanchos de la provincia de Pontevedra, asegura que si ya el año pasado fue el de la normalidad en este tipo de actividad tras el parón de la pandemia del coronavirus, el actual 2022 y el próximo 2023 terminarán de poner el broche de oro en este sentido. “Ya el año pasado la gente tenía ansia por salir, así que este se repite la situación”, resume.
Indica que todavía no disponen de cifra oficial de número de “loureiros” que han abierto sus puertas al público, pero recuerda que la costa pontevedresa es de las que más furanchos tiene de toda Galicia, muchos de ellos heredados de varias generaciones familiares.
Eso sí, subraya que se trata solamente de una actividad complementaria en la economía familiar. “Es un sector interesante, pero obviamente no se puede vivir de esto”, matiza.
Un primer balance positivo
El Furancho A de Caballero, en O Pereiro, Poio, es el más antiguo de este municipio, con casi dos décadas de actividad, y el primero en abrir también estos días. Su propietario, Manuel Torres hace un balance “muy bueno”. “Se está trabajando bastante bien, la gente se está animando y tiene ganas de salir. El año pasado algunas personas tenían miedo, sobre todo la gente mayor, por el virus. Y es que hay que pensar que la edad media del cliente del furancho es de unos 50 años o más”, recuerda.
De igual modo, Antonio Juncal, del Furancho O Toural, en Vilaboa, destaca que “está viniendo mucha gente por los puentes”. Este “loureiro” es el único que ha abierto sus puertas ya en el concello, uno de los que más lugares de este tipo concentra.
Si el vino atrae al público, qué decir de las tapas caseras. Cada furancho tiene su especialidad, como las empanadas y empanadillas de choco y bacalao en O Toural. “Muy solicitadas”, reconoce Antonio Juncal.
“Al final toman un poco de todo: empanada de maíz, chorizos, huevos, oreja, zorza, raxo...”, afirma, por su parte, Manuel Torres.
Lo que está claro es que estos primeros días festivos están siendo claves para el inicio de la actividad de los furanchos y que poco a poco se irá corriendo la voz de aquellos que ya reciben clientes.
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