El regreso del rey emérito a España está teniendo una repercusión desmesurada. Si ya fue multitudinario su recibimiento en Sanxenxo, adonde llegó el pasado jueves tras recalar en Peinador, este sábado, Juan Carlos I visitó un pabellón Municipal de Pontevedra a rebosar para ver el partido de balonmano en el que jugó su nieto Pablo Urdangarin. El duelo fue frente al Cisne, que consiguió vencer y ascender, un año después, a la liga Asobal.

El hijo de la Infanta Cristina e Iñaki milita en el filial del FC Barcelona, que hoy se midió al Club Cisne Colegio Los Sauces en el penúltimo partido de la competición de la División de Plata. Fue tras el encuentro cuando nieto y abuelo se fundieron en un fuerte abrazo y entablaron una pequeña conversación ante la mirada de una multitud de espectadores.

En lo deportivo, los pontevedreses ganaron abultadamente los culés por 34 a 24 certificando su vuelta a la máxima categoría del balonmano nacional.

Los jugadores del Cisne celebran el salto de categoría. Gustavo Santos

Juan Carlos I consiguió acercarse desde Sanxenxo a Pontevedra, donde se celebró el duelo de esta tarde, tras ser cancelada finalmente la regata en la que iba a participar por motivos de falta de viento. Con todo, se pudo ver al exmonarca navegando antes del anuncio de la suspensión a bordo del 'Bribón'.

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El rey emérito, a la caña del 'Bribón' pero sin viento R. P.

El regreso del rey emérito a despertado tanto reacciones de apoyo, como la mostrada por los vecinos de Sanxenxo que le aplaudieron y corearon su nombre, como de rechazo, como la protesta antimonárquica protagonizada por colectivos nacionalistas bajo el lema "Galiza non ten rei".