La Audiencia Provincial de Pontevedra acoge a partir del próximo lunes un nuevo juicio que sienta en el banquillo a miembros de los clanes dedicados a la venta de estupefacientes en el conocido como “supermercado de la droga de Galicia”, el poblado de O Vao en Poio.
En este caso son ocho las personas que se sientan en el banquillo de los acusados por el suministro de sustancias estupefacientes entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019.
Una operación conjunta de la Guardia Civil y de la Policía Nacional permitió desmantelar esta organización después de constatar la venta directa a consumidores en Poio (incluido un galpón que uno de los vendedores había habilitado para este efecto en el poblado), así como los intercambios de sustancias estupefacientes entre estos vecinos de Poio y uno de los proveedores de la sustancia, una persona que regentaba un videoclub en Meaño.
Los vendedores disponían de un galpón en el poblado para facilitar a sus "clientes" el consumo de estupefaciente
Asimismo, en este caso también se encuentra involucrado un taxista que, según el fiscal, “desarrollaba un rol esencial en la actividad de distribución de estupefacientes investigada pues era quien garantizaba el suministro de estupefacientes” a uno de los residentes en el poblado.
Así, “el transporte y entrega de las sustancias estupefacientes luego distribuidas en el domicilio de O Vao” lo garantizaba, según el fiscal, este taxista, quien empleaba su vehículo “de modo específico para dar cobertura a su ilícita actividad como aparentes desplazamientos de su servicio público”. Como ocupantes del taxi operaban otras dos personas que también figuran como acusadas, dado que el fiscal consideran que eran conscientes de que estas operaciones encubrían el transporte de estupefacientes.
La investigación permitió detectar intercambio de drogas entre los investigados en distintos puntos, como cruces de carreteras o campos de las fiestas de Pontevedra hasta que el 17 de julio de 2019 el vehículo taxi de uno de los acusados fue interceptado hallándose en el bolso de uno de los ocupantes dos paquetes de plástico que contenían 100 gramos de cocaína. Aún así, el taxista trató de contactar con los cabecillas y se reunió con ellos tras la detención de la persona que llevaba la droga en el coche, continuando con la misma operativa para el tráfico de drogas, según la Fiscalía.
