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El hielo, a punto de agotarse en la ciudad

Supermercados y gasolineras limitan su venta para evitar el desabastecimiento en plena ola de calor

En la gasolinera Repsol de Poio se limita la venta de hielo a dos bolsas por persona al día. | // GUSTAVO SANTOS

Primero fue el papel higiénico, después el aceite y algunas bebidas alcohólicas y ahora es el turno de los cubitos de hielo. En plena ola de calor, supermercados y bares, principalmente, están sufriendo ya la escasez de este producto. El desabastecimiento se debe a diferentes factores: la inflación, el incremento del nivel de vida, pero sobre todo el aumento de la demanda en las últimas semanas por las altas temperaturas y el aumento del precio de la energía, que provocó que los fabricantes pararan la producción en febrero y marzo.

Las existencias que las fábricas acumulan durante meses para las épocas de mayor demanda están escaseando y la capacidad máxima de producción no permite cubrir la demanda que en algunos casos llega a ser del doble de la capacidad máxima de producción diaria de los proveedores.

Los primeros en notar este problema han sido los supermercados. Algunos están tratando de paliar la situación limitando la venta al público, con carteles en la zona de congelados, pero en otros simplemente se ha quedado vacía la nevera. Trabajadores de supermercados de la ciudad con los que ha hablado FARO señalan que estos días están recibiendo alrededor de un 10% del total de los pedidos, con lo que las existencias se terminan muy rápido.

En las gasolineras sucede exactamente lo mismo. Concretamente, la de Repsol de Poio recibió ayer mismo 40 sacos de cubitos de hielo, una cantidad “muy por debajo” de la habitual, y ha limitado la venta a dos bolsas diarias por persona. Además, su precio ha subido de 1,50 euros a 2.

La limitación de la venta de los cubitos de hielo responde, principalmente, a que debido a la ola de calor hay pequeños establecimientos de alimentación que han estando haciendo acopio de existencias que venden a precios más elevados a bares y restaurantes, el otro gran sector que empieza a notar el desabastecimiento.

Antonio Fernández, del pub Moncloa, no recuerda una situación similar desde hace más de 15 años. “Subió mucho la demanda y no dan abasto para fabricar tanto. También subió el consumo, hay muchísima gente que está pidiendo el café con hielo, por ejemplo, además de comprar bolsas para casa para combatir la ola de calor”, señala.

En este sentido, comenta que él tiene una máquina para fabricar hielos para su local y que colaborará con los compañeros de otros establecimientos que no tengan y no hayan podido conseguir hielo.

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