El comienzo de las obras para reparar la avería en la tubería que abastece de agua del Lérez a la fábrica de Ence en Pontevedra marca la cuenta atrás para la normalización de la producción en la fábrica de Lourizán, después de que se paralizase el pasado 20 de julio debido a la sequía.
Con el caudal del Lérez no solo normalizado, sino ya casi desbordando con las últimas lluvias, la reposición de esta tubería es clave para normalizar la producción de pasta de papel en la fábrica, a pesar de que durante este tiempo la factoría implementó un sistema para utilizar agua procedente del efluente de la EDAR de Placeres para este proceso.
Tras solicitar permiso de obras al Concello, la administración local autorizó finalmente a la empresa para ejecutar estos trabajos provisionales desde la jornada de ayer. Efectivamente, este miércoles un grupo de operarios vallaba la zona y se procedía a abrir el acceso a la galería subterránea de Orillamar, en donde se ha detectado el problema con la tubería que abastece a Ence. Una empresa especializada en trabajos de buceo, ya que la galería se llena con agua con la marea alta, también participó en este comienzo de los trabajos.
Rotura al no estar anclada
Cabe recordar que, según desvelaron fuentes municipales, la rotura de la tubería de agua que abastece a Ence se produjo muy probablemente a raíz del corte de suministro que realizó la empresa en el momento en el que el nivel del río Lérez cayó por debajo de su caudal ecológico, priorizando así el consumo urbano. Con las tuberías vacías, aquellas que corresponden al abastecimiento del concello y a otros servicios municipales lograron mantenerse firme ante las subidas y bajadas de la marea. Sin embargo, la de Ence, al no estar anclada, debió flotar y se movió con la fuerza de la marea, deteriorándose.
En el tercer trimestre Ence produjo solo 21.776 toneladas de pasta, frente a las 140.000 del mismo periodo del año anterior
Ahora el Concello ya autorizó una primera actuación por parte de Ence, aunque la califican como provisional, y condicionada a que se presente posteriormente una actuación definitiva que devuelva la tubería de abastecimiento de la pastera a su posición original y sin comprometer las canalizaciones de los servicios municipales que ocupan esta galería subterránea.
La reparación de esta canalización es fundamental para la normalización de la actividad en Ence. Fuentes extraoficiales explicaron que la fábrica ya comenzó a realizar algunas pruebas de producción con el agua reutilizada procedente de la EDAR pero que todavía no se ha podido reactivarla la producción como tal.
Estas mismas fuentes señalan que la fábrica esta ya lista para volver a la actividad en cuanto se den todas las condiciones, aunque la propia empresa reconocía hace unas semanas que la previsión es que la producción no se normalice hasta mediados de diciembre.
El impacto provocado por la sequía en la actividad de Ence Pontevedra se deja ver en los números de la factoría de Lourizán hasta septiembre. Frente a las 149.000 toneladas de pasta de papel producidas en el tercer trimestre de 2021, entre julio y septiembre esta cantidad apenas llegó a las 21.776 por los 20 días que pudo estar en funcionamiento en el mes de julio. A esto habrá que sumar los meses de octubre y casi noviembre.
Impacto económico de 62 millones
Según el informe de trimestral de Ence, el paro de la actividad en entre julio y agosto pudo costar a la empresa en torno a los 31 millones de euros y se estima que en su conjunto, para todo el año, este impacto económico podría alcanzar los 62 millones de euros, incluidas las actuaciones de puesta a punto de la fábrica y las mejoras introducidas. Es el caso de este pionero sistema para minimizar el consumo de agua del Lérez aprovechando el efluente de la depuradora de Praceres. Ence ya instaló unos filtros y unas balsas para acumular el agua procedente de la EDAR y realizar pruebas de producción.
La reparación de la tubería que trae el agua hasta Lourizán desde el punto de captación en Bora también significará un desembolso de casi medio millón de euros para la pastera. Los buenos precios de la celulosa, que se prevén que se mantengan en 2023, permitió a la empresa mitigar estas pérdidas y mantenerse en beneficios.
