Pontevedra se mantiene como la ciudad “más joven” de Galicia

Pese a que el saldo vegetativo sigue creciendo, la media de edad en la Boa Vila está también entre las más bajas de la provincia

Gente de todas las edades pasea por el centro de Pontevedra.

Gente de todas las edades pasea por el centro de Pontevedra. / GUSTAVO SANTOS

C. G.

Pontevedra

Pontevedra sigue ostentando, un año más, el récord de ser la ciudad más joven de Galicia. Al menos estadísticamente. Según el IGE, la edad media de los residentes en la Boa Vila es de 44, 7 años, la más baja de las siete grandes urbes de la comunidad autónoma.

La que más se le acerca es Lugo, con una edad media de sus vecinos de 45,68 años; seguida de Santiago, con 45, 8 años y Vigo, con 45,9. A partir de ahí, A Coruña ya tiene una media de edad de 46,84 años, Ourense de 47,16 y Ferrol es la que cuenta con la peor cifra, de 49,28 años entre todos sus habitantes.

Si se compara con el resto de ayuntamientos de la provincia, solo hay 9 con una edad media más baja. Son Gondomar (43,87 años), Mos (44,59), Poio (44,08), Salceda (41,66), Soutomaior (43,39), Ponteareas (43,01), Pontecesures (43,84) Porriño (42,70) y Valga (44,67).

La media de edad es de 44,7 años

Todo ello teniendo en cuenta que la ciudad, pese a estos datos, no es ajena al envejecimiento de la población que afecta a toda Galicia. El saldo vegetativo el pasado año volvió a ser negativo, con 804 fallecidos frente a 485 nacimientos. El año pasado nacieron un 8% menos de niños y niñas en la ciudad que en 2020 y si la comparación se realiza ya con hace justo una década el descenso en el número de nacimientos es de hasta el 35%. El “baby boom” marcó cifras récord de nacimientos entre los años 1975 y 1983 con más de mil alumbramientos en la ciudad al año, pero a partir de ahí fue descendiendo. Tras un leve repunte entre 2002 y 2008, la cifra cae desde entonces finalizando 2021 con 319 más defunciones que nacimientos.

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Los efectos de la pandemia también se dejan notar en el saldo vegetativo de la ciudad. O al menos esa tiene que ser una de las explicaciones, junto al envejecimiento de la población, para que haya aumentado la tasa de mortalidad un 8% con respecto a 2019, año previo a la expansión del COVID-19. Mientras que entre 2016 y 2019 la cifra de fallecidos en la ciudad se matenían entre 759 y 748 defunciones al año, en 2020 esta cifra aumentó ya hasta los 787, y en 2021 las muertes ascendieron ya a un total de 804 personas. Cabe recordar que el área sanitaria suma desde el inicio de la pandemia un total de 316 fallecidos de personas que padecían COVID-19, según los datos ofrecidos por el Sergas.

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