El calor complica el atasco en Urgencias, con una media diaria de 20 traslados por cada ambulancia

La gerencia vuelve a cerrar el servicio de Medicina Interna III del Hospital Provincial por falta de personal. Solamente esta semana se desvió a cinco pacientes al Hospital do Salnés, así como uno a la sanidad privada

Llegada de un paciente al Hospital Montecelo de Pontevedra.

Llegada de un paciente al Hospital Montecelo de Pontevedra. / RAFA VAZQUEZ

Pontevedra

El movimiento de ambulancias en el Hospital Montecelo de Pontevedra está en uno de sus momentos más elevados. Basta con pasar una hora ante el hospital de referencia pontevedrés estos días para comprobar que no hay ni un solo momento en el que no coincidan varios vehículos del 061 ante la entrada al servicio de Urgencias. Las ambulancias básicas del 061 están realizando una media de entre 20 y 22 traslados con pacientes cada día, lo que sitúa estas cifras en su récord si no se tienen en cuenta los meses más duros de la pandemia del COVID.

“Muchos son ingresos sin cama. A mayores, en el servicio programado de ambulancias no dan abasto. En estas dos últimas semanas casi todos los días hubo una media de 20 pacientes en Urgencias que necesitaban ingreso y se quedaban a la espera”, explican profesionales sanitarios. “Lo que no nos explicamos es cómo pretenden seguir adelante con el cierre de camas, que dentro de una semana está programado para otras 56 del Hospital Montecelo”, añaden.

Esas plazas hospitalarias, de los servicios de Traumatología y Cirugía, se unirán, si finalmente se produce el cierre, a las 33 que hay ya anuladas en el de Medicina Interna del Hospital Provincial. Sobre estas últimas, hay que recalcar que si bien la gerencia del área sanitaria dio la orden de abrir la mitad de ellas el pasado lunes, el martes por la noche ya volvieron a cerrarse por falta de personal, tal y como ha podido saber FARO. De nuevo en el punto de partida.

Todo ello está provocando un continuo trasiego de pacientes y, de hecho, se ha confirmado el desvío de al menos cinco en los últimos días al Hospital de O Salnés “y, por el momento, también uno a Traumatología del Quirónsalud Miguel Domínguez”, recalcan los sanitarios.

Familiares esperando en el exterior del hospital. |  // R. V.

Familiares esperando en el exterior del hospital. / Rafa Vázquez

Los efectos del virus

“Si el COVID ya estaba haciendo estragos, ahora con el calor, mucho peor. Hay muchísimos casos positivos y la mayoría son personas mayores que comparten un perfil: presentan patologías previas y, sobre todo, tienen problemas respiratorios, por lo que sumando el virus y el calor, que no ayuda...” se lamentan los profesionales, conscientes de que el verano no está empezando nada bien. “Hay casas enteras con COVID”, advierten.

El nerviosismo entre los pacientes es evidente. “Todo el mundo tiene que saber lo que está pasando aquí, porque la sanidad pública hay que defenderla”, asegura la pareja de una mujer cuyo padre estaba ayer esperando por unas pruebas en Urgencias de Montecelo.

A las largas esperas, que en algunos casos superaron las 24 horas por una cama de ingreso, se suma la impotencia por no poder acompañar a sus familiares en el interior del servicio debido al protocolo por el COVID.

“La gente nos encontramos atados de pies y manos, porque nuestra madre es mayor y ni siquiera sabemos qué le están diciendo los médicos, que entendemos que no se puede estar dentro lleno como una feria, pero cuando pasan tantas horas y no sabes nada... te desesperas mucho”, reconoce una mujer, cuya madre se encontraba en observación.

Son historias de vida, de familias que confían en que la sanidad pública no les de la espalda cuando más la necesitan: “Menos mal que hay profesionales como la copa de un pino aquí, sino no sé qué haríamos”, dice una paciente a FARO.

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La de ayer fue una jornada extraña en el servicio de Urgencias del Hospital Montecelo. Si bien comenzó bastante mal, con 21 pacientes esperando por una cama, tal y como informan fuentes del sindicato médico CESM, a medida que pasaron las horas la situación fue mejorando de forma notable. “Hoy se puede decir que ha sido un día más normal”, confiesa una trabajadora del servicio. De hecho, no se produjo la habitual acumulación de enfermos por los pasillos como en las jornadas anteriores. “Hoy se han ordenado 17 ingresos y la mayoría tenían cama a mediodía”, celebra la profesional. La mayoría de los pacientes son personas mayores, de ahí que las autoridades sanitarias recuerden las medidas preventivas contra el coronavirus para evitar brotes masivos: higiene de manos, uso de mascarillas en interiores con aglomeraciones de personas...

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También hay que seguir las recomendaciones para olas de calor como la actual: beber agua a menudo, sin esperar a tener sed, o zumos de fruta naturales ligeramente fríos. No realizar comidas copiosas sino con pocas cantidades y más repartidas a lo largo del día. La ropa debe de ser holgada y de tejidos naturales y hay que evitar salir en las horas más calurosas del día, entre las 12 y las 16 horas, así como la exposición solar. Hay que reducir la actividad física y mantenerse a la sombra siempre que sea posible y en lugares bien ventilados, incluso en el interior del hogar.

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