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La hostelería de la comarca necesita más de 200 camareros y “desestigmatizar el sector”

Restaurantes y cafeterías no encuentran personal cualificado para hacer frente al aumento de trabajo en el período estival ELos profesionales optan por otros sectores con mayor estabilidad y menos estacionalizados

Camarera atendiendo una mesa en un bar de Pontevedra. GUSTAVO SANTOS

La llegada del buen tiempo y la proximidad del verano está disparando las ofertas de empleo para el sector de la hostelería, especialmente camareros, cocineros y ayudantes de cocina. Es una situación que se repite cada año, pero desde que estalló la pandemia de COVID los empresarios tienen cada vez más problemas para encontrar personal cualificado con el que reforzar sus plantillas en el período estival para poder hacer frente a la mayor demanda por parte de los clientes. Así, en 2021, restaurantes, bares y cafeterías, y también algunos hoteles de las zonas más turísticas, ya percibieron las primeras complicaciones para encontrar personal en temporada alta, un problema que se está viendo agravado este año.

En Pontevedra y su comarca se necesitan cubrir actualmente más de 200 puestos de trabajo en el sector de la hostelería. Solo en el boletín de empleo del Concello de Sanxenxo ya aparecen 122 ofertas de empleo relacionadas, sobre todo de camareros (69) y ayudantes de cocina (39), a las que hay que sumar las decenas que aparecen en diferentes portales como Infojobs, Jobtoday, Jobatus o Indeed.

“No es una novedad. Antes de la pandemía ya surgía este inconveniente, pero tras el COVID se acrecentó, porque con la incertidumbre que se creó con los cierres, mucha gente buscó trabajo en otros sectores”, explica Alfonso Martínez, presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS), que añade que “la gente que se forma específicamente en el sector busca una estabilidad para todo el año. En Sanxenxo, como en la mayoría de los municipios de costa, hay mucha estacionalidad”. En este sentido, lamenta que existe “un problema serio de alojamiento. El personal tiene muy complicado encontrar dónde vivir en los meses de verano, porque la mayoría de los pisos están orientados al alquiler vacacional”.

En la misma línea se expresó el presidente del Centro Comercial Urbano (CCU) Zona Monumental de Pontevedra, Miguel Lago, que considera que “los buenos profesionales, los que se cotizan, tienen trabajo todo el año. Es difícil encontrar personal para tres o cuatro meses”. Por eso apunta que “en las zonas de costa, a muchos empresarios no les queda otra que poner mucho dinero sobre la mesa para encontrar trabajadores en verano, y más este, para el que hay muy buenas previsiones”.

“Las distancias entre el lugar de residencia y el trabajo son claves, sobre todo cuando lo que se ofrece es un contrato temporal. La gente prefiere intentar buscar otros establecimientos en los que tengan más posibilidades de quedarse todo el año”, añade César Ballesteros, presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos), que considera “inviable alquilar en zonas de costa porque los pisos son casi todos de uso turístico que se reservan por semanas”. Todo esto hace que “no sea atractivo trabajar en el sector”.

En este sentido, Alfonso Martínez apunta que “hay un componente vocacional, porque en la hostelería se trabaja cuando otros se divierten, se trabajan sábados y domingos, de hecho es cuando más trabajo hay, y se trabaja en época vacacional. La gente joven escapa un poco de estos empleos. Antes había estudiantes que trabajaban en verano para sacarse un dinero, pero cada vez hay menos”.

Ballesteros añade cierta “falta de motivación” entre algunos desempleados, a quienes les compensa más la ayuda económica que reciben de familiares o directamente del Estado que desplazarse demasiados kilómetros para trabajar en un restaurante o en un bar.

Reducir la capacidad del local o “tirar de extras”

Entre las alternativas que barajan la mayoría de los locales que están en la situación de no encontrar personal para reforzar sus plantilla en la época estival, la que más “triunfa” es la de “echar más horas”. Son los propietarios, sobre todo de los establecimientos más pequeños y familiares, los que hacen un esfuerzo por su negocio en estos meses para poder hacer frente a la demanda, no obstante, junio, julio, agosto e incluso septiembre son meses clave para la economía de muchos restaurantes. También se plantean, en muchos casos, “reducir la capacidad del local, al no poder atender a tanta gente como debían”, apunta Alfonso Martínez. Otra de las alternativas es “tirar de extras”, una figura muy habitual en la hostelería. Se trata de una persona que es contratada para trabajar días concretos, sobre todo para reforzar algún fin de semana de mayor movimiento, pero que proporcionalmente cobra mucho más que un asalariado mensual. Según apunta Miguel Lago, en Pontevedra también se busca incorporar personal en prácticas, “sobre todo se recurre al CEIP Carlos Oroza”. “Es frustrante que ahora que empezamos a salir de la pandemia y las reservas están yendo muy bien, no poder atender la demanda por falta de personal”, lamenta Alfonso Martínez.

¿Precariedad laboral?

“Tenemos que dignificar este trabajo”, alerta Alfonso Martínez. El presidente del CETS cree que la hostelería tiene el estigma de ofrecer unas condiciones laborales precarias. “Hay un convenio laboral que, como mínimo, hay que cumplir, con sus horas, descansos, sueldos y días libres. Arrastramos una fama desde hace mucho tiempo que no es la realidad del sector. Hay casos aislados, pero generalizar me molesta muchísimo. Hemos pasado dos años muy duros y los empresarios están haciendo un gran esfuerzo por sacar sus negocios adelante, echarle la culpa a eso no me parece bien. Además, la gente que cumple también está teniendo problemas para encontrar trabajadores”.

Por su parte, César Ballesteros apunta que cada vez hay una “mayor profesionalización” en el sector, sobre todo por la cada vez más presencia de la cocina moderna en restaurantes y gastrobares, con lo que “la atención a los pequeños detalles” es fundamental. Así, en este sentido, comenta que “cada vez hay más personal que está sin formar, y es la pescadilla que se muerde la cola, porque ese tipo de trabajadores no genera ningún valor añadido al empresario”. El presidente de Feprohos profundiza en que, “por ejemplo, hay muchos camareros que no saben aconsejar sobre vinos, no saben limpiar pescado o servirlo correctamente, incluso no saben cuál es la forma correcta de servir el vino en una copa”.

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