“Todo lo que sé de los hombres lo aprendí jugando al fútbol”. El filósofo y literato Albert Camus coincide con los expertos en psicología y psicopedagogos en que el juego nos construye como humanos: es universal (se juega en todas las culturas y en todas las edades) y nos enseña empatía, ética y respeto por los demás, algunas de las reflexiones que compartieron ayer los organizadores y participantes en las actividades organizadas por Cruz Roja.
Ésta puso en marcha una jornada para conmemorar el Día Mundial del Juego, que se celebra cada año el 28 de mayo desde 1999. Se trató de una divertida tarde a la que pudieron sumarse participantes en los diferentes programas que desarrolla Cruz Roja, voluntarios de la institución y todos los interesados.
Fueron invitados a probar habilidades y buen humor con la petanca, el trompo, los aros, la diana... A mayores, la organización humanitaria instaló un estand informativo para concienciar sobre la importancia del juego. Éste es, recuerda Cruz Roja, “un elemento fundamental en el desarrollo infantil, el aprendizaje y la construcción de prácticas ciudadanas, mediante la adquisición de diversas habilidades, además de constituir un derecho fundamental en los niños y niñas”.
Jugar es un derecho. Así lo recoge el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, pero también es vital en otras etapas de la vida: jugar (aunque a veces solo sea en nuestra mente) nos ayuda a afrontar la vida, ser más creativos y fantasear
Y es que jugar es un derecho. Así lo recoge el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, pero también es vital en otras etapas de la vida: jugar (aunque a veces solo sea en nuestra mente) nos ayuda a afrontar la vida, a ser más creativos y fantasear.
Ocho voluntarios de Cruz Roja supervisaron las actividades, cuyos organizadores inciden en que el juego también “resulta imprescindible para el desarrollo de actividades físicas, la estimulación cognitiva y el esparcimiento social”, otros buenos motivos para animarse con una pachanga, una tarde de dardos o una buena partida de petanca. Que empiece el juego.