Campelo puso ayer punto final a su Festa da Ameixa en la edición más esperada, no solo por el largo paréntesis de COVID, sino también por la incertidumbre provocada por la toxina, que impidió recoger el marisco hasta el jueves, por lo que la organización fue contrarreloj. De hecho, parte de la ría permanece aún clausurada, en algún caso desde finales de julio, mientras que las bateas de mejillón están inactivas desde hace tres meses.

Preparación de las almejas a la marinera. | // G. SANTOS

Aún así, los mariscadores a flote fueron capaces de recoger el producto necesario para ofrecer alrededor de 500 kilos de almeja para ser degustados desde la noche del viernes hasta la jornada final de ayer.

En la carpa de la Praza da Granxa los asistentes pudieron con almejas a la marinera (9,50 euros la ración) y almejas con fideos o con arroz (8 euros en ambos casos). De postre se sirve torta de Santiago, con opción a solicitarla en ración (3 euros) o una unidad entera (15).

La animación musical corrió a cargo de la Banda de Música de Arcade y Vides Novas mientras que el broche a la fiesta corrió a cargo por la noche de la Orquesta Prayers de Ferrol.