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Un programa para buscar (mejor) un trabajo

El Plan de Empleo de Cruz Roja tiene un éxito de colocación superior al 50% y lleva atendidas este año a 312 personas

Una mujer se interesa por le Plan de Empleo de Cruz Roja en una de las mesas informativas en A Peregrina. GUSTAVO SANTOS

María Rodríguez tiene 47 años y busca trabajo. Lleva más de cuatro en paro, por lo que ya se le puede considerar una desempleada de larga duración. Su perfil es uno de los más comunes en el Plan de Empleo de Cruz Roja, que la organización sacó ayer a la calle para visibilizar los diferentes proyectos en marcha en la comarca. En lo que va de año se ha atendido a 312 personas en este plan a través de diez voluntarios, que se encargan de realizar llamadas de información, impartir talleres o hacer registro de datos entre otras actividades. Colaboran 150 empresas, que son las que, finalmente, proporcionan oportunidades laborales a los trabajadores más vulnerables, con orientaciones, formaciones o prácticas. El éxito de colocación es superior al 50%.

Ángela González es orientadora del Plan de Empleo de Cruz Roja en Pontevedra. Son varios técnicos, centrados en los diferentes proyectos .

“Estamos aquí para dar difusión de nuestro proyecto, porque hay mucha gente que todavía no conoce que desde Cruz Roja estamos ayudando en este ámbito. Gestionamos ofertas de trabajo que a veces se quedan sin cubrir porque no hay participantes suficientes, por eso queremos dar difusión y decirle a la gente que si busca empleo, podemos ayudarla”, resume la técnica tras una de las mesas informativas instaladas ayer en la Praza da Peregrina.

Los equipos de la asociación sin ánimo de lucro realizan acciones de orientación laboral, informando de ofertas de trabajo y celebrando cursos de formación, “que para muchas personas se convierten en una salida laboral porque ofrecemos prácticas en empresas que, en ocasiones, se convierten en un contrato laboral”.

La mayoría de empresas implicadas en la colaboración con este plan de Cruz Roja pertenecen al sector de la alimentación, la hostelería y la dependencia

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El Plan de Empleo de Cruz Roja cuenta con el apoyo de las administraciones públicas a través de los programas operativos de empleo, POEJ y POISES, cofinanciados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y el Fondo Social Europeo. Entre otros, hay un proyecto para menores de 30 años, otro para mayores de 45 años y otro para mujeres de familias monoparentales o víctimas de violencia de género.

Durante la jornada de calle ayer en Pontevedra se llevaron a cabo diferentes talleres orientados a la mejora de la empleabilidad: sobre el uso de los smartphones para la búsqueda de empleo, revisión de currículums y aportación de consejos para superar una entrevista de trabajo. Precisamente, sobre esta última cuestión Ángela González destaca que “les falta saber vender sus potencialidades, que las tienen”.

La mayoría de empresas implicadas en la colaboración con este plan de Cruz Roja pertenecen al sector de la alimentación, de ahí que la formación más habitual sea el de caja y reposición, logística y almacén, profesional de productos frescos... También destacan la atención a personas dependientes, “donde abunda la demanda de personal”, y la hostelería.

“Eso sí, la mayoría nos piden que tengan al menos la ESO y también es básico un mínimo de informático, simplemente ya para la búsqueda de empleo”, subraya la orientadora.

Miguel Paramio. GUSTAVO SANTOS

Palabra de voluntario: “Es muy enriquecedor”

La salida de ayer de Cruz Roja en Pontevedra también tuvo como objetivo difundir la importancia del voluntariado: “Si hay gente que quiere participar, que sepan que pueden impartir talleres, ayudarnos en los asesoramientos individualizados, tareas administrativas...”, asegura Ángela González, orientadora del Plan de Empleo..

Actualmente, en los proyectos de este plan cuentan con diez voluntarios en toda la comarca, aunque la mitad de ellos están a tiempo parcial, por lo que toda ayuda es poca.

Miguel Paramio es uno de los nuevos voluntarios. Este pontevedrés se ha jubilado recientemente, un momento que ha aprovechado para poder dedicar su tiempo libre al voluntariado. “He trabajado de educador en la prisión de A Lama, por lo que ya conocía bastante el trabajo que Cruz Roja hacía allí”, explica. Es su primera vez en el voluntariado y su labor consiste en evaluar a nivel competencial en lo social y de acogida a los participantes en el Plan de Empleo.

“Tienen un rango de edades bastante amplio y de formación. Yo evalúo el perfil que tienen para que puedan recibir la formación más adecuada en cada caso”, resume. Miguel Paramio dedica una media de tres horas al voluntariado en Cruz Roja cada semana, “más algún día a mayores en el que realizo algún acompañamiento a personas con alguna discapacidad”.

“Estoy encantado con esto. Disfruto un montón. Viene gente de edades muy diferentes, de muchos países... para mí es muy enriquecedor”, resume. Su consejo para aquellas personas que se estén planteando dedicar un poco de su tiempo a esta labor social es franco: “Es un enriquecimiento total y merece la pena. Puedes hacer dos o tres horas a la semana, o más, lo que tú quieras”.

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