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Verano aciago para las academias tras la eliminación de las recuperaciones

Varios centros de ensino preparatorios de Pontevedra se han visto acuciados por la falta de alumnos con la última reforma educativa, que suprime los exámenes de septiembre

El profesor Ángel Garrido, en una de las aulas vacías de la Academia Teucro. Gustavo Santos

El primer verano tras la reforma educativa que suprime los exámenes de recuperación de septiembre ha generado todo tipo de reacciones en el sector de las academias y clases particulares, que han visto cómo uno de sus periodos de más ocupación del año se ha reducido considerablemente sin la convocatoria extraordinaria en la Educación Secundaria y el Bachillerato.

Una situación que muchos profesores particulares califican de “desoladora”. “No podemos hacer previsiones porque el mes de agosto ha sido muy malo y, en general, el verano ha ido muy mal. Para septiembre partimos de cero, así que cualquier incremento es bueno. En el mejor de los casos hemos perdido un sexto de todo nuestro trabajo anual”, afirma Ángel Garrido, de Academia Teucro.

En otros casos, la problemática tampoco mejora. “Este verano lo hemos ido dejando un poco a ver qué pasaba y hemos tenido dos meses sin ingresos, prácticamente en blanco. Y en septiembre poca cosa”, afirma Beatriz García, una de las promotoras del Centro de Ensino Enot, situado en la céntrica Rúa dos Ferreiros.

Su particular experiencia durante este verano se ha saldado con resultados distintos a los de otros años. “Dos academias que conozco decidieron cerrar y coger vacaciones. Otros años tuvimos alumnos que venían a recuperar y otros que venían para repasar, pero curiosamente este año no existe esa gente”, asegura García, que mantiene que en su academia los meses de verano servían para cubrir gastos fijos del negocio, algo que ya no se da con la actual coyuntura educativa en Secundaria y Bachillerato.

El panorama, lejos de funcionar para las academias en el ámbito económico, genera también quebraderos de cabeza en lo puramente educativo y formativo.

“En el sistema educativo se está produciendo un deterioro y una falta de calidad que alcanza niveles inimaginables. Muchos profesores de colegios públicos e institutos con los que he hablado están desolados. No saben qué hacer, aprueban a los alumnos por imperativo legal prácticamente”, sostiene Garrido, que aboga por un sistema educativo más riguroso que el que existe con los estándares actuales.

“No puede ser que la Selectividad sea un examen que aprueba el 90% de la gente que se presenta, cuando hace cuarenta años solo hacía un 10%. Me da pena que se deteriore tanto el sistema educativo, porque nos encontramos con generaciones perdidas”, opina.

Por otro lado una sensación cada vez más compartida dentro del sector es que la actual reforma limita en gran medida las posibilidades de recuperación de asignaturas por parte de los estudiantes, teniendo en cuenta que los alumnos cuentan con 21 días para preparar las materias de cara a ese examen final que ha dejado de hacerse en septiembre.

“Nos parece un poco traumático que a los estudiantes les den una nota y, en cuestión de cinco días, tengan que hacer la recuperación. Es inviable”, afirma Beatriz Ruiz, profesora en Veteris Formación.

Por su trayectoria profesional, percibe que hay un determinado tipo de perfil académico que podría sufrir en gran medida los cambios que ya han entrado en vigor para este año.

“En 21 días que hay entre los exámenes y las notas finales, no se pueden hacer milagros, y a los niños con cinco o seis asignaturas les cuesta recuperar, por no hablar de los niños con dificultades, con un déficit de atención o dislexia. No hay ni punto de comparación con lo anterior”, explica, en relación a las pruebas extraordinarias.

En su caso, este primer verano sin exámenes de septiembre se ha vivido con cambios drásticos en el día a día durante la época estival.

“Si antes trabajábamos a diario, ahora tenemos ocupados dos días a la semana. La sensación es bastante triste. Por suerte, aún tenemos alumnos que nos usan más como un refuerzo, porque sus padres quieren que mejoren la base para el siguiente año”, recuerda Ruiz.

Otra derivada de esta reforma, según otros docentes, puede tener consecuencias a la hora de cómo se configuran las clases en los centros públicos.

“Es una decisión menos benévola con los alumnos que tienen muchas asignaturas suspensas y puede provocar que haya más repetidores. Como estos no cuentan para el cupo a la hora de repartir los alumnos, podría haber clases más grandes”, indica José Luis, de la Academia Aceuse, que reconoce que, en su caso, no han notado tanto la bajada en la afluencia de alumnos de ESO y Bachillerato, que representaban menos del 5% del total.

En su opinión, este primer año sin tanto alumnado en verano no supone una vara de medir muy precisa para saber cómo afectará al desarrollo de los alumnos a largo plazo.

“No hay plan educativo que dure lo suficiente como para evaluarlo y saber si es bueno o malo para los estudiantes, porque cada gobierno hace cambios en las leyes de educación prácticamente al tomar posesión del cargo”, comenta.

A pesar de los malos resultados de este primer verano sin exámenes de recuperación en septiembre, en centros como la Academia Teucro todavía mantienen las esperanzas de que septiembre sea un mes en el que poder remontar y hacer borrón y cuenta nueva.

“Hay que ser profesionales y seguir. No se pueden hacer previsiones a estas alturas, pero esperamos que septiembre se dé bien y podamos seguir trabajando con normalidad”, valora Garrido.

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