La crisis de suministros golpea a las comunidades de vecinos: los presupuestos de obra suben un 50%
Ocurre tanto en trabajos iniciados como en los proyectados. “Cada mes aumentan un poco más”, advierten los administradores de fincas. A la derrama principal se van sumando nuevas aportaciones de los propietarios

Andamio en una fachada de un edificio en el centro de Pontevedra. / Rafa Vázquez
Las comunidades de propietarios que han iniciado, o tienen pensado iniciar, reformas en sus edificios, ya sean de rehabilitación, mantenimiento o mejora, se enfrentan a un momento muy complicado que en algunos casos ha llevado incluso a paralizar los trabajos. La crisis de los suministros y la elevada demanda en el sector de la construcción está provocando que los presupuestos por parte de las empresas sean cada vez más volátiles y que experimenten continuos incrementos. A veces sucede en cuestión de una semana, otras, con más suerte, en un mes. Pero, en todo caso, raro es el edificio que no tiene que asumir un incremento en el coste de las obras, que en algunas ocasiones supera el 50% del inicial, tal y como informan los administradores de fincas.
“En obras que ya estaban aprobadas y concedidas, el coste ha subido hasta un 30%”, asegura Mateo Maigler, de la administradora “Maigler” de Pontevedra, que especifica que tienen constancia de varios casos en los que los trabajos estaban asignados a contratistas en concreto “que ahora no los firman por el mismo importe”.
"Los presupuestos son a 15 días vista o un mes como mucho"
Reconoce que es muy difícil llegar a acuerdos porque las propias constructoras “son muy reacias” a fijarlos previamente por escrito, “por más que las comunidades así lo quieran”.
En este sentido, los plazos máximos de los presupuestos no superan las tres o cuatro semanas, “muchas veces son de quince días, como mucho”.
Esto ata de pies y manos a las comunidades de vecinos, que no disponen de margen para realizar reuniones e informar sobre el incremento del coste, entrando en un bucle de continuas subidas.

Un operario trabaja en un portal de un edificio comunitario. / Rafa Vázquez
Ley de la oferta y la demanda
Desde la administradora “Ponfincas” destacan que el argumento oficial para justificar el incremento de los precios es la crisis de los suministros, pero que detrás de ello también está la elevada demanda por parte de las comunidades. “Las empresas tienen ahora mismo el trabajo cubierto, así que para que te presupuesten es muy difícil, te lo hacen tarde, mal y muy caro. Los presupuestos aprobados de hace dos años, o incluso antes de la pandemia, ahora para actualizarlos estamos hablando de un 40 o un 50% a mayores”, indica José Antonio Nieto.
El problema en esos casos fue que a raíz del COVID los procesos se paralizaron y la prohibición de celebrar reuniones de vecinos ralentizó todo. “Realmente, se retomaron este año, cuando ya se normalizó todo, pero los presupuestos aprobados en anteriores juntas con derramas hubo que actualizarlos y a esas aportaciones económicas de cada vecino se van sumando otras nuevas”, se lamenta el administrador, que apunta que “ha habido comunidades que incluso han desistido de seguir con las obras adelante”.
"Hay comunidades que desistieron de seguir con la obra"
Uno de los trabajos que más acusa la subida de los materiales son los que se realizan con cubiertas en metálico. “El metal hoy está a un precio y mañana ya tienen otro”, recuerda Nieto, que coincide con el responsable de “Maigler” en que los presupuestos, en general, no son a más de dos semanas vista o un mes. “Peor es, insisto, en lo referido a las cubiertas, donde no pasan nunca de quince días”.
Lentitud en los permisos
Otro de los obstáculos que complican el avance de los trabajos en las comunidades de vecinos son los permisos. “Muchas veces hay que esperar cuatro o cinco meses, y en ese tiempo las empresas contratistas suben los precios acordados inicialmente”, afirman desde la administradora “Vecinos”.
“El malestar de los vecinos llega cuando hay que hacer una ampliación de la derrama principal, pero es algo inevitable”, añaden.
"El malestar llega con las ampliaciones de la derrama principal"
“Cuanto más tiempo pasa más sube el presupuesto total. Ha habido casos que han superado el 50%. Depende del tipo de obra: cuanto más compleja, más materiales diferentes se necesitan y más riesgo de que suban su precio. Al final, todo son molestias para los vecinos”, reconoce.
Al final, son los propios administradores de fincas los que terminan pagando los platos rotos de todo este panorama económico actual: quejas de los vecinos, acusaciones de lentitud... cuando es el mercado el que manda en esta ocasión sin dejar casi margen de maniobra. ¿La recomendación general? No dilatar los procesos en la medida de lo posible para no afrontar más riesgos.
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