Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El censo definitivo de “lombos” en la ciudad: 597 en 170 calles

Un coche pasa por uno de los “lombos” de la calle San Antoniño, donde están censados siete. Rafa Vázquez

Hace casi dos décadas, en 2003, se instaló el primero, y desde entonces su número no ha dejado de crecer, si bien en los últimos tiempos a un ritmo algo menor, ya que apenas quedan calles sin uno de estos elementos. Son los “lombos” –o reductores físicos de velocidad o pasos de peatones sobreelevados–, que proliferan por toda la provincia pero que son especialmente abundantes en la ciudad de Pontevedra, hasta el punto de que en las redes sociales alguien la bautizó como “lombolandia”.

El Plan de Mobilidade Urbana Sostible (PMUS) que ha elaborado el Concello y que tiene en fase de exposición al público para profundizar en su modelo urbano, ha elaborado el que, por el momento, es el censo definitivo de estos elementos en la ciudad. Son, a día de hoy, 597, una cifra que no incluye los instalados en el rural. Con ellos, el balance total puede superar los mil.

De esos 597 “lombos”, 558 están considerados pasos de peatones elevados, mientras que hay otros 39 reductores físicos de velocidad. Un total de 170 calles cuentan con algunos de estos elementos. El documento indica que en el casco urbano hay 893 pasos de peatones y 558 de ellos son elevados, es decir, casi el 63%del total.

El PMUS detalla que “el primer reductor físico de velocidad se instaló en el Concello de Pontevedra en 2003. El siguiente se implantó en 2005 y en el periodo 2005-2012 se colocaron hasta un total de 196 en la zona de calmado del tránsito motorizado”.

Añade que “entre 2012 y 2016 se continuó con la instalación de estos reductores, básicamente en su diseño de Pasos de Peatones Elevados (PPS), llegando a más de 450 reductores instalados al cierre del período. Hoy existen 558 PPS de un total de 893 pasos de peatones, a los que se suman 39 Reductores de Velocidad Físicos”.

Esto significa que seis de cada diez pasos de peatones de la ciudad son elevados. El PMUS indica que “en el marco de la citada política de calmado del tráfico, estas medidas han ido acompañadas de la implantación de rotondas y la reducción de la anchura de los carriles de circulación en determinadas calles. Asimismo, se reordenaron los sentidos de circulación de los vehículos a motor para evitar los circuitos de paso y se ha implantado la limitación de 30 km/h de velocidad máxima en todo el viario municipal”.

Aunque estas piezas comenzaron a instalarse hace casi dos décadas, hasta 2010 no se elaboró un “manual de instrucciones” de carácter técnico, y hubo que esperar a febrero de 2019 para que el Concello elaborara una normativa propia al respecto

decoration

De las 170 calles que cuentan con “lombos”, alrededor de cuarenta tienen al menos cinco, si bien hay casos en los que se llega a diez o más, como es el caso de la avenida de Buenos Aires (21), la de Marín (16), la de Vigo (14), María Victoria Moreno (12), Uruguay (10) o Prado Novo, en Valdecorvos, con otros diez. Reino Unido, Portugal y Alemania en Monte Porreiro, Rosalía de Castro, San Antoniño. A Seca, Víctor Said Armesto, Virxinia Pereira (antigua Juan Carlos I), Alfonso X el Sabio, Alcalde Hevia, Alexandre Bóveda, avenida de Compostela y de As Corvaceiras, rúa do Costado, Cruz Roja, Loureiro Crespo, Blanco amor, Rúa da Estación, A Estrada, A Gándara, Iglesias Vilarelle, Joaquín Costa, Juan Bautista Andrade, avenida de Lugo, Luis Braille, Médico Ballina y Pintor Laxeiro son calles con cinco a más pasos sobreelevados.

Aunque estas piezas comenzaron a instalarse hace casi dos décadas, hasta 2010 no se elaboró un “manual de instrucciones” de carácter técnico, y hubo que esperar a febrero de 2019, hace poco más de tres años, para que el Concello elaborara una normativa propia al respecto que definiera su diseño, toda vez que en la ciudad existe una gran variedad de “lombos” en tamaño, altura y apariencia, lo que ha sido motivo de controversia política y social durante años.

Esta “instrucción u orden de servicio” de aplicación obligatoria desde entonces (sin efectos retroactivos) decía que los elementos reductores futuros nunca se instalarán de forma aislada y que tendrán características como alcanzar el nivel de la acera, cubrir todo el ancho de la calzada, atención a los autobuses con plataforma baja, rampas nunca superiores al 10% de promedio, pasos señalizados y correctamente iluminados; no instalarlos de forma aislada optando con espacios de unos 35 metros de promedio; no se usarán dispositivos prefabricados; y deberán tener drenajes para no acumular el agua. Se aconseja que entre cada “lombo” haya una distancia entre 25 y 100 metros, con una recomendación de que sean cada 35.

El PP, y diversos colectivos y vecinos, siempre se quejó de la “gran variedad” de diseños, con alturas y rampas diferentes y el gobierno local replicaba diciendo que cada calle requiere de su propia solución para calmar el tráfico y no vale un “lombo” tipo para todas. Ya entonces el gobierno local aseguraba que “la inmensa mayoría” de los pasos sobreelevados ahora existentes en el municipio “ya se ajustan” a la normativa aprobada aquel año, si bien hasta entonces se seguían los criterios del informe elaborado por los técnicos en 2010, que dice que el objetivo de los “lombos” es “mantener mediante elementos físicos una velocidad reducida, garantizar la accesibilidad a personas con dificultades motoras y mejorar la seguridad de los peatones”.

Sobre la altura de los pasos, que “hay diferentes criterios” incluso en Fomento, ya que su orden de 2008 habla de un máximo de 10 centímetros, pero una guía sobre diseño urbano de 2003 apunta a 14, la altura habitual de los bordillos de las aceras. También cita las recomendaciones sobre anchura, distancia entre pasos y pendiente de las ramas, que en Pontevedra oscilan entre el 10 y el 6%.

Exposición al público hasta el mes de agosto

Desde el pasado día 22 se puede consultar el PMUS íntegro en la web oficial del Concello para que los ciudadanos puedan hacer sus aportaciones. Además, la plaza de la Peregrina acoge unos paneles que resumen su contenido. En ese emplazamiento permanecerá hasta el 3 de julio, cuando se trasladará al barrio de Campolongo como primera parada de su recorrido expositivo. Se instalará allí durante dos semanas. La aprobación definitiva del PMUS dependerá del número de aportaciones que se reciban y de su estudio. Los vecinos tendrán el mes de julio para ello y el documento debe ser aprobado antes de fin de año. Dentro del proceso de difusión y exhibición del PMUS hay tres jornadas públicas. La primera ya se celebró en O Burgo, la segunda será el día 29 en O Gorgullón y ya tercera, el 2 de julio en el Centro Leste. Además, también hay un taller familiar que se realizará el 2 de julio, de 11 a 13.00 horas, en el Museo.

Compartir el artículo

stats