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El Concello destina cinco millones para pagar un año de factura de la luz, el triple que hasta ahora

Afronta un nuevo intento para adjudicar el suministro de energía eléctrica en medio de la “volatilidad del mercado” | La mayor parte del consumo se destina al alumbrado público, pero también figuran colegios y otras dependencias

Decoración navideña del pasado año en A Ferrería. Gustavo Santos

El disparado precio de la luz, que se padece desde hace meses, supone una sangría económica para muchos ciudadanos, que buscan fórmulas para abaratar la factura. Esta situación, que ahoga a empresarios y familias, también provoca un auténtico “agujero” en las arcas municipales. El Concello de Pontevedra estima que el próximo año pagará por la luz el triple que en 2020. Así se desprende del concurso para adjudicar este servicio, que acaba de convocar el gobierno local y en el que se establece una reserva de 4,9 millones de euros para un solo ejercicio, muy lejos de lo que se pagó en 2020: 1.780.245 euros por el consumo eléctrico.

El Concello asume un consumo que se concentra sobre todo en el alumbrado público, pero también incluye el suministro de energía a las escuelas y guarderías y a las dependencias municipales, incluidos los pabellones y el Pazo da Cultura.

El gobierno local acumula ya varios meses de intentos de adjudicar este contrato, pero la imparable oscilación de precios dificulta el proceso. Ya a finales de 2021 se estimaba que habría que pasar de 1,8 a 2,2 millones, pero las negociaciones con las distintas compañías suministradoras resultaron en vano, ya que “es imposible mantener las condiciones de servicio” tal y como las tenían.

El gobierno local intentó negociar una prórroga del contrato con la actual suministradora, pero “las ofertas que se presentaban dejaban de ser válidas, por la subida del precio de la luz, en el mismo día”. Ahora se afronta un nuevo intento, con un presupuesto mucho más elevado, de 4,9 millones por año. De ellos, 3,3 corresponderían al alumbrado público y casi 1,3 a las dependencias municipales.

El propio concurso ya deja claro que “se propone como período de contrato el período de un año más prórroga de otro, ya que las condiciones actuales del mercado desaconsejan períodos mayores de contrato”. Añade que “a la vista del nuevo sistema tarifario, en vigor desde el 1 de junio de 2021, y los históricos de consumos que se disponen en base a tarificación anterior, resultará un precio de contrato estimado, máxime cuando además de las tarifas, también son susceptibles de cambios los consumos de un año a otro. Este precio de contrato (4,9 millones al año) es orientativo debido a la actual inestabilidad en los precios de la energía, así como a la variación de los consumos durante la duración del mismo”.

Ante la actual “incertidumbre en el mercado”, los técnicos aconsejan “recurrir a la modalidad indexada al mercado diario OMIE (operador del mercado eléctrico designado), toda vez que se trata de un contrato imprescindible para esta Administración y no existen garantías de obtener licitadores para dicha prestación mediante ofertas con precios fijos de la energía para un período de al menos un año”. Además, se tiene en cuenta que “no se prorrogarán las medidas fiscales en vigor hasta el 331 de diciembre próximo, consistentes en rebaja del IVA del 21% al 5% para los suministros de potencia contratada inferior a 10 kW, así como la rebaja del impuesto eléctrico del 5,113% al 0,5%”.

Las alternativas que tiene el gobierno local no parecen muy amplias. Ahorrar en el uso del bombeo de la estación de Monte Porreiro, apostar donde sea posible por energías alternativas, en especial pellets y, sobre todo intensificar las medidas de eficiencia energética y ahorro de consumo mediante la generalización de la tecnología LED. Son las vías que trata de explotar el Concello para tratar de hacer frente al “tarifazo” eléctrico que ha triplicado la factura en cuestión de meses, que obliga a “desviar” dinero de otras partidas para pagar la factura.

Escaso margen

El gobierno local admite que el margen de maniobra “es escaso” porque los consumos actuales son muy difíciles de reducir y lo que se descarta por completo, al menos por el momento, es reducir el horario o la actividad del alumbrado público, que se lleva buena parte del coste anual. Un ejemplo es la próxima iluminación navideña, que no prevé recortes en su extensión y horarios, aunque sí se usa tecnología LED de ahorro de consumo.

No está previsto tampoco, al menos hasta ahora, recortar las horas de funcionamiento o el número de farolas encendidas por la noche, pero sí se trabaja en ampliar la red de iluminación ajustada a la eficiencia energética.

Se trata de un plan puesto en marcha ya hace años en el casco urbano, con la implantación de esta tecnología cada vez que se reformaba una calle o incluso en viales no remodelados. También se actúa en las parroquias, pero el rural aún no está completo. Son actuaciones que suponen una inversión media de 1,5 millones de euros por parroquia, “pero permiten un ahorro entre el 70 y el 80% en el consumo”, según el Concello, que señala que estas medidas “repercuten” en una bajada de la factura, una vez amortizada la inversión.

No obstante, son medidas que no suponen un ahorro visible a corto plazo. Además, “la volatilidad del mercado y el incremento desmesurado de los precios hacen que las estimaciones que nosotros teníamos de aumento se queden cortas”, admiten fuentes municipales.

Un alumbrado navideño sin recortes

A menos de un mes de que se encienda la iluminación navideña en Pontevedra, el Concello aún no ha adjudicado su instalación. El concurso ronda los 140.000 euros y no se prevén recortes en cuanto a volumen y extensión. Habrá un árbol artificial de 20 metros de altura en A Ferrería, otro más pequeño, de diez metros en un lugar aún por determinar, la instalación de tres bolas gigantes y la decoración de más de sesenta calles con arcos, luces y adornos en farolas. No se hace referencia expresa a las medidas de ahorro energético planteadas por el Gobierno central, pero sí se incide en la “apuesta por la implantación de nuevas tecnologías de menor consumo y alto valor estético” y el horario de encendido será de 18.00 a 1.00 horas, salvo en Fin de Año, que se amplía a las tres de la madrugada. En concreto, la empresa adjudicataria deberá instalar más de 400 elementos decorativos en las calles: ocho rótulos luminosos en los accesos urbanos, 163 arcos luminosos transversales, 213 motivos en farolas y 26 elementos más, desde los árboles artificiales a la iluminación de determinados edificios. Además de los ocho arcos de bienvenida en los accesos a la ciudad, habrá que instalar elementos de este tipo en al menos una treintena de calles como Oliva, Benito Corbal, Santa Clara, Cobián Roffignac, Daniel de la Sota, Echegaray, García Camba, Loureiro Crespo, Michelena, Rosalía de Castro, Gutiérrez Mellado y varias de Monte Porreiro y Ponte Sampaio. Los motivos luminosos en farolas se exigen en otros 25 viales, entre ellos San Antoniño, Cobián Areal, General Rubín, Josefina Arruti o Doce de Novembro, junto a las plazas de A Ferrería o Barcelos. Asimismo, habrá que decorar e iluminar árboles de las plazas de España y Ourense y la fachada del parque de Bomberos. El árbol de 20 metros de A Ferrería permitirá su entrada al interior, con una puerta de entrada y otra de salida y las bolas gigantes deben medir al menos cuatro metros de alto, también con acceso al interior. Aunque todavía no se ha determinado la fecha de encendido de esta iluminación, si se cumple el calendario de otros años, estaría lista para el puente de la Constitución, en torno al 4 de diciembre, y permanecería en funcionamiento hasta después de Reyes.

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