“La campaña de julio ya se fue al traste y ahora estamos en una total incertidumbre”, lamenta la patrona mayor de Lourizán, Mari Carmen Vázquez Nores. Los bancos marisqueros del fondo de la ría de Pontevedra permanecieron cerrados durante 18 días por la presencia de toxina y después de abrirse el pasado martes volvió a cerrarse al día siguiente por la misma causa, la toxina lipofílica.
El producto extraído durante esta única jornada de faena podría ser devuelto, si no supera los contraanálisis que se realizan a las 48 horas, o bien si los compradores simplemente no se fían y deciden devolverlas. Esto tiraría por tierra el trabajo de esa jornada, pero además pone en duda la campaña de verano.
Las bateas de mejillón están cerradas desde finales de junio, la extracción de la navaja estuvo abierta en la zona IV de la ría pero ahora también vuelve a estar cerrada. La zona V, fondo de la ría (Pontevedra, Raxó y Lourizán), se abrió un día con buenas expectativas y se volvió a cerrar por la presencia de toxina. “Esperemos que cambie el tiempo, sino se va a fastidiar todo el verano”, opina el patrón mayor de San Telmo de Pontevedra, César Rodríguez. En esta cofradía salieron a faenar durante esa jornada unos doscientos mariscadores de a pie y otros a flote. Lograron una buena extracción, que ahora está a la espera de lo que resuelvan los contraanálisis.
En la misma situación se encuentran los trabajadores de Lourizán, con casi 200 mariscadores expectantes de la evolución del tiempo y que del desarrollo de la toxina.
"El agua tiene estos días una temperatura anormalmente alta"
Mari Carmen Vázquez Nores explica que el agua tiene estos días una temperatura anormalmente alta, lo que juega en contra del trabajo de los mariscadores.
La siguiente analítica se realizará la próxima semana, pero la patrona mayor de Lourizán es pesimista con los resultados, a no ser que en los próximos días el clima mejore sustancialmente. Ayer, al menos, entró cierta bruma en la ría que tendría que afianzarse para eliminar la toxina.
“Dependemos totalmente de la meteorología” coincide con Vázquez Nores el patrón mayor de Pontevedra. “Y lo que se pudo sacar el otro día, si no da los niveles mínimos de seguridad vendrá todo de vuelta”, añade César Rodríguez.
El cierre de los bancos fue cautelar el pasado miércoles y definitivo ayer, por lo que los patrones mayores tienen pocas esperanzas en que la situación se resuelva en los próximos días, con lo que este mes de julio se daría ya por perdido.
Las cofradías del fondo de la ría de Pontevedra pudieron volver el martes a los bancos del estuario del Lérez después de 18 días anteriores de cierre por la comúnmente conocida como “marea roja”. La campaña de verano, una de las más importantes junto a la Navidad, se había retomado además con buenos precios en la lonja.
“El tiempo está muy raro, se necesita una buena nortada”
“El tiempo está muy raro, le viene muy bien a la gente que quiere ir a la playa a tomar el sol, pero a nosotras nos hunde, necesitamos una buena nortada que limpie todo”, explica la patrona mayor de Lourizán, Mari Carmen Vázquez Nores. Todos los mariscadores del fondo de la ría de Pontevedra están en estos días “deshojando la margarita: hoy sí, hoy no”, ironiza Vázquez Nores. En los primeros días de julio se decretaban las primeras clausuras del año en el caso del marisqueo. Desde octubre de 2021 no se producía ningún episodio de toxina que obligara a cerrar los bancos.
Los polígonos de bateas denominados Portonovo A, B y C, situadas ante el litoral de Poio, permanecen sin actividad desde finales de junio por la presencia de toxinas lipofílicas y el sector ya daba por hecho desde entonces que, de mantenerse las condiciones climatológicas, este fenómeno llegaría, antes o después, a los bancos marisqueros. Y ocurrió solo una semana después del último cierre de bateas.
