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El regreso de la lluvia alivia el caudal del río pero continúa la alerta por la escasez de agua

Cayeron algo más de 24 horas unos doce litros por metro cuadrado en la ciudad y el nivel del Lérez llegó a subir un 30%, aún insuficientes

Estado del río en Monte Porreiro en la tarde de ayer. | // R. VÁZQUEZ

La última vez que llovió sobre Pontevedra con cierta intensidad fue el 21 de junio, hace casi dos meses, cuando la estación de Meteogalicia en Campolongo recogió 24 litros por metro cuadrado en 24 horas. Desde entonces transcurrieron 70 días sin apenas ver una gota de lluvia en la ciudad. Unos escasos 14 litros se sumaban desde entonces. Esta falta de precipitaciones, que ya se arrastraba desde meses antes, llevó a decretar una alerta por escasez de agua en el río Lérez y a adoptar medidas de limitación del consumo público.

Esta situación de emergencia continuará vigente pese a las lluvias de estos días, que regresaron a Pontevedra en plena semana grande de las fiestas de la Peregrina y permitieron acumular desde la noche del lunes hasta las 21.00 horas de ayer unos doce litros por metro cuadrado. El paisaje de los paraguas por la calle no se veía desde hace tiempo, pero todo apunta a que volverán a desaparecer hoy, ya que no se prevén más precipitaciones, al menos en las próximas jornadas.

Este nivel de agua “caída del cielo” no levanta la alerta por escasez, aunque sí permitió aliviar algo el descenso de los últimos días del caudal del Lérez en la época del año de mayor consumo en toda la ría, al multiplicarse la población. De hecho, hasta el lunes el río presentaba una media de 1,5 metros cúbicos por segundo en el punto de medición de la Xunta, aguas arriba de la estación de bombeo de Monte Porreiro. Durante la mañana de ayer ese caudal llegó a subir a los 1,8 metros cúbicos por segundo, un 30% más alto, favorecido por las lluvias en la ciudad y, sobre todo por las recogidas en su cuenca superior, en Cerdedo-Cotobade y Forcarei, con niveles de precipitación aún más altos que en la capital.

Los paraguas volvieron a verse en la ciudad en plena semana grande de la Peregrina. | // G. SANTOS

Pero no deja de ser un espejismo, ya que no hay continuidad. De hecho, por la tarde, cuando las precipitaciones fueron mucho más débiles, el caudal volvió al índice anterior, por lo que no desaparece el fantasma de la sequía. La Xunta mantiene en su totalidad las recomendaciones que lanza desde hace semanas: que se limite al máximo el consumo ya que aún resta un buen trecho de verano y regresa el anticiclón, sin fecha de caducidad a la vista.

Después de que Ence parara su producción y dejara de captar agua del Lérez, los concellos de la ría que se abastecen del río comenzaron a aplicar medidas de ahorro, desde Pontevedra a Bueu, Poio, Marín y Sanxenxo, que han limitado los baldeos y los riegos e incluso han cerrado duchas y lavapiés en las playas, entre otras iniciativas. Sin embargo, no parecen ser plenamente efectivas y el consumo se mantiene en los mismos niveles previos, por lo que Aguas de Galicia insiste “la importancia de las medidas de sensibilización ciudadana y preparación para otros escenarios más complejos, como alertas o emergencias”. Por el momento no ha sido necesario acudir a las reservas de agua del embalse del Pontillón, que daría para un máximo de un mes. Sin embargo, esta presa se encuentra al 85% de su capacidad, cuando la media de estas fechas de los últimos años siempre se situó por encima del 95%.

Los concellos, citados hoy a una nueva reunión de seguimiento

La llegada de las lluvias coincide con una nueva reunión de seguimiento del sistema de suministro de agua al que están convocados hoy los municipios de la ría. Se trata de analizar los consumos de cada territorio planificar las próximas semanas. La cita llega después de que Augas de Galicia descartase el trasvase al Lérez desde la antigua mina de Ventoxo, en Forcarei, por la contaminación del agua allí almacenada. Ahora, busca otras alternativas complementarias ante la necesidad de reforzar el suministro con el fin de mantener el suministro en caso de que se agrave la situación de sequía prolongada. La primera opción es el embalse de Pontillón como reserva de agua en caso de que el río no sea suficiente. Este embalse tendría agua suficiente para abastecer la zona durante quince días o un mes, en función del consumo.

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