“Cuídate mucho”. Estas fueron dos palabras que se cruzaban ayer muchos de los familiares que acudieron al aeropuerto de Peinador a despedir a los 150 primeros militares de la Brilat que ponen rumbo a Mali para dar el relevo a sus propios compañeros de la Brigada Galicia (algo que ocurre por primera vez en la historia) en la misión de la UE en este país centroafricano.
Esta de la Brilat es una misión no ejecutiva, es decir, que no participa en operaciones de combate, pero aún así no está exenta de riesgos en un país en el que hay actualmente una enorme inestabilidad
Y aunque, como explican desde la base General Morillo, la de la Brilat es una misión no ejecutiva, es decir, sin participación en operaciones de combate, nunca está exenta de peligro y más en un país que se ha convertido en un avispero en los últimos años, con mayor presencia de los grupos yihadistas en la zona, un golpe de estado y con la aparición en escena del llamado “Grupo Wagner”, vinculado a mercenarios rusos, algo que hizo a la Unión Europea replantearse la continuidad de la misión. Por ahora, el operativo sigue en marcha y España y la Brilat juegan un papel fundamental en él. Arrancó en 2013 y actualmente se está ejecutando el quinto mandato prorrogado.
Es una misión de entrenamiento y asesoramiento a nivel militar y fuerzas y cuerpos de seguridad en aspectos logísticos, operaciones, planeamiento, gestión de recursos humanos, así como asesoramiento en materia de derecho internacional humanitario y formación sanitaria. La misión es fundamental para España con el objetivo de que los gobiernos legítimos de estos países puedan frenar el avance del yihadismo en el Sahel, la antesala de la frontera sur de Europa, por lo que está orientada a la capacitación y mejora del sistema de enseñanza militar, y durante este quinto mandato se ha ampliado a la capacitación de los países limítrofes como Mauritania, Chad, Burkina Faso y Níger, estados que forman parte de la coalición del G5 Sahel.