La mezcla de entusiasmo, pasión y cierta sorpresa con la que José Manuel Rey, director del Museo de Pontevedra; Rafael Rodríguez, arqueólogo de la Diputación; y el propio César Mosquera, vicepresidente del ente provincial, hablan acerca de los primeros hallazgos arqueológicos realizados en el recinto del convento de Santa Clara son difíciles de explicar a través de la escritura. El resumen de sus palabras podría ser que Santa Clara es una joya arqueológica e histórica todavía mucho más impresionante de lo que se esperaba. Una auténtica cápsula del tiempo, intacta, y eso que las expectativas ya eran muy elevadas.

Una antigua canalización de agua cuyo uso se investiga ahora hallada en los jardines del convento.

Y es que en apenas siete días de excavación e investigaciones los hallazgos ya superan todas las previsiones, no solo por cantidad, sino por el valor de los mismos y los giros que dan a las teorías iniciales que se barajaban sobre la evolución del propio convento. Como prueba desde el punto de vista cuantitativo cabe reseñar, como resaltó César Mosquera, que ya se han encontrado más de dos mil piezas relevantes en solo unos días de excavación. Y es que está previsto realizar unas 68 catas y por el momento se han abierto "seis o siete". Y las ya realizadas parecen indicar que "van a cambiar la idea que había previa de cómo pudo evolucionar este espacio".

Mosquera: "Esta actuación va a cambiar la idea previa que había de cómo pudo evolucionar este espacio".

Muy por encima, algunos de los hallazgos más relevantes son, por ejemplo, un enlosado enterrado que parece pertenecer a un patio o un claustro que se desconoce si es exterior o interior, y que podría dar información sobre el convento primitivo; una canalización de agua de las numerosas minas de la zona del convento, se ha ubicado una zona de un antiguo refectorio del convento utilizada en los últimos tiempos como cuadra o los restos de un muro interior paralelo al del siglo XVIII que también podría servir para ayudar a reconstruir la configuración original del convento.

En el antiguo refectorio se encontró un pequeño espacio que se cree que podría albergar en el pasado una talla de San Benito y que aún conserva pinturas murales

También se han hallado las primeras tumbas en el claustro, algo que ya estaba previsto, así como fragmentos de cerámica y alguna moneda que datan desde el siglo XIV al XX, entre ellas algunas de origen alemán, inglés e incluso chino que permitirán afianzar la idea de esa relevancia que tendría el puerto medieval de Pontevedra como entrada de bienes de estos países a lo largo de la Edad Media.

Un muro y una puerta en el recinto interior que da hacia la plaza de Barcelos pudo ser el primer punto de acceso al convento desde la ciudad según los estudios preliminares

Por lo tanto, una potente investigación (con un equipo multidisciplinar con más de 30 personas trabajando, desde arqueólogos, a documentalistas que examinan los archivos, forenses o expertos en arquitectura muraria) que es la más amplia desarrollada en Galicia y además con el reto de que se tata de un espacio "virgen", intacto después de 750 años de clausura. Un esfuerzo que, a la luz de los primeros resultados, "bien se merece", como subrayó César Mosquera.

El hallazgo de un enlosado que parece de un antiguo patio o un antiguo claustro en la zona de los jardines junto al cementerio es algo de lo que más sorprendió a los investigadores.